Deisy Francis Mexidor
Un nuevo perfil adquirió el movimiento juvenil #Yo Soy 132 después de su primera asamblea, celebrada con la asistencia de unos seis mil 500 jóvenes en representación de 49 universidades públicas y privadas de México.
Para el #Yo Soy 132 quedó claro que se trata de un movimiento que nació para ir más allá de la elección presidencial el próximo 1 de julio, lo cual amplía el espectro de lo que antes era solo demandar la democratización de los medios.
"Somos millones de mexicanos, de soñadores que queremos cambiar el miedo por esperanza, cambiar la violencia por armonía", fue el mensaje inicial de una reunión en la cual prevalecieron los sentimientos de unidad.
El punto de encuentro fue el campus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); aunque el epicentro del #Yo Soy 132 es la Universidad Iberoamericana, luego del rechazo a la visita que hiciera a ese centro el 11 de mayo el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto.
Las discusiones se armaron en torno a 15 mesas de trabajo que discutieron temas como la creación de un comité para incentivar el movimiento; buscar asesoramiento externo libre de políticos y sus partidos.
Además, trabajar en barrios, en las calles para difundir de qué se trata esta ola de inconformidad entre personas sin acceso a los medios electrónicos, el uso de las redes sociales y mantener las acciones con un carácter pacífico.
Los jóvenes rechazaron el neoliberalismo y reiteraron la no afiliación a partido político alguno, y pese a no dejar explícito en el documento final que es un movimiento anti-Peña Nieto, sí expresaron el sentimiento contrario hacia lo que el candidato representa.
No obstante, acordaron que se reunirá otra vez el próximo 5 de junio en áreas de la Facultad de Arquitectura de la UNAM para definir la postura en torno al aspirante del PRI a la Presidencia de la República.
Se escucharon también las propuestas de comprometer a los cuatro presidenciables a someter el gobierno de quien resulte ganador en los comicios a un eventual referéndum y apoyar en el conteo rápido el día de la jornada electoral.
Entre los estudiantes se consensuó igualmente pedir la investigación de los ingresos financieros de la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo.
Así como el planteamiento de juicios políticos a Peña Nieto por el uso de la violencia en Atenco (2006, cuando el priísta era gobernador del Estado de México) y al presidente Felipe Calderón, por la estrategia de combate contra el crimen organizado impulsado por el jefe del Ejecutivo.
Desde diferentes sectores de la sociedad se señala que dicha estrategia resultó fallida pues en seis años esta y los enfrentamientos de grupos criminales han cobrado la vida de más de 60 mil personas.
Voceros de la Coordinadora del #Yo Soy 132 dijeron el martes en un comunicado que las manifestaciones de los universitarios desde el pasado 18 de mayo han "encendido una luz en la vida pública del país".
Y lo ratificaron este miércoles en la Asamblea, cuando entre las voces de los presentes se oyó decir: "esto no acaba el 1 de julio. Esto es un temblor, un estallido que no parará".
Un nuevo perfil adquirió el movimiento juvenil #Yo Soy 132 después de su primera asamblea, celebrada con la asistencia de unos seis mil 500 jóvenes en representación de 49 universidades públicas y privadas de México.
Para el #Yo Soy 132 quedó claro que se trata de un movimiento que nació para ir más allá de la elección presidencial el próximo 1 de julio, lo cual amplía el espectro de lo que antes era solo demandar la democratización de los medios.
"Somos millones de mexicanos, de soñadores que queremos cambiar el miedo por esperanza, cambiar la violencia por armonía", fue el mensaje inicial de una reunión en la cual prevalecieron los sentimientos de unidad.
El punto de encuentro fue el campus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); aunque el epicentro del #Yo Soy 132 es la Universidad Iberoamericana, luego del rechazo a la visita que hiciera a ese centro el 11 de mayo el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto.
Las discusiones se armaron en torno a 15 mesas de trabajo que discutieron temas como la creación de un comité para incentivar el movimiento; buscar asesoramiento externo libre de políticos y sus partidos.
Además, trabajar en barrios, en las calles para difundir de qué se trata esta ola de inconformidad entre personas sin acceso a los medios electrónicos, el uso de las redes sociales y mantener las acciones con un carácter pacífico.
Los jóvenes rechazaron el neoliberalismo y reiteraron la no afiliación a partido político alguno, y pese a no dejar explícito en el documento final que es un movimiento anti-Peña Nieto, sí expresaron el sentimiento contrario hacia lo que el candidato representa.
No obstante, acordaron que se reunirá otra vez el próximo 5 de junio en áreas de la Facultad de Arquitectura de la UNAM para definir la postura en torno al aspirante del PRI a la Presidencia de la República.
Se escucharon también las propuestas de comprometer a los cuatro presidenciables a someter el gobierno de quien resulte ganador en los comicios a un eventual referéndum y apoyar en el conteo rápido el día de la jornada electoral.
Entre los estudiantes se consensuó igualmente pedir la investigación de los ingresos financieros de la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo.
Así como el planteamiento de juicios políticos a Peña Nieto por el uso de la violencia en Atenco (2006, cuando el priísta era gobernador del Estado de México) y al presidente Felipe Calderón, por la estrategia de combate contra el crimen organizado impulsado por el jefe del Ejecutivo.
Desde diferentes sectores de la sociedad se señala que dicha estrategia resultó fallida pues en seis años esta y los enfrentamientos de grupos criminales han cobrado la vida de más de 60 mil personas.
Voceros de la Coordinadora del #Yo Soy 132 dijeron el martes en un comunicado que las manifestaciones de los universitarios desde el pasado 18 de mayo han "encendido una luz en la vida pública del país".
Y lo ratificaron este miércoles en la Asamblea, cuando entre las voces de los presentes se oyó decir: "esto no acaba el 1 de julio. Esto es un temblor, un estallido que no parará".
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