PRI enfoca baterías en acusar y descalificar a AMLO

Jesusa Cervantes / Apro

A menos de un mes de la elección presidencial, el PRI decidió modificar su estrategia electoral, que centró en descalificaciones y acusaciones contra el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, el más cercano competidor del priista Enrique Peña Nieto, quien ante la sociedad se presenta como conciliador.

Después de que el diario Reforma dio a conocer una encuesta en la que ubicó al tabasqueño a cuatro puntos de distancia del mexiquense, la dirigencia del Revolucionario Institucional empezó a emitir comunicados con preguntas y acusaciones contra López Obrador.

Aquí una de las preguntas:

“¿Por qué Andrés Manuel López Obrador quiere ganar en marchas y violencia lo que no puede ganar en las urnas y por la vía pacífica?”.

Luego de hacer un recuento de las declaraciones que ha hecho el candidato del PRD, PT y Movimiento Ciudadano desde el pasado 31 de mayo hasta el día de hoy, sostiene que el dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) “ha desacreditado la autoridad del IFE y ha golpeado la reputación de los consejeros electorales”.

Además, agrega, “ha tratado de sembrar en la sociedad la idea ficticia de un posible fraude electoral y se ha negado a responder con claridad si reconocerá los resultados de la elección presidencial, lo que no hizo en 2006, cuando después de su derrota tomó Paseo de la Reforma y mandó al diablo a ‘sus’ instituciones”.

En uno de sus textos, el PRI recuerda que “el martes 5 de junio, diversos medios nacionales reportaron que en un mitin en Michoacán, López Obrador intentó nuevamente imponer en la opinión pública la idea de que existe una conspiración en su contra para ejecutar un fraude, lo que puede ser producto de una deliberada actitud para engañar a la sociedad mexicana”.

Y mientras el Revolucionario Institucional muestra la “mano dura”, su candidato, Enrique Peña Nieto, se presenta en los mítines y entrevistas con una cara amable y conciliadora.

El exgobernador del Estado de México sostiene que respetará a sus adversarios y que está en contra de la guerra sucia y de las descalificaciones o difamaciones.

Igual que lo hizo la víspera, el PRI difundió hoy un comunicado en el que hace cinco preguntas a López Obrador e incluso repite algunas.

En una de las preguntas repetidas insiste que si el presunto pase de charola a empresarios de parte de allegados del tabasqueño será para hacer de nueva cuenta un plantón en Reforma después de las elecciones. Y, así, el PRI desliza la posibilidad de que el candidato prepara un “conflicto postelectoral”.

“¿Por qué desacredita de antemano a la autoridad electoral? ¿Acaso está preparando un nuevo conflicto postelectoral, replicando los plantones de Reforma en toda la República Mexicana?

“¿Es para dicho fin que un miembro de su gabinete propuesto, Adolfo Hellmund, o su principal estratega electoral, Luis Costa Bonino, están pidiendo 6 millones de dólares?”.

Pero antes pregunta al candidato de las izquierdas: “¿Por qué desconfía de los ciudadanos que participan en la organización de la elección y en el conteo de los votos? Y ¿por qué pone en duda el resultado de la elección antes de que los ciudadanos vayan a votar?”.

Además, asegura que este miércoles, cuando el exjefe de Gobierno del Distrito Federal se reunió con un grupo de intelectuales, pretendió imponer la idea de que habrá fraude electoral y “no dio respuesta positiva a una destacada líder de la sociedad civil, quien le expresó si estaría dispuesto a firmar un compromiso para respetar las reglas, el árbitro y los resultados de la elección”.

El PRI señala que, contrario a López Obrador, ese instituto político reafirma su “respeto y firme reconocimiento a las instituciones electorales del país, en específico al IFE y a los consejeros electorales, quienes tendrán una gran responsabilidad en los próximos días. Pero sobre todo, reconocemos a los ciudadanos que participarán como organizadores de esta elección y que contarán los votos. Invitamos a la ciudadanía a acudir con civilidad y amplia participación a la jornada electoral el 1 de julio próximo. El PRI reconocerá los resultados de la elección”, puntualiza.

Y más, considera que Andrés Manuel López Obrador “es un mal perdedor y un mal demócrata porque cuando ganó la elección de jefe de Gobierno del Distrito Federal, en el año 2000, no tuvo queja ni de las instituciones electorales, ni de los ciudadanos. Sin embargo, cuando perdió en Tabasco, cuando perdió la elección presidencial en 2006 y ahora que anticipa su derrota en la elección presidencial de 2012, desconoce tanto a las instituciones electorales como al derecho de los ciudadanos de votar libre y democráticamente para elegir en paz a sus gobernantes”.

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