Salvador García Soto
Convencida de que salió ganadora del segundo debate de los presidenciables, Josefina Vázquez Mota recuperó el aliento en su campaña. Y aunque a estas alturas sabe que sería difícil pensar en ganar, sus estrategas se han planteado un objetivo a lograr esta semana: recuperar el segundo lugar que perdieron frente a Andrés Manuel López Obrador y regresar al tabasqueño a la tercera posición.
Para ello esperan que este fin de semana las encuestas les marquen un repunte a partir de su desempeño en el debate que les alcance para meterse de nuevo a la pelea de la que reconocen, antes del debate estaban fuera. Ese es el escenario más optimista que se escucha ahora entre integrantes del equipo de campaña de la candidata del PAN, donde el ánimo regresó después de que les funcionara la estrategia de ataques que contrastó a Vázquez Mota en el debate del resto de sus contrincantes.
En ese su mejor escenario se ven de vuelta en la segunda posición en las encuestas para de ahí pensar en cerrar la diferencia con el primer lugar lo más posible hacia el 1 de julio. Según las encuestas internas del PAN, en estos momentos, antes del sondeo que ya levantan después del debate, Enrique Peña Nieto aventaja con 39% de los votos, contra 31% de Andrés Manuel y un 27% de Vázquez Mota; es decir, la apuesta es a que el debate les dé al menos 4 puntos que les permitan recuperar ese segundo sitio que perdieron en las encuestas.
La recarga de ánimos entre los panistas tiene que ver también con algo que ocurrió el domingo: después de meses de renegar del presidente Calderón y de seguir el consejo de su asesor de encuestas Rafael Domínguez para decirse “diferente” — con lo que desaprovechó la popularidad que aún tiene Calderón— Vázquez Mota por primera vez se asumió como la candidata del partido gobernante y defendió la lucha presidencial contra el narcotráfico al hablar del envió de la Marina a Veracruz por parte del presidente.
Ese y otros guiños que Josefina tuvo para el inquilino de Los Pinos durante el debate, hicieron que en el panismo se sintiera que por fin puede zanjarse, ya casi en la recta final de la campaña, la distancia inocultable que se abrió entre Calderón y Vázquez Mota. El guiño fue correspondido por el presidente con su tweet descalificando las cuentas de López Obrador y sus declaraciones de ayer en las que afirma que “la elección aún no está decidida”.
Pareciera que el reencuentro entre la candidata presidencial del PAN y el presidente puede significar un reimpulso a la campaña panista a partir de que se cierren diferencias y fracturas entre los blanquiazules que afectaron al proselitismo de Vázquez Mota, incluso al grado de no tener financiamiento suficiente para solventar la operación de la campaña. La pregunta es si ese reacercamiento cada vez más evidente, le alcanza a Josefina y al propio Acción Nacional para salvarse de una debacle el 1 de julio.
Porque ese es el otro escenario que manejan en el PAN, el negativo: si Josefina no repunta en estos días, tras el debate, el tercer lugar en la votación nacional sería una catástrofe total para el panismo y para el propio Calderón. Como partido gobernante no sólo perderían la presidencia, sino varios estados como Jalisco y Morelos, donde ya sus encuestas internas los ubican en los terceros lugares; caería la votación nacional por lo que tendrían menos diputados y en el DF podrían perder posiciones históricas como Miguel Hidalgo y Benito Juárez.
De ocurrir la debacle, los propios panistas vislumbran fuertes pugnas internas y escisiones en una lucha cruenta por el control del partido, en la que el primer damnificado inmediato al 1 de julio sería Gustavo Madero.
Eso es lo que tratan de evitar a toda costa Josefina y el PAN que a dos semanas de que finalicen las campañas ya no tienen la mira puesta en ganar, sino en un segundo lugar que aminore la derrota.
Convencida de que salió ganadora del segundo debate de los presidenciables, Josefina Vázquez Mota recuperó el aliento en su campaña. Y aunque a estas alturas sabe que sería difícil pensar en ganar, sus estrategas se han planteado un objetivo a lograr esta semana: recuperar el segundo lugar que perdieron frente a Andrés Manuel López Obrador y regresar al tabasqueño a la tercera posición.
Para ello esperan que este fin de semana las encuestas les marquen un repunte a partir de su desempeño en el debate que les alcance para meterse de nuevo a la pelea de la que reconocen, antes del debate estaban fuera. Ese es el escenario más optimista que se escucha ahora entre integrantes del equipo de campaña de la candidata del PAN, donde el ánimo regresó después de que les funcionara la estrategia de ataques que contrastó a Vázquez Mota en el debate del resto de sus contrincantes.
En ese su mejor escenario se ven de vuelta en la segunda posición en las encuestas para de ahí pensar en cerrar la diferencia con el primer lugar lo más posible hacia el 1 de julio. Según las encuestas internas del PAN, en estos momentos, antes del sondeo que ya levantan después del debate, Enrique Peña Nieto aventaja con 39% de los votos, contra 31% de Andrés Manuel y un 27% de Vázquez Mota; es decir, la apuesta es a que el debate les dé al menos 4 puntos que les permitan recuperar ese segundo sitio que perdieron en las encuestas.
La recarga de ánimos entre los panistas tiene que ver también con algo que ocurrió el domingo: después de meses de renegar del presidente Calderón y de seguir el consejo de su asesor de encuestas Rafael Domínguez para decirse “diferente” — con lo que desaprovechó la popularidad que aún tiene Calderón— Vázquez Mota por primera vez se asumió como la candidata del partido gobernante y defendió la lucha presidencial contra el narcotráfico al hablar del envió de la Marina a Veracruz por parte del presidente.
Ese y otros guiños que Josefina tuvo para el inquilino de Los Pinos durante el debate, hicieron que en el panismo se sintiera que por fin puede zanjarse, ya casi en la recta final de la campaña, la distancia inocultable que se abrió entre Calderón y Vázquez Mota. El guiño fue correspondido por el presidente con su tweet descalificando las cuentas de López Obrador y sus declaraciones de ayer en las que afirma que “la elección aún no está decidida”.
Pareciera que el reencuentro entre la candidata presidencial del PAN y el presidente puede significar un reimpulso a la campaña panista a partir de que se cierren diferencias y fracturas entre los blanquiazules que afectaron al proselitismo de Vázquez Mota, incluso al grado de no tener financiamiento suficiente para solventar la operación de la campaña. La pregunta es si ese reacercamiento cada vez más evidente, le alcanza a Josefina y al propio Acción Nacional para salvarse de una debacle el 1 de julio.
Porque ese es el otro escenario que manejan en el PAN, el negativo: si Josefina no repunta en estos días, tras el debate, el tercer lugar en la votación nacional sería una catástrofe total para el panismo y para el propio Calderón. Como partido gobernante no sólo perderían la presidencia, sino varios estados como Jalisco y Morelos, donde ya sus encuestas internas los ubican en los terceros lugares; caería la votación nacional por lo que tendrían menos diputados y en el DF podrían perder posiciones históricas como Miguel Hidalgo y Benito Juárez.
De ocurrir la debacle, los propios panistas vislumbran fuertes pugnas internas y escisiones en una lucha cruenta por el control del partido, en la que el primer damnificado inmediato al 1 de julio sería Gustavo Madero.
Eso es lo que tratan de evitar a toda costa Josefina y el PAN que a dos semanas de que finalicen las campañas ya no tienen la mira puesta en ganar, sino en un segundo lugar que aminore la derrota.
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