Pedro Echeverría V.
1. El movimiento estudiantil “#yosoy132” ha logrado en todo el país que los estudiantes realicen actos de protesta paralelos y parecidos a los que hacen en el DF. Es realmente sorprendente y causa mucha alegría que en los estados donde nada se movía de la noche a la mañana los estudiantes hayan comenzado a salir a la calle a criticar o cuestionar al monopolio Televisa y a los demás funestos medios de información, así como para que al mismo tiempo así como denuncien la imposición del candidato Peña Nieto y las más de 60 mil muertes de mexicanos provocadas por la guerra contra el narcotráfico.
2. Por su extensión en la República y muy rápido desarrollo, el “Yo Soy 132” está más expuesto a ser mediatizado y frenado por la clase gubernamental y empresarial que acude a todos los medios para someterlo. Es un problema desgraciado: mientras más grande y fuerte es un movimiento, una organización, un partido, está más a la vista de sus enemigos para ser dividido, comprado o destruido. Por el contrario, las organizaciones pequeñas están más comprometidas con sus principios, su ética y son más consecuentes con sus actividades; pero también más débiles.
3. El gran movimiento estudiantil de julio-octubre de 1968 se desarrolló esencialmente en la ciudad de México: en CU, Zacatenco, las Prepas y los Vocas, en Chapingo, las Normales, en el Paseo de la Reforma, avenida Juárez y el Zócalo; también en varios mercados, Copilco el alto, Topilejo y Tlatelolco; en la provincia: Puebla, Guerrero, Sinaloa. Sólo se extendió la solidaridad cuando el ejército tomó la UNAM. Pocos estudiantes de escuelas o universidades privadas participaron porque también en aquellos años ejercían mayor control en sus alumnos.
4. Le llamaron al movimiento “estudiantil-popular” porque enormes cantidades de gente en las aceras del Paseo de Reforma y avenida Juárez –incluso extranjeros desde sus hoteles- nos aplaudían al paso; pero también aquellas manifestaciones las completaban miles de obreros, profesores, colonos, madres de familia y demás sectores populares indignados. Los mítines “relámpago” de estudiantes en los mercados de las colonias (Portales, Obrera, Moctezuma, Copilco) y el reparto de volantes en los barrios, atraían a las marchas al sector popular.
5. La existencia de Internet hoy, aunque con extensión muy limitada por la miseria de la población, y de algunos periódicos y revistas de izquierda, es un maravilloso avance. Sólo había que imaginar que en 1968 no había ningún periódico, radio o canal televisivo –así como político o empresario- que no haya vomitado basura contra el movimiento estudiantil y contra los jóvenes estudiantes (a quienes decían, sus padres deberían educar bien, someter, o la policía encarcelar o balacear) ¿Se recuerda que el presidente Díaz Ordaz dijo en tribuna que salvó a México el comunismo?
6. Sólo contábamos para informar con los mimeógrafos de las Facultades para hacer millones de volantes que se colaban por miles de activistas por debajo de las puertas de las casas durante toda la madrugada. Y parecía que la gente estaba esperando al amanecer “la información del movimiento”. Hoy empresas periodísticas –aunque se muerdan la lengua o atraganten- que se ven obligadas a hablar bien de los jóvenes, y el gobierno a decir que aprecia a los estudiantes cuando en 1968 los militantes del PRI, PAN, PARM, eran enemigos jurados de los jóvenes. Sólo basta revisar los periódicos de entonces.
7. Al parecer el movimiento estudiantil mexicano está en su etapa inicial; no puede acabarse después de las elecciones del 1 de julio porque la presencia del monopolio televisivo no solo sigue siendo fuerte sino que incluso se hizo más poderoso los pasados días con el apoyo del gobierno de Calderón. Más aún si Televisa logra imponer a Peña Nieto en la Presidencia, el movimiento está más comprometido a salir a la calle para ejercer mucha más presión para evitar que sea deglutido totalmente por la clase empresarial y tengamos como pueblo seguir sufriendo el desempleo y la miseria. ¿Pero cuánto tendrá que tardar el movimiento?
8. ¿Es que ha habido revolución que no se frene, es decir, que sea permanente para garantizar que todos los problemas de injusticia sean muy menores? Todas llegan al establecimiento de leyes, normas, reglamentos, constituciones, que luego se convierten en “condones de la libertad”. Y no es que no se deba reglamentar algunas cosas básicas y esenciales; pero la gente le tiene tanto miedo a la libertad que prefiere muchas veces que todo posea reglas para que sepa qué hacer. Parece 100 veces más fácil que le digan (como a los esclavos) qué hacer a que libremente decida lo que debe hacer conforme a su libertad.
9. No se conoce aún como están las relaciones de fuerza en el interior del movimiento. No estoy enterado de la existencia de contradicciones fuertes entre las posiciones de los estudiantes de las escuelas públicas y privadas; entre el movimiento de masas y sus dirigentes. Deseo que éstas no sean determinantes y que lo importante sea el natural pensamiento libertario de los jóvenes que está muy por encima de cualquier conservadurismo; de ello depende la profundización de las luchas del movimiento o su claudicación.
10. Aún hay un amplio campo de desarrollo de la lucha estudiantil si se parte de los enormes problemas que tiene el país provocados por los gobiernos del PAN y del PRI que sólo han sido representaciones de las clases altas. La lucha contra los llamados exámenes de admisión o de ingreso a las universidades, politécnico y demás escuelas deben ser eliminados para evitar “rechazados” por falta de cupo o presupuesto. Ya los exámenes no miden conocimientos o habilidades sino que se han convertido en embudos para eliminar al 80 por ciento de los estudiantes que no caben en el presupuesto.
