Intelectuales “voltearon la tortilla” en las encuestas: AMLO un punto encima de Peña

Pedro Echeverría V.

1. Dicen que la encuesta válida, legal, definitiva, será el día de las elecciones. Pero las encuestas: comprometidas, acordadas, pagadas, llevan en el caso actual, seis años diciendo que quien va adelante, con una ventaja de más de 20 puntos, es Enrique Peña Nieto, candidato presidencial del PRI y de Televisa. Sin embargo, algunos prestigiados intelectuales entre los que se registraron Lorenzo Meyer y John Ackerman, se reunieron hace más o menos un mes preocupados por las encuestas y decidieron hacer una encuesta “científica” aplicando sus conocimientos de investigación sociológica y política, encargándole a un empresa especializada –la empresa Berumen- que hizo el trabajo de campo aplicando en la República una muestra mucho más amplia que otras. El resultado fue que EPN y Andrés Manuel López Obrador, aparecen con una especie de empate técnico de 30, 31 por ciento cambiando lo que otras encuestadoras especializadas venían repitiendo.

2. Por la honestidad demostrada por esos intelectuales a través de sus trabajos y participaciones estas encuestas se impondrán entre quienes conozcan sus resultados porque seguramente los medios buscarán silenciarla para continuar con su propaganda anti AMLO que por cierto ha sido muy bien pagada. Hay que recordar que las encuestas comienzan a aparecer en los años ochenta porque antes no tenían razón de existir dado el PRI ganaba todas las elecciones de presidentes, de gobernadores, de senadores, de diputados y de presidentes municipales. Les dejaba un dos por ciento de diputados y alcaldes municipales a los demás partidos. Al aparecer las empresas encuestadoras muy pronto se dieron cuenta que podrían ganar mucho más dinero haciendo “encuestas por encargo” para que sirvieran de propaganda y promoción de partidos y políticos. Desde entonces, mediante firma de acuerdos, las encuestas han servido como propaganda para quien las pague.

3. El caso de Peña Nieto es evidentísimo: desde que se convirtió en gobernador del Estado de México en 2006 firmó acuerdos multimillonarios con Televisa para que publiciten todas las obras de su gobierno y, al mismo tiempo, se empiece a mover su nombre como precandidato presidencial. Se sabía en todo México que su oponente seguro era Andrés Manuel López Obrador que en esos seis años recorría cada semana alrededor de 20 municipios, haciendo mítines y organizando comités, sin que la TV y la radio digan alguna palabra. Cuando se comenzaron a publicar encuestas Peña Nieto apareció con 30 puntos por encima de López Obrador diciendo y repitiendo los medios que AMLO tenía muchos errores: ser amigo de Chávez, de Bejarano, haber tomado Reforma, haber desconocido las instituciones, ser violento y una serie de calumnias por las cuales –decían- AMLO estaba abajo en las encuestas.

4. Televisa, TV Azteca, Radio Fórmula, han desatado una nueva campaña para decir que López Obrador –cuando pierda- hará lo mismo que hizo hace seis años. Él ha respondido correctamente como en 2006: ¡si me ganan con limpieza reconoceré mi derrota, pero si me defraudan tendré que protestar! O, ¿habrá un retrasado mental que –defendiendo al pueblo- ponga la otra mejilla sólo para aparentar que es muy respetuoso? Lo que ha sido muy claro es que AMLO no puede esperar la limpieza de los comicios cuando desde 2006 las encuestas han hecho aparecer a Peña Nieto como el “candidato del pueblo”, siendo el candidato de Televisa. ¿Cómo calificar sólo los comicios si toda la campaña ha sido desigual, inequitativa, tramposa y sustentada en el dinero? Yo aprendí desde los sesenta y setenta que los electores votaban realmente por el PRI porque este manejaba el dinero, los medios, los presupuestos, los regalos, las, promesas, las presiones y todo.

5. También aprendí que cuando el IFE o alguna autoridad superior dice a las 20 o 21 horas del día de las elecciones quien ganó haga lo que haga el “perdedor” (1988, 2006) ya se lo jodieron; con excepción de Francisco Madero que encabezó una revolución armada en 1910 e hizo renunciar y exiliarse seis meses después al presidente defraudador, Porfirio Díaz. Quizá en 2012 hayan condiciones para una o varias revueltas de los miserables, desempleados y pobres que comienzan a desesperarse, pero no para una revolución que responda a una organización porque la izquierda es muy débil y la socialdemocracia muy pacífica. No sabemos lo que pasará en la próximas semanas a partir del resultado electoral. Muchas veces puede pensarse de que la imbecilidad de algunos grupos gobernantes los lleva a despertar a eso que llaman “el México bronco”.

6. Las campañas de la TV y radio contra López Obrador, ahora que está parejo con Peña, seguramente se harán más intensas. Personajes acérrimos enemigos de AMLO como los expanistas Fox y Espino y los experredistas Robles y Zabaleta –que se han arrastrado ante Peña y están en campaña abierta contra AMLO- seguirán declarando sus sandeces y halagos al priísta. Si los medios de información, los empresarios, el PRI y el PAN logran que López Obrador sea derrotado por amplio margen por Peña, repetirían lo que a Cárdenas en 1994: eliminarlo para otras protestas con el argumento de que no se justificarían. Sólo quedarán los legisladores peleando junto a la telebancada, los parientes de la Gordillo, de Quadri y demás corruptos, su cargo entre los senadores y diputados. Pero si le reconocen la victoria a López Obrador habría una enorme alegría entre sus partidarios, pero comenzarán los torpedeos derechistas enemigos.

7. Los lópezobradoristas tienen que intensificar su trabajo porque si es real el “empate técnico” deben saber que los gobernadores del PRI dominan más de la mitad del país y de los lugares donde estarán las casillas, así que cuentan con el control de gran parte del proceso electoral. Además de la presencia de 10 mil profesores al mando de Esther Gordillo, bien entrenados para las trampas electorales. Pero por otro lado los amloístas deberían tener más cerca al movimiento estudiantil # Soy 132 –que ha demostrado una gran honestidad e inteligencia- con el fin de pedirles su ayuda para evitar que el PRI-PAN impongan su fuerza en el momento de los comicios. Pienso que los partidarios de López Obrador deben alegrarse al ver que su candidato está en un empate técnico, pero no deben confiarse porque la clase en el poder nunca ha demostrado honestidad o limpieza. Por eso hay que prepararse muy bien para lo que suceda.

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