Salvador García Soto
Pocos comportamientos políticos han resultado tan erráticos y han desconcertado tanto como el del presidente Felipe Calderón en la actual contienda por la Presidencia. Cuando todos esperaban que Calderón se convirtiera en el más agresivo cruzado en la defensa de la continuidad del PAN en el poder y la misión de impedir un regreso priista a Los Pinos, resultó que el feroz político se echo para atrás. Empezaban las campañas y, entre su distanciamiento con Josefina Vázquez Mota y su aparente decisión de respetar la ley, el presidente estuvo ausente en los primeros meses de la contienda.
Su ausencia descontroló tanto a sus opositores como a sus correligionarios. Era común escuchar a panistas de la cúpula quejarse con cierta amargura de que su campaña presidencial iba al garete y que su candidata se había quedado sola, parte por la torpeza de Josefina que intentó un deslinde de Calderón –cuando éste aún tenia apoyo y respaldo en las encuestas– y parte por la decisión del mismo Presidente que ante ese gesto y las reservas que siempre le tuvo a la candidata, marcaba su distancia.
Pero llegó el segundo debate y a través de las redes sociales volvió el verdadero Calderón. El león de las campañas salto de un zarpazo y sorprendió hasta sus mismos compañeros de partido que recuperaron el ánimo perdido y a sus opositores, que de inmediato le exigieron “moderación y comportamiento de Estado”. Los analistas intentaron explicar el vuelco en el comportamiento presidencial: “Están alarmados en Los Pinos ante el avance de López Obrador y actúan desesperados para cerrarle el paso”, dijeron unos. “Es el temor a la debacle del PAN lo que movió a Calderón”, apuntaron otros.
Los mas audaces supusieron que los números de las encuestas internas de la casa presidencial animaron a Calderón a creer que no todo estaba perdido y que aun podía darse la última batalla en espera de una elección que se cerrara a tres tercios en la recta final. Y él mismo pareció reforzar esa tesis cuando, a la menor provocación y en inusual conferencia de prensa, el presidente declaró que para él no había ganador definido en la elección y que veía tres candidatos aun con posibilidades de ganar.
Lo cierto es que Felipe Calderón esta de regreso en las campañas, ya sea que busque cerrarle el paso a toda costa a Andrés Manuel, que haya recuperado su vocación antipriista e intente impedir ser el presidente que regreso al PRI a Los Pinos o simplemente haya decidido que la esperanza muere al último. En los días que restan a las votaciones veremos a un Presidente en campaña, jugándose su resto en una batalla que para su partido y su candidata ya muchos ven perdida.
NOTAS INDISCRETAS… En el estado de Morelos el PRI mantiene la ventaja en las preferencias electorales con 7.1% sobre el PRD y su candidato Graco Ramírez y de 23.3 arriba del PAN y su abanderado Adrián Rivera. La encuesta realizada por Consulta Mitofsky el 12 y 13 de junio en viviendas del estado de Morelos ubica a Amado Orihuela, el candidato del PRI-PANAL con una aceptación de 42.9%; el perredista Graco Ramírez con 35.8% y el panista Adrián Rivera