La mayoría de encuestadoras no entrega al IFE datos que permitirían contrastar respuestas
Sondeos son usados para mentir y hacer propaganda: Marván
El instituto ha detectado múltiples deficiencias científicas en los estudios de opinión, señala
Preocupa a consejeros difusión de supuestas tendencias, por tener deficiencias metodológicas
Fabiola Martínez / La Jornada
Con un crecimiento extraordinario en el proceso electoral en curso, las encuestas se han convertido en elemento de propaganda y difusión de datos que no corresponden a la realidad.
Los estudios de opinión son usados para decir mentiras; se están utilizando de manera mañosa, advirtió María Marván Laborde, consejera del Instituto Federal Electoral (IFE).
En tanto, hasta el corte de mayo, 16 empresas se habían registrado para hacer encuestas de salida y conteos rápidos el primero de julio, día de los comicios, para difundir resultados de la contienda presidencial a partir de las ocho de la noche.
El IFE ha detectado múltiples deficiencias científicas de los sondeos; sin embargo, eso no ha sido impedimento para la publicación de supuestas tendencias.
La gran mayoría (de las encuestadoras) no nos entrega la base de datos, alertó Marván; con esa información se podrían contrastar las respuestas de los consultados con las preferencias electorales que aparecen en los medios de comunicación.
“¿Cómo pueden encuestas que dicen ser nacionales traer una 20 puntos de ventaja (de un candidato sobre otro) y otra cuatro? No es creíble. Eso quiere decir, necesariamente, que una de las dos miente.
“Y si no nos están entregando metodologías –añadió–, la situación se vuelve más preocupante porque puede llevar a cierta confusión al electorado. Una encuesta seria no es propagandística.”
Una revisión del informe del instituto muestra cientos de recuadros con la frase no indica, relacionada con los datos no entregados al IFE.
De 2 mil 330 reportes (tanto de las encuestas originales como de los espacios informativos en que se difunden) están prácticamente vacíos los recuadros en los que se debería anotar pormenores del estudio de opinión.
Escasean datos de recopilación (vivienda, telefónica, etcétera), método de muestreo, tamaño de la muestra, fraseo de la pregunta, porcentaje que no contestó, nivel de confianza, rango de error estadístico e incluso fecha del levantamiento.
En www.ife.org.mx están los datos, aunque un tanto escondidos. El interesado debe ir a la parte de avisos, luego ver todas las noticias para llegar al quinto informe de encuestas por muestreo, encuestas de salida y conteos rápidos. Después, seleccionar anexo.
El organismo electoral sólo tiene la facultad de exhortar a los involucrados en irregularidades a que las subsanen, pero no para censurar resultados. Sólo da elementos con el fin de que el ciudadano valore si una encuesta es seria y profesional o no, se indicó en la sesión del Consejo General del pasado jueves.
Adicionalmente, el IFE reportó que hasta ahora tiene, en promedio, información de 91 por ciento de las encuestas publicadas, es decir, de nueve por ciento no tiene nada.
De 82 estudios que han sido publicados por diversos medios de comunicación, 13 no han entregado un solo documento. Lo que más preocupa es que no están entregando la tasa general de rechazo (los ciudadanos consultados que no quisieron responder); el software para el procesamiento de información y la base de datos; ésa no nos la quieren entregar nunca y la metodología para determinar la muestra aleatoria, lo cual es sustancial, subrayó Marván.
Por ejemplo, en relación con una casa encuestadora cuyo trabajo difunde un periódico de circulación nacional, el secretario ejecutivo del IFE lamentó que se haga caso omiso a los requerimientos.
Ese diario no ha entregado a la fecha información de dos encuestas publicadas, a pesar de reiteradas solicitudes, apuntó.
En las conclusiones que presentó el instituto el jueves pasado aclara: “el presente informe no valida ni analiza la eficacia científica de los estudios publicados; simplemente ordena los elementos que le fueron presentados y expone su existencia y presentación ante la autoridad.
Lo que se valora es el cumplimiento del acuerdo y la presentación de los documentos que acreditan el trabajo demoscópico con los criterios científicos comúnmente aceptados.
Los consejeros Marván, Alfredo Figueroa y Lorenzo Córdova, manifestaron su preocupación por la creciente publicación de supuestas tendencias de votación con deficiencias metodológicas.
Figueroa propuso la realización de un foro para subsanar el déficit de información al que se enfrenta el ciudadano.
Marván señaló que es buena decisión que el IFE no sea el que deba calificar la calidad del trabajo de las encuestadoras y se limite a mostrar elementos para que los ciudadanos evalúen.
Le diría a los ciudadanos que desconfíen de una encuesta que no presenta base de datos, tasa de rechazo, el tamaño de la muestra o el margen de error.
El boom se evidencia con los siguientes datos: del 15 de diciembre al 9 de mayo se han difundido los resultados de mil 67 encuestas (125 en el periodo de precampaña, 181 en la intercampaña y 761 en la primera mitad de la campaña), derivados de 134 estudios registrados ante el IFE.
En el mismo periodo del proceso electoral de 2006, los estudios eran apenas 57 (es decir, la información metodológica entregada al árbitro electoral).
Aunado a la producción de encuestas, también se registra una difusión sin precedente de ellas.
Tomando en consideración el corte enero-mayo de 2012, el IFE contabiliza mil 67 encuestas originales (publicadas por el medio contratante o realizador de la misma); 229 reproducciones y mil 31 notas periodísticas acerca de los sondeos.
Por eso en el lapso referido, el gran total de información vinculada a tendencias de votación para la jornada del primero de julio es de 2 mil 327 piezas.
