Paraguay: golpe legal
Azteca: acarreo a tope
Carlos Fernández-Vega / México SA
Fernando Lugo mordió el polvo. A escasos días de cumplir cuatro años como presidente de Paraguay, el llamado obispo de los pobres fue destituido el pasado viernes por el Congreso de su país, tras un juicio político fast track, por mal desempeño de sus funciones, según las cabezas visibles del operativo; es decir, los legisladores de aquella nación sudamericana. Para la Organización de Estados Americanos se trató de un golpe de Estado encubierto, y ya para que lo diga la OEA es que de plano el asunto resultó más que obvio.
Un mandatario no muy bien afianzado en el poder, según el resultado del pasado viernes, congresistas al servicio de los poderes fácticos (¿dónde se ha visto tal caso?) y no pocos intereses creados en juego fueron la combinación perfecta para que se concretar lo que hasta la OEA reconoce. Oficialmente, las causas de la destitución fueron por mal desempeño de sus funciones, la muerte de 17 personas (11 campesinos y seis policías) en un fallido desalojo de ocupación de tierras en Curuguaty, en el departamento de Canindeyú, generar una crisis con los labriegos del distrito de Ñacunday, y la inseguridad que se vive en el país sudamericano.
Como bien lo plasmó el editorial de La Jornada, el episodio paraguayo es revelador de los escollos que enfrentan los gobiernos latinoamericanos cuando deciden alejarse, así sea un poco, de los postulados neoliberales y confrontar estamentos políticos y económicos privilegiados, enquistados en las instituciones públicas y renuentes a ceder un ápice en sus históricos privilegios, aunque ello implique la subversión de los principios democráticos y de la voluntad popular. Para efectos prácticos, la conjura oligárquica que se consumó ayer en el Senado paraguayo equivale a una restauración del régimen autoritario que prevaleció durante más de seis décadas hasta antes de la elección de Lugo en 2008, y cuyos primeros ribetes represivos tuvieron lugar con las agresiones de elementos de la policía en contra de la resistencia popular que se congregó en la Plaza de las Armas de Asunción para respaldar al mandatario.
Cuando menos en materia económica, mal, lo que se llama mal, no lo hizo Fernando Lugo, y de ello da cuenta el más reciente reporte de la Cepal sobre el particular. De entrada, con la información del organismo, su gobierno logró una tasa de crecimiento muy superior (el doble) de la obtenida por el actual inquilino de Los Pinos, logró incrementar el ingreso de los paraguayos menos favorecidos (eufemismo neoliberal para catalogar a los pobres) y aumentó la captación fiscal, principalmente de los grandes consorcios privados, los que, muy a la mexicana, en más de seis décadas de gobiernos colorados (por el partido político que lleva ese nombre) prácticamente no pagaron impuestos.
En sus casi cuatro años en la presidencia paraguaya, el gobierno de Lugo reportó una tasa promedio anual de crecimiento de 3.85 por ciento, y en 2010 encabezó el inventario de países latinoamericanos con el mejor comportamiento económico (con Calderón el mejor lugar alcanzado fue el número 16, de 20 posibles). En 2011, apunta la Cepal, los ingresos tributarios se incrementaron 15.8 por ciento con relación al año anterior, principalmente debido a la mayor recaudación de los impuestos sobre la renta, que aumentó 24.7 por ciento. Asimismo, se registraron cuantiosos aumentos de la recaudación del IVA (13.5 por ciento) y de los impuestos al comercio exterior (13.4). La recaudación se vio favorecida por la notable demanda interna registrada por el Paraguay en 2011. Por otra parte, los ingresos no tributarios aumentaron 19.6 por ciento; su componente más importante fueron los recursos provenientes de las entidades binacionales Itaipú y Yacyretá, que ascendieron a casi 620 millones de dólares (equivalente a 2.4 por ciento del PIB), lo que representa un incremento de 13.7 por ciento respecto de 2010. En total, los ingresos públicos (tributarios, no tributarios y de capital) mostraron un alza interanual de 18.3 por ciento.
Por otra parte, al cierre de 2011 el índice general de sueldos y salarios aumentó 8.7 por ciento (casi el doble que la inflación general) con respecto al mismo mes de 2010. El mayor crecimiento correspondió a los sectores del comercio (11.5 por ciento) e intermediación financiera (10.3). El sector de comunicaciones registró la menor expansión (2.9), que además fue significativamente inferior a la inflación (4.9) del mismo periodo.
