Los focos rojos de Peña

Salvador García Soto

Sin grandes golpes o saldos negativos del último debate, y cumplido su objetivo de salir de Guadalajara sin mayor daño, el candidato puntero, Enrique Peña Nieto se enfila hacia la recta final de su campaña. Los 20 días que restan para el 1 de julio serán de la mayor tensión y de salto de obstáculos para lograr conservar la ventaja que, aún con su descenso de las últimas semanas, le siguen dando la mayoría de las encuestas.

Peña y sus estrategas saben que aun cuando viene cayendo en los sondeos, las tres semanas que faltan para la votación son claves para reforzar lo que ha sido su prioridad desde el arranque de campaña: contener la caída y evitar que la ventaja sobre el segundo lugar se cierre demasiado. La meta que se han propuesto es que la diferencia final quede entre los 10 Y 12 puntos para cerrar el margen a una impugnación postelectoral. Si cada punto en las encuestas vale 500 mil votos, la diferencia ideal que buscan los peñistas sería de mínimo 5 millones de votos.

En el mapa electoral que manejan en el cuarto de guerra de Peña Nieto hay cuatro estados en los que hay encendidos focos rojos, tanto por que los puede perder el PRI en las gubernaturas en disputa, como también porque puede perderlos el candidato presidencial. Se trata de Tabasco, Morelos, Guerrero, Distrito Federal y Sonora. Las intenciones de voto, en esos cuatro estados, no favorecen a Peña, pero sus pérdidas ya están calculadas en la sumatoria nacional, de tal modo que son un riesgo calculado.

En Morelos, los sondeos internos del PRI indican que, tras un empate, el candidato del PRD, Graco Ramírez se ha comenzado a despegar y en estos momentos lleva una ventaja de hasta 6 puntos sobre el abanderado priista Amado Orihuela. Incluso, la elección morelense es de las que más riesgo trae para el priista, pues en los corrillos del estado se habla insistentemente de una “bomba” en contra Orihuela que ya está en poder de Graco y que podría ser detonada una semana antes de la elección. Se habla de presuntos vínculos con el narcotráfico.

Mientras tanto en Tabasco, lo cerrado de la contienda entre el priista Jesús Alí y el perredista Arturo Núñez, hace que el empate técnico que en estos momentos tienen los dos candidatos pueda definirse a favor de Núñez, según las estimaciones internas del propio PRI nacional. Sin embargo, la elección local aún la mantienen en calidad de “foco rojo”, pero sí se reconoce que el estado lo va a perder Peña Nieto porque la ventaja que le lleva Andrés Manuel López Obrador en su tierra es de casi dos por uno.

El DF ya se da por descontado como entidad perdida para el PRI . La ventaja del PRD, que se refleja en los amplios porcentajes de su candidato Miguel Angel Mancera, se traduce también en una diferencia notoria de López Obrador para ganar la elección presiencial en la capital.

Sonora y Guerrero son dos entidades que también puede perder el PRI; en el primer caso los análisis internos hablan del buen trabajo político del gobernador panista Guillermo Padrés, y en el segundo, en Guerrero lo atribuyen a que la estructura del PRI quedo debilitada y dividida tras la fractura provocada por el actual mandatario Angel Heladio Aguirre, quien ha coptado a buena parte del priismo histórico del estado, que ahora trabaja para el PRD.

En contraparte, los cálculos de los peñistas estiman que la elección la ganaran sin problemas en estados clave como el de México, tierra del candidato; Veracruz, Jalisco, Puebla, Nuevo León e incluso Guanajuato, lo que combinado con el resto de las entidades, 21 en total donde Peña mantiene ventaja, les da para garantizar el triunfo que aún esperan holgado, según sus estimaciones.

Así que, en sus números y cuentas internas, los “focos rojos” de Peña sí se están tomando en cuenta pero no son, al menos hasta ahora, una amenaza en los planes del candidato priista. A l menos eso es lo que valoran al momento, a escasas dos semanas de la votación, sus estrategas.

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