Salvador García Soto
Entre los muchos intereses que se mueven en la batalla por la sucesión presidencial que se libra en México, hay algunos que sin ser explícitos ni evidentes, actúan y están latentes en la disputa de poder a favor de uno u otro candidato. Las distintas corrientes de la iglesia católica mexicana, algunas más activas y explícitas otras más discretas o soterradas, muestran también sus simpatías por los candidatos presidenciales.
Grupos del ala derecha de la iglesia como el Opus Dei y algunos obispos de la CEM simpatizan con la candidatura de Enrique Peña Nieto, otros obispos apoyan a Josefina Vázquez Mota y la orden de los Jesuita, influyente en el tema de universidades y educación superior está claramente apoyando a Andrés Manuel López Obrador.
Aunque no se trate de vínculos abiertos o públicos, en el caso de Peña Nieto y el Opus Dei, hay una antigua relación que data de cuando el hoy abanderado del PRI estudió leyes en la Universidad Panamericana, en el plantel de la Ciudad de México. Aunque Peña no es ni ha sido parte de la estructura de numerarios y supernumerarios que trabajan en la Obra, como se conoce a la labor social, empresarial y doctrinaria del Opus Dei, Peña tiene vínculos afectivos con su alma mater y la agrupación lo ve con simpatía aunque tampoco, según especialistas, hay un apoyo directo de esta orden con fuerte poder económico e influencia social a la campaña del priista.
También en la Conferencia del Episcopado Mexicano Peña tiene obispos adeptos. Aunque el organismo cupular de la iglesia ha sido muy cuidadoso y en su último encuentro invitó a todos los candidatos presidenciales y les dio a cada uno el mismo tiempo para una exposición en privado, es sabido que varios obispos, el más evidente Onésimo Cepeda de Ecatepec, pero también otros, expresaron en ese encuentro privado sus simpatías hacia el abanderado del PRI.
Josefina Vázquez Mota sería, en el caso de la CEM la que podría reunir más apoyos. Obispos como el de León, José Guadalupe Martín Rabago o Cardenales como Juan Sandoval Iñiguez, ya en el retiro, son parte de un ala de la iglesia abiertamente propanista, aunque en esta sucesión han jugado un papel mucho menos activo y algunos de los antiguos obispos que apoyaban al PAN, decepcionados del trato que les dio Felipe Calderón, no hacen más activismo en las iglesias por es ese partido. Josefina también tiene en su equipo a Alberto Athie, ex sacerdote y parte de los denunciantes del padre Maciel, vinculados a una corriente más abierta en la iglesia mexicana.
Pero de estos tres candidatos, el que tiene el apoyo más activo de una orden religiosa católica es sin duda Andrés Manuel López Obrador. Los jesuitas están jugando un papel activo en estas campañas y sus vínculos históricos con el pensamiento liberal y ahora con las izquierdas, han salido a relucir en esta campaña. No es casual que el movimiento de los estudiantes que rechazaron a Peña y ahora enarbolan varias demandas, conocido como “#Yo soy 132” haya comenzado en la Universidad Iberoamericana, uno de las instituciones educativas de los jesuitas en México. El rector José Morales Orozco, fue presidente de la Conferencia de Institutos religiosos de México y tenía fuertes vínculos con el grupo de obispos de la teología de la liberación que encabezó el obispo Samuel Ruiz. El ex rector de la Ibero, Enrique González Torres tiene relación directa con Manuel Camacho Solís y con José Agustín Ortíz Pinchetti, dos hombres cercanos a AMLO.
Así que, abierta o discretamente, hay corrientes de la iglesia que también están jugando en estas campañas. Lo hacen con sus postulados, su fé, pero también con un interés más mundano.
NOTAS INDISCRETAS…El general Ricardo Trevilla, vocero de la Sedena, afirma que “el ejército no está convulsionado, golpeado en su imagen pública si, pero no desgastado ni en crisis y menos al nivel del 68”. Junto a su dicho el general envió tres encuestas recientes que siguen colocando a las fuerzas armadas como la institución de más confianza entre los mexicanos, aunque si hay una disminución en sus calificaciones. Hasta ahí el comentario del general…Se mueven los dados. Escalera.