Sondeos son usados para mentir y hacer propaganda: Marván
El instituto ha detectado múltiples deficiencias científicas en los estudios de opinión, señala
Preocupa a consejeros difusión de supuestas tendencias, por tener deficiencias metodológicas
Fabiola Martínez / La Jornada
Con un crecimiento extraordinario en el proceso electoral en curso, las encuestas se han convertido en elemento de propaganda y difusión de datos que no corresponden a la realidad.
Los estudios de opinión son usados para decir mentiras; se están utilizando de manera mañosa, advirtió María Marván Laborde, consejera del Instituto Federal Electoral (IFE).
En tanto, hasta el corte de mayo, 16 empresas se habían registrado para hacer encuestas de salida y conteos rápidos el primero de julio, día de los comicios, para difundir resultados de la contienda presidencial a partir de las ocho de la noche.
El IFE ha detectado múltiples deficiencias científicas de los sondeos; sin embargo, eso no ha sido impedimento para la publicación de supuestas tendencias.
La gran mayoría (de las encuestadoras) no nos entrega la base de datos, alertó Marván; con esa información se podrían contrastar las respuestas de los consultados con las preferencias electorales que aparecen en los medios de comunicación.
“¿Cómo pueden encuestas que dicen ser nacionales traer una 20 puntos de ventaja (de un candidato sobre otro) y otra cuatro? No es creíble. Eso quiere decir, necesariamente, que una de las dos miente.
“Y si no nos están entregando metodologías –añadió–, la situación se vuelve más preocupante porque puede llevar a cierta confusión al electorado. Una encuesta seria no es propagandística.”
Una revisión del informe del instituto muestra cientos de recuadros con la frase no indica, relacionada con los datos no entregados al IFE.
De 2 mil 330 reportes (tanto de las encuestas originales como de los espacios informativos en que se difunden) están prácticamente vacíos los recuadros en los que se debería anotar pormenores del estudio de opinión.
Escasean datos de recopilación (vivienda, telefónica, etcétera), método de muestreo, tamaño de la muestra, fraseo de la pregunta, porcentaje que no contestó, nivel de confianza, rango de error estadístico e incluso fecha del levantamiento.
En www.ife.org.mx están los datos, aunque un tanto escondidos. El interesado debe ir a la parte de avisos, luego ver todas las noticias para llegar al quinto informe de encuestas por muestreo, encuestas de salida y conteos rápidos. Después, seleccionar anexo.
El organismo electoral sólo tiene la facultad de exhortar a los involucrados en irregularidades a que las subsanen, pero no para censurar resultados. Sólo da elementos con el fin de que el ciudadano valore si una encuesta es seria y profesional o no, se indicó en la sesión del Consejo General del pasado jueves.
Adicionalmente, el IFE reportó que hasta ahora tiene, en promedio, información de 91 por ciento de las encuestas publicadas, es decir, de nueve por ciento no tiene nada.
De 82 estudios que han sido publicados por diversos medios de comunicación, 13 no han entregado un solo documento. Lo que más preocupa es que no están entregando la tasa general de rechazo (los ciudadanos consultados que no quisieron responder); el software para el procesamiento de información y la base de datos; ésa no nos la quieren entregar nunca y la metodología para determinar la muestra aleatoria, lo cual es sustancial, subrayó Marván.
Por ejemplo, en relación con una casa encuestadora cuyo trabajo difunde un periódico de circulación nacional, el secretario ejecutivo del IFE lamentó que se haga caso omiso a los requerimientos.
Ese diario no ha entregado a la fecha información de dos encuestas publicadas, a pesar de reiteradas solicitudes, apuntó.
En las conclusiones que presentó el instituto el jueves pasado aclara: “el presente informe no valida ni analiza la eficacia científica de los estudios publicados; simplemente ordena los elementos que le fueron presentados y expone su existencia y presentación ante la autoridad.
Lo que se valora es el cumplimiento del acuerdo y la presentación de los documentos que acreditan el trabajo demoscópico con los criterios científicos comúnmente aceptados.
Los consejeros Marván, Alfredo Figueroa y Lorenzo Córdova, manifestaron su preocupación por la creciente publicación de supuestas tendencias de votación con deficiencias metodológicas.
Figueroa propuso la realización de un foro para subsanar el déficit de información al que se enfrenta el ciudadano.
Marván señaló que es buena decisión que el IFE no sea el que deba calificar la calidad del trabajo de las encuestadoras y se limite a mostrar elementos para que los ciudadanos evalúen.
Le diría a los ciudadanos que desconfíen de una encuesta que no presenta base de datos, tasa de rechazo, el tamaño de la muestra o el margen de error.
El boom se evidencia con los siguientes datos: del 15 de diciembre al 9 de mayo se han difundido los resultados de mil 67 encuestas (125 en el periodo de precampaña, 181 en la intercampaña y 761 en la primera mitad de la campaña), derivados de 134 estudios registrados ante el IFE.
En el mismo periodo del proceso electoral de 2006, los estudios eran apenas 57 (es decir, la información metodológica entregada al árbitro electoral).
Aunado a la producción de encuestas, también se registra una difusión sin precedente de ellas.
Tomando en consideración el corte enero-mayo de 2012, el IFE contabiliza mil 67 encuestas originales (publicadas por el medio contratante o realizador de la misma); 229 reproducciones y mil 31 notas periodísticas acerca de los sondeos.
Por eso en el lapso referido, el gran total de información vinculada a tendencias de votación para la jornada del primero de julio es de 2 mil 327 piezas.
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