Yarrington y Osiel Cárdenas

Lydia Cacho

Los gobernadores priístas fueron quienes abrieron las puertas al narcotráfico y poco a poco fueron aceptando dinero de la delincuencia organizada, de narcos y tratantes de personas, para sus campañas; sucedió con tal consistencia hasta que se fusionaron los pactos y se invisibiliza la diferencia entre ambos, permitiendo la infiltración en partidos y en los tres poderes de gobierno.

Por eso no podemos olvidar que las acusaciones contra Yarrington son parte de las confesiones que hizo Osiel Cárdenas Guillén en 2007. La PGR infiltrada por priístas se tardó dos años en contestar a Estados Unidos. Fue por ello que en 2009 no se pudo proceder con toda la fuerza que esperaban la DEA y la SEC, porque muchas propiedades fueron vendidas o traspasadas a familiares, lo cual complejizó las pesquisas del caso de lavado de dinero y conspiración para el crimen organizado.

Por eso es inaceptable el cinismo de Cavazos Lerma, ex gobernador de Tamaulipas y candidato al Senado, al decir que esto es un linchamiento. Le tiembla la voz porque, según las autoridades estadounidenses, él está involucrado. De allí que a él y a varios ex gobernadores les urge el fuero que les dará una senaduría o diputación.

El fiscal norteamericano está armando el caso de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. Contrario a lo que sucede en la PGR, la fiscalía norteamericana no está infiltrada por el PRI y no se detendrán porque los indicios son clarísimos: Tomás Yarrington recibió, como mínimo, pagos por “dejar pasar” el dinero. Cavazos Lerma jugó, según la investigación, un rol de accionista en las operaciones de Cárdenas Guillén; en el expediente se asegura que fue el tamaulipeco quien recomendó al cártel controlar las aduanas. La Fiscalía intentará demostrar que Cavazos Lerma colocó gente en las aduanas y facilitó el movimiento de dinero gracias a su gran cercanía con la Secretaría de Hacienda.

Hay un mandato ministerial de PGR para llevar a Yarrington y a Hernández a declarar ante la Unidad Especializada en Investigación de Delitos contra la Salud. Pero lo que no se ha dicho en México es que hay panistas que intentan detener este caso, porque hay una vinculación con el caso Stanford Bank, el fraude más importante revelado en Estados Unidos desde el arresto de Bernard Madoff.

El cierre del Stanford Bank se hizo con la información de Osiel Cárdenas. Desde allí el cártel del Golfo quedó dividido y sin dinero. Según el informe de la SEC (regulador bursátil estadounidense), hubo un fraude por 8 mil millones de dólares en productos financieros, prometiendo rendimientos imposibles. Pero el caso no termina aquí, porque también aparece en la lista Elba Esther Gordillo, quien acostumbrada a usar dinero ajeno, intentó invertir 2 mil millones de pesos en el Stanford, sin embargo, el fondo del retiro de las y los maestros pasó a manos de Josefina Vázquez Mota, así que fue ella quien decidió invertir en ese dudoso banco caribeño. Agustín Carstens creyó que invertir todo el fondo era peligroso y aprobó que salieran del país 1.6 millones; ese dinero está congelado por las autoridades norteamericanas, junto con el de Yarrington y otros políticos y narcos mexicanos. Fidel Herrera, según los reportes de la SEC, tiene allí 30 millones de dólares congelados.

Dos especialistas en lavado de dinero a quienes entrevisté, aseguran que México sigue siendo el país que menos coopera con la justicia internacional. La preocupación de los fiscales que llevan ambos casos vinculados, es que la PGR siga poniendo trabas en los procedimientos para evitar que esto explote. Sin embargo, quienes llevan ambos casos aseguran que, elecciones o no, el asunto seguirá hasta el fin.

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