F) TRIPLICANDO LOS VOTOS
Caso 2. En la casilla 4447 básica de Veracruz, según el acta se acumularon 620 votos para presidente, en este caso, 326 eran para el PAN, 114 para la Alianza y 146 para la Coalición:
Pero se ve claramente que sólo llegaron 232 boletas para la elección presidencial y aunque 207 ciudadanos fueron a votar y solo se encontraron 205 votos en la urna, pero… según el acta sobraron ¡184 boletas! y eso sin mencionar que la lista nominal de esa casilla era de 381 ciudadanos (¡QUE ALGUIEN ME EXPLIQUE!).
La casilla fue capturada y sumada tal cual tanto en el PREP como en los cómputos distritales, nadie la impugnó y aunque lo hubiera sido (como lo fue la casilla contigua de esta sección, a pesar de que la contigua fue contada nuevamente en el distrito), de nada hubiera servido por que en el juicio SUP-JIN-025-2006, a cargo también de Alfonsina Berta Navarro, se confirmaron los resultados de la votación obtenida en los cómputos distritales, ya que sólo una casilla de todas las impugnadas fue analizada (la 4497 contigua 2).
El motivo de este tipo de actas, es que los votos de las tres elecciones fueron sumados por los funcionarios de casilla y puestos en las tres actas (en efecto, las tres actas de los dos anteriores casos son idénticas en cuanto a resultados), la directiva del Consejo General de no abrir actas en el cómputo, permitió que semejantes barbaridades se mantuvieran en el cómputo y no fueran corregidas (como ven el principal beneficiado era el PAN), el consejo general y los consejos distritales por lo tanto violaron la ley, al parecer impunemente.
Las doce casillas anteriores son solo algunas muestras de la falta absoluta de certeza en el cómputo distrital (y por lo tanto de todo el proceso electoral), ya he analizado el PREP y con estas casillas analizadas (de las que mostré solo un para de cada tipo, pero hay muchas más de cada tipo), se muestra que si algo nos queda claro es que realmente NO SABEMOS NADA DEL PROCESO ELECTORAL, no sabemos cuantos ciudadanos votaron, no sabemos, cuantos votos obtuvieron los candidatos y no sabemos cual fue la diferencia real entre los dos candidatos punteros ¡¿Eso se llama certeza?! (en mi próximo escrito analizaré más de las trampas que le permitieron a Raterón proclamarse “presidente electo” y que son distintas a las analizadas).
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