Para 2012 (sin considerar los efectos del golpe del pasado viernes) se prevé que la economía paraguaya experimente una contracción de 1.5 por ciento, debido principalmente a la pérdida de dinamismo del sector agrícola, el de mayor importancia. El sector se ve afectado por una grave sequía que ha azotado al país en los últimos meses. La desaceleración de la economía también obedece al pobre desempeño del sector ganadero, que sigue sintiendo el impacto negativo del brote de fiebre aftosa detectado en el país en septiembre de 2011. Por el lado monetario, la tasa media ponderada de los instrumentos de regulación monetaria siguió la tendencia descendente iniciada a finales de 2011, para ubicarse en 6.5 por ciento en marzo de 2012. En cuanto al rubro cambiario, en marzo de 2012 se registró una ligera apreciación interanual de 0.3 por ciento del tipo de cambio nominal, y de 0.9 por ciento del tipo de cambio real del guaraní frente al dólar. La inflación interanual al cierre del primer trimestre del presente año se ubicó en 3.3 por ciento. El menor nivel de inflación observado en los primeros meses de 2012 obedece a la baja de los precios de alimentos (principalmente los productos del sector ganadero).
En el ámbito legislativo, concluye la Cepal, destaca el progreso de la Ley del impuesto a la renta personal que, después de ser aplazada durante los últimos cuatro años, ha sido aprobada por la Cámara de Diputados, y a punto está de aprobarse en la Cámara de Senadores, es decir, por el segmento del legislativo que destituyó a Lugo el pasado viernes.
Las rebanadas del pastel
De película de terror el acarreo peñanietista en el estadio Azteca. Camiones, camiones y más camiones cercaron las vías de acceso al coloso de Santa Úrsula, también propiedad de Televisa, y los que padecieron el consecuente cuan terrible embotellamiento dominical de inmediato recordaron por quién no van a votar el próximo 1º de julio. Cuando menos esa fue la interpretación de las sonorísimas mentadas de madre que incesantemente lanzaron en contra del encopetado de la fábrica de los sueños.
Azteca: acarreo a tope
Carlos Fernández-Vega / México SA
Fernando Lugo mordió el polvo. A escasos días de cumplir cuatro años como presidente de Paraguay, el llamado obispo de los pobres fue destituido el pasado viernes por el Congreso de su país, tras un juicio político fast track, por mal desempeño de sus funciones, según las cabezas visibles del operativo; es decir, los legisladores de aquella nación sudamericana. Para la Organización de Estados Americanos se trató de un golpe de Estado encubierto, y ya para que lo diga la OEA es que de plano el asunto resultó más que obvio.
Un mandatario no muy bien afianzado en el poder, según el resultado del pasado viernes, congresistas al servicio de los poderes fácticos (¿dónde se ha visto tal caso?) y no pocos intereses creados en juego fueron la combinación perfecta para que se concretar lo que hasta la OEA reconoce. Oficialmente, las causas de la destitución fueron por mal desempeño de sus funciones, la muerte de 17 personas (11 campesinos y seis policías) en un fallido desalojo de ocupación de tierras en Curuguaty, en el departamento de Canindeyú, generar una crisis con los labriegos del distrito de Ñacunday, y la inseguridad que se vive en el país sudamericano.
Como bien lo plasmó el editorial de La Jornada, el episodio paraguayo es revelador de los escollos que enfrentan los gobiernos latinoamericanos cuando deciden alejarse, así sea un poco, de los postulados neoliberales y confrontar estamentos políticos y económicos privilegiados, enquistados en las instituciones públicas y renuentes a ceder un ápice en sus históricos privilegios, aunque ello implique la subversión de los principios democráticos y de la voluntad popular. Para efectos prácticos, la conjura oligárquica que se consumó ayer en el Senado paraguayo equivale a una restauración del régimen autoritario que prevaleció durante más de seis décadas hasta antes de la elección de Lugo en 2008, y cuyos primeros ribetes represivos tuvieron lugar con las agresiones de elementos de la policía en contra de la resistencia popular que se congregó en la Plaza de las Armas de Asunción para respaldar al mandatario.