1. El movimiento estudiantil “#yosoy132” ha logrado en todo el país que los estudiantes realicen actos de protesta paralelos y parecidos a los que hacen en el DF. Es realmente sorprendente y causa mucha alegría que en los estados donde nada se movía de la noche a la mañana los estudiantes hayan comenzado a salir a la calle a criticar o cuestionar al monopolio Televisa y a los demás funestos medios de información, así como para que al mismo tiempo así como denuncien la imposición del candidato Peña Nieto y las más de 60 mil muertes de mexicanos provocadas por la guerra contra el narcotráfico.
2. Por su extensión en la República y muy rápido desarrollo, el “Yo Soy 132” está más expuesto a ser mediatizado y frenado por la clase gubernamental y empresarial que acude a todos los medios para someterlo. Es un problema desgraciado: mientras más grande y fuerte es un movimiento, una organización, un partido, está más a la vista de sus enemigos para ser dividido, comprado o destruido. Por el contrario, las organizaciones pequeñas están más comprometidas con sus principios, su ética y son más consecuentes con sus actividades; pero también más débiles.
3. El gran movimiento estudiantil de julio-octubre de 1968 se desarrolló esencialmente en la ciudad de México: en CU, Zacatenco, las Prepas y los Vocas, en Chapingo, las Normales, en el Paseo de la Reforma, avenida Juárez y el Zócalo; también en varios mercados, Copilco el alto, Topilejo y Tlatelolco; en la provincia: Puebla, Guerrero, Sinaloa. Sólo se extendió la solidaridad cuando el ejército tomó la UNAM. Pocos estudiantes de escuelas o universidades privadas participaron porque también en aquellos años ejercían mayor control en sus alumnos.
4. Le llamaron al movimiento “estudiantil-popular” porque enormes cantidades de gente en las aceras del Paseo de Reforma y avenida Juárez –incluso extranjeros desde sus hoteles- nos aplaudían al paso; pero también aquellas manifestaciones las completaban miles de obreros, profesores, colonos, madres de familia y demás sectores populares indignados. Los mítines “relámpago” de estudiantes en los mercados de las colonias (Portales, Obrera, Moctezuma, Copilco) y el reparto de volantes en los barrios, atraían a las marchas al sector popular.
5. La existencia de Internet hoy, aunque con extensión muy limitada por la miseria de la población, y de algunos periódicos y revistas de izquierda, es un maravilloso avance. Sólo había que imaginar que en 1968 no había ningún periódico, radio o canal televisivo –así como político o empresario- que no haya vomitado basura contra el movimiento estudiantil y contra los jóvenes estudiantes (a quienes decían, sus padres deberían educar bien, someter, o la policía encarcelar o balacear) ¿Se recuerda que el presidente Díaz Ordaz dijo en tribuna que salvó a México el comunismo?
6. Sólo contábamos para informar con los mimeógrafos de las Facultades para hacer millones de volantes que se colaban por miles de activistas por debajo de las puertas de las casas durante toda la madrugada. Y parecía que la gente estaba esperando al amanecer “la información del movimiento”. Hoy empresas periodísticas –aunque se muerdan la lengua o atraganten- que se ven obligadas a hablar bien de los jóvenes, y el gobierno a decir que aprecia a los estudiantes cuando en 1968 los militantes del PRI, PAN, PARM, eran enemigos jurados de los jóvenes. Sólo basta revisar los periódicos de entonces.
7. Al parecer el movimiento estudiantil mexicano está en su etapa inicial; no puede acabarse después de las elecciones del 1 de julio porque la presencia del monopolio televisivo no solo sigue siendo fuerte sino que incluso se hizo más poderoso los pasados días con el apoyo del gobierno de Calderón. Más aún si Televisa logra imponer a Peña Nieto en la Presidencia, el movimiento está más comprometido a salir a la calle para ejercer mucha más presión para evitar que sea deglutido totalmente por la clase empresarial y tengamos como pueblo seguir sufriendo el desempleo y la miseria. ¿Pero cuánto tendrá que tardar el movimiento?
8. ¿Es que ha habido revolución que no se frene, es decir, que sea permanente para garantizar que todos los problemas de injusticia sean muy menores? Todas llegan al establecimiento de leyes, normas, reglamentos, constituciones, que luego se convierten en “condones de la libertad”. Y no es que no se deba reglamentar algunas cosas básicas y esenciales; pero la gente le tiene tanto miedo a la libertad que prefiere muchas veces que todo posea reglas para que sepa qué hacer. Parece 100 veces más fácil que le digan (como a los esclavos) qué hacer a que libremente decida lo que debe hacer conforme a su libertad.
9. No se conoce aún como están las relaciones de fuerza en el interior del movimiento. No estoy enterado de la existencia de contradicciones fuertes entre las posiciones de los estudiantes de las escuelas públicas y privadas; entre el movimiento de masas y sus dirigentes. Deseo que éstas no sean determinantes y que lo importante sea el natural pensamiento libertario de los jóvenes que está muy por encima de cualquier conservadurismo; de ello depende la profundización de las luchas del movimiento o su claudicación.
10. Aún hay un amplio campo de desarrollo de la lucha estudiantil si se parte de los enormes problemas que tiene el país provocados por los gobiernos del PAN y del PRI que sólo han sido representaciones de las clases altas. La lucha contra los llamados exámenes de admisión o de ingreso a las universidades, politécnico y demás escuelas deben ser eliminados para evitar “rechazados” por falta de cupo o presupuesto. Ya los exámenes no miden conocimientos o habilidades sino que se han convertido en embudos para eliminar al 80 por ciento de los estudiantes que no caben en el presupuesto.
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