Roberto González Amador, Israel Rodríguez J., Susana González G. y José Antonio Román / Enviados La Jornada
La crisis económica y financiera, que se prolonga ya por cinco años, se encuentra en una nueva fase, afirmó este domingo Robert B. Zoellick, presidente del Banco Mundial (BM). Es importante no sólo reconocer que hay una nueva etapa de crisis continua, sino que se requieren políticas distintas a las empleadas en 2008 para hacerle frente, afirmó. Lo que es crítico es restablecer la confianza, consideró Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las alternativas de solución a la crisis internacional no deben concentrarse en el corto plazo, expuso Zoellick, al participar junto con la directora gerente del FMI en un encuentro organizado por empresarios, previo a la reunión de presidentes del Grupo de los 20 (G-20) países con las mayores economías del mundo.
El encuentro del G-20, presidido por México, está inevitablemente marcado por el desarrollo de la crisis económica y financiera que ahora tiene como epicentro a los países de la zona del euro, en particular a Grecia, España e Italia. En el mismo foro en que estuvieron Zoellick y Lagarde participó el mexicano José Ángel Gurría, presidente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Abrió su intervención informando a los presentes el resultado –en ese momento preliminar– de la elección de este domingo en Grecia, que se saldaron sin mayoría clara respecto de seguir o modificar las políticas de austeridad impuestas a cambio del rescate financiero de la Unión Europea y el FMI.
Que en una reunión como esta no se hable de África o de América Latina es una buena noticia, comentó Gurría cuando uno de los asistentes al foro convocado por el B-20 reclamó a los ponentes la escasa atención en la agenda del encuentro a las naciones en desarrollo.
Sin embargo, la crisis que ha trasladado su epicentro a Europa es uno de los temas centrales de esta reunión del G-20, el grupo que reúne a naciones avanzadas y en desarrollo.
La incertidumbre en torno al desarrollo de la crisis financiera y económica tiene que ver no sólo con Grecia, sino también con los acontecimientos en España. En ese país, un rescate del sistema bancario con fondos europeos, garantizado por el gobierno de derecha que asumirá el costo de esa deuda, no logró atenuar las presiones financieras, que cada día paga más para saldar los intereses de su deuda, lo que a la vez presiona el déficit fiscal en un momento en que la economía está en recesión y más de una quinta parte de la población desempleada.
Creo que todo mundo sabe que esta reunión se lleva a cabo en un momento crítico, expuso Zoellick. Estamos esperando que Europa nos diga qué es lo que se debe hacer, o qué se va a hacer. Los mercados pueden manejar (el riesgo) y los mercados lo conocen. El problema y el riesgo aquí es que la elaboración de políticas es lo que arroja incertidumbre.
Para tomar el ejemplo de España, yo preguntaba cómo es que se anuncian cien mil millones de euros (en recursos disponibles) y eso se torna en una historia negativa. Eso es tremendo. La ejecución fue mala, nadie sabía de dónde provenía el dinero, o cuál era la subordinación (cómo se contabilizaría en la cuenta pública) o cuál era el efecto de la deuda. Tomaron una gran bala y la desperdiciaron y España está haciendo lo que Alemania recomendó: hacer consolidación fiscal, reformas estructurales, pero todos reconocen que esas reformas van a tomar tiempo para que se vean beneficios. Necesitan un mecanismo de inversión y fondeo. Hay puntos básicos donde no tenemos las respuestas, afirmó Zoellick.
La crisis económica y financiera, que se prolonga ya por cinco años, se encuentra en una nueva fase, afirmó este domingo Robert B. Zoellick, presidente del Banco Mundial (BM). Es importante no sólo reconocer que hay una nueva etapa de crisis continua, sino que se requieren políticas distintas a las empleadas en 2008 para hacerle frente, afirmó. Lo que es crítico es restablecer la confianza, consideró Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las alternativas de solución a la crisis internacional no deben concentrarse en el corto plazo, expuso Zoellick, al participar junto con la directora gerente del FMI en un encuentro organizado por empresarios, previo a la reunión de presidentes del Grupo de los 20 (G-20) países con las mayores economías del mundo.
El encuentro del G-20, presidido por México, está inevitablemente marcado por el desarrollo de la crisis económica y financiera que ahora tiene como epicentro a los países de la zona del euro, en particular a Grecia, España e Italia. En el mismo foro en que estuvieron Zoellick y Lagarde participó el mexicano José Ángel Gurría, presidente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Abrió su intervención informando a los presentes el resultado –en ese momento preliminar– de la elección de este domingo en Grecia, que se saldaron sin mayoría clara respecto de seguir o modificar las políticas de austeridad impuestas a cambio del rescate financiero de la Unión Europea y el FMI.
Que en una reunión como esta no se hable de África o de América Latina es una buena noticia, comentó Gurría cuando uno de los asistentes al foro convocado por el B-20 reclamó a los ponentes la escasa atención en la agenda del encuentro a las naciones en desarrollo.
Sin embargo, la crisis que ha trasladado su epicentro a Europa es uno de los temas centrales de esta reunión del G-20, el grupo que reúne a naciones avanzadas y en desarrollo.
La incertidumbre en torno al desarrollo de la crisis financiera y económica tiene que ver no sólo con Grecia, sino también con los acontecimientos en España. En ese país, un rescate del sistema bancario con fondos europeos, garantizado por el gobierno de derecha que asumirá el costo de esa deuda, no logró atenuar las presiones financieras, que cada día paga más para saldar los intereses de su deuda, lo que a la vez presiona el déficit fiscal en un momento en que la economía está en recesión y más de una quinta parte de la población desempleada.
Creo que todo mundo sabe que esta reunión se lleva a cabo en un momento crítico, expuso Zoellick. Estamos esperando que Europa nos diga qué es lo que se debe hacer, o qué se va a hacer. Los mercados pueden manejar (el riesgo) y los mercados lo conocen. El problema y el riesgo aquí es que la elaboración de políticas es lo que arroja incertidumbre.
Para tomar el ejemplo de España, yo preguntaba cómo es que se anuncian cien mil millones de euros (en recursos disponibles) y eso se torna en una historia negativa. Eso es tremendo. La ejecución fue mala, nadie sabía de dónde provenía el dinero, o cuál era la subordinación (cómo se contabilizaría en la cuenta pública) o cuál era el efecto de la deuda. Tomaron una gran bala y la desperdiciaron y España está haciendo lo que Alemania recomendó: hacer consolidación fiscal, reformas estructurales, pero todos reconocen que esas reformas van a tomar tiempo para que se vean beneficios. Necesitan un mecanismo de inversión y fondeo. Hay puntos básicos donde no tenemos las respuestas, afirmó Zoellick.
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