Entre los muchos intereses que se mueven en la batalla por la sucesión presidencial que se libra en México, hay algunos que sin ser explícitos ni evidentes, actúan y están latentes en la disputa de poder a favor de uno u otro candidato. Las distintas corrientes de la iglesia católica mexicana, algunas más activas y explícitas otras más discretas o soterradas, muestran también sus simpatías por los candidatos presidenciales.
Grupos del ala derecha de la iglesia como el Opus Dei y algunos obispos de la CEM simpatizan con la candidatura de Enrique Peña Nieto, otros obispos apoyan a Josefina Vázquez Mota y la orden de los Jesuita, influyente en el tema de universidades y educación superior está claramente apoyando a Andrés Manuel López Obrador.
Aunque no se trate de vínculos abiertos o públicos, en el caso de Peña Nieto y el Opus Dei, hay una antigua relación que data de cuando el hoy abanderado del PRI estudió leyes en la Universidad Panamericana, en el plantel de la Ciudad de México. Aunque Peña no es ni ha sido parte de la estructura de numerarios y supernumerarios que trabajan en la Obra, como se conoce a la labor social, empresarial y doctrinaria del Opus Dei, Peña tiene vínculos afectivos con su alma mater y la agrupación lo ve con simpatía aunque tampoco, según especialistas, hay un apoyo directo de esta orden con fuerte poder económico e influencia social a la campaña del priista.
También en la Conferencia del Episcopado Mexicano Peña tiene obispos adeptos. Aunque el organismo cupular de la iglesia ha sido muy cuidadoso y en su último encuentro invitó a todos los candidatos presidenciales y les dio a cada uno el mismo tiempo para una exposición en privado, es sabido que varios obispos, el más evidente Onésimo Cepeda de Ecatepec, pero también otros, expresaron en ese encuentro privado sus simpatías hacia el abanderado del PRI.
Josefina Vázquez Mota sería, en el caso de la CEM la que podría reunir más apoyos. Obispos como el de León, José Guadalupe Martín Rabago o Cardenales como Juan Sandoval Iñiguez, ya en el retiro, son parte de un ala de la iglesia abiertamente propanista, aunque en esta sucesión han jugado un papel mucho menos activo y algunos de los antiguos obispos que apoyaban al PAN, decepcionados del trato que les dio Felipe Calderón, no hacen más activismo en las iglesias por es ese partido. Josefina también tiene en su equipo a Alberto Athie, ex sacerdote y parte de los denunciantes del padre Maciel, vinculados a una corriente más abierta en la iglesia mexicana.
Pero de estos tres candidatos, el que tiene el apoyo más activo de una orden religiosa católica es sin duda Andrés Manuel López Obrador. Los jesuitas están jugando un papel activo en estas campañas y sus vínculos históricos con el pensamiento liberal y ahora con las izquierdas, han salido a relucir en esta campaña. No es casual que el movimiento de los estudiantes que rechazaron a Peña y ahora enarbolan varias demandas, conocido como “#Yo soy 132” haya comenzado en la Universidad Iberoamericana, uno de las instituciones educativas de los jesuitas en México. El rector José Morales Orozco, fue presidente de la Conferencia de Institutos religiosos de México y tenía fuertes vínculos con el grupo de obispos de la teología de la liberación que encabezó el obispo Samuel Ruiz. El ex rector de la Ibero, Enrique González Torres tiene relación directa con Manuel Camacho Solís y con José Agustín Ortíz Pinchetti, dos hombres cercanos a AMLO.
Así que, abierta o discretamente, hay corrientes de la iglesia que también están jugando en estas campañas. Lo hacen con sus postulados, su fé, pero también con un interés más mundano.
NOTAS INDISCRETAS…El general Ricardo Trevilla, vocero de la Sedena, afirma que “el ejército no está convulsionado, golpeado en su imagen pública si, pero no desgastado ni en crisis y menos al nivel del 68”. Junto a su dicho el general envió tres encuestas recientes que siguen colocando a las fuerzas armadas como la institución de más confianza entre los mexicanos, aunque si hay una disminución en sus calificaciones. Hasta ahí el comentario del general…Se mueven los dados. Escalera.
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