Cuando menos en materia económica, mal, lo que se llama mal, no lo hizo Fernando Lugo, y de ello da cuenta el más reciente reporte de la Cepal sobre el particular. De entrada, con la información del organismo, su gobierno logró una tasa de crecimiento muy superior (el doble) de la obtenida por el actual inquilino de Los Pinos, logró incrementar el ingreso de los paraguayos menos favorecidos (eufemismo neoliberal para catalogar a los pobres) y aumentó la captación fiscal, principalmente de los grandes consorcios privados, los que, muy a la mexicana, en más de seis décadas de gobiernos colorados (por el partido político que lleva ese nombre) prácticamente no pagaron impuestos.
En sus casi cuatro años en la presidencia paraguaya, el gobierno de Lugo reportó una tasa promedio anual de crecimiento de 3.85 por ciento, y en 2010 encabezó el inventario de países latinoamericanos con el mejor comportamiento económico (con Calderón el mejor lugar alcanzado fue el número 16, de 20 posibles). En 2011, apunta la Cepal, los ingresos tributarios se incrementaron 15.8 por ciento con relación al año anterior, principalmente debido a la mayor recaudación de los impuestos sobre la renta, que aumentó 24.7 por ciento. Asimismo, se registraron cuantiosos aumentos de la recaudación del IVA (13.5 por ciento) y de los impuestos al comercio exterior (13.4). La recaudación se vio favorecida por la notable demanda interna registrada por el Paraguay en 2011. Por otra parte, los ingresos no tributarios aumentaron 19.6 por ciento; su componente más importante fueron los recursos provenientes de las entidades binacionales Itaipú y Yacyretá, que ascendieron a casi 620 millones de dólares (equivalente a 2.4 por ciento del PIB), lo que representa un incremento de 13.7 por ciento respecto de 2010. En total, los ingresos públicos (tributarios, no tributarios y de capital) mostraron un alza interanual de 18.3 por ciento.
Por otra parte, al cierre de 2011 el índice general de sueldos y salarios aumentó 8.7 por ciento (casi el doble que la inflación general) con respecto al mismo mes de 2010. El mayor crecimiento correspondió a los sectores del comercio (11.5 por ciento) e intermediación financiera (10.3). El sector de comunicaciones registró la menor expansión (2.9), que además fue significativamente inferior a la inflación (4.9) del mismo periodo.
Para 2012 (sin considerar los efectos del golpe del pasado viernes) se prevé que la economía paraguaya experimente una contracción de 1.5 por ciento, debido principalmente a la pérdida de dinamismo del sector agrícola, el de mayor importancia. El sector se ve afectado por una grave sequía que ha azotado al país en los últimos meses. La desaceleración de la economía también obedece al pobre desempeño del sector ganadero, que sigue sintiendo el impacto negativo del brote de fiebre aftosa detectado en el país en septiembre de 2011. Por el lado monetario, la tasa media ponderada de los instrumentos de regulación monetaria siguió la tendencia descendente iniciada a finales de 2011, para ubicarse en 6.5 por ciento en marzo de 2012. En cuanto al rubro cambiario, en marzo de 2012 se registró una ligera apreciación interanual de 0.3 por ciento del tipo de cambio nominal, y de 0.9 por ciento del tipo de cambio real del guaraní frente al dólar. La inflación interanual al cierre del primer trimestre del presente año se ubicó en 3.3 por ciento. El menor nivel de inflación observado en los primeros meses de 2012 obedece a la baja de los precios de alimentos (principalmente los productos del sector ganadero).
En el ámbito legislativo, concluye la Cepal, destaca el progreso de la Ley del impuesto a la renta personal que, después de ser aplazada durante los últimos cuatro años, ha sido aprobada por la Cámara de Diputados, y a punto está de aprobarse en la Cámara de Senadores, es decir, por el segmento del legislativo que destituyó a Lugo el pasado viernes.
Las rebanadas del pastel
De película de terror el acarreo peñanietista en el estadio Azteca. Camiones, camiones y más camiones cercaron las vías de acceso al coloso de Santa Úrsula, también propiedad de Televisa, y los que padecieron el consecuente cuan terrible embotellamiento dominical de inmediato recordaron por quién no van a votar el próximo 1º de julio. Cuando menos esa fue la interpretación de las sonorísimas mentadas de madre que incesantemente lanzaron en contra del encopetado de la fábrica de los sueños.
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