López Obrador celebró en La Minerva

El aspirante del Movimiento Progresista a la Presidencia festeja ante miles de simpatizantes

Francisco González / El Informador


Arriba, el templete lucía lleno. Las banderas de los asistentes, por todo lo alto y ondeando. La sonrisa, completa. Andrés Manuel López Obrador, candidato a la presidencia de México por el Movimiento Progresista, se siente en su elemento cuando está frente a los votantes. Se mueve con soltura. Las ojeras y el cansancio de una jornada compleja se borran de su rostro. Cuando habla, se ve fresco, con una sonrisa de lado a lado, toma el micrófono con fuerza. La voz no le tiembla. Miles de miradas apuntaban a él. Está en su elemento.

El López Obrador que estuvo en la Minerva, durante el magno mitin organizado por partidos de izquierda sobre avenida Vallarta, se veía lleno de energía. El encuentro marcó el arranque de la etapa final de su campaña. Llegó apenas media hora después de concluido el ejercicio democrático que lo llevó a Expo Guadalajara. "Amigas y amigos de Jalisco, me da mucho gusto celebrar con ustedes el resultado final de este debate", saludó, antes de ser interrumpido por una sonora ovación. Sus simpatizantes se contaban por miles. Familias, jóvenes y ancianos vitoreaban cada palabra de quien para ellos ya es presidente. La euforia era total.

"Quiero decir que nos funcionó la estrategia -continuó el tabasqueño, flanqueado por Enrique Alfaro (candidato a gobernador de Jalisco por Movimiento Ciudadano, otra fusión de izquierdas) y Elena Poniatowska (escritora e intelectual cercana a su campaña)- Le hice caso a mis asesores. ¿Saben quiénes son mis asesores? La gente, el pueblo".

"Recorro, como ustedes saben, todo el país. Y todos los días establezco comunicación con la gente", explicó. El silencio mientras hablaba era casi sepulcral. "Llevo a cabo diálogos, circulares, y en los últimos años, escuché lo que me decían: 'En el debate, propuestas, propuestas, propuestas. Ya lo demás, no hay que preocuparnos, porque nos van a ver millones, ya que se abrieron las televisoras'. Llevaba alguna documentación, pero no hubo necesidad". Y dicho esto, las porras lo volvieron a interrumpir.

El discurso de López Obrador, con la Minerva de fondo, fue un resumen de lo que había dicho en el debate. Agradeció a los estudiantes que lo apoyan, a los campesinos, al ciudadano común e incluso trató de atraer a sus adversarios. "No voy a traicionar al pueblo de México", señaló en el tramo final de su intervención. Al final, los mariachis subieron al escenario. La sonrisa de López Obrador seguía intacta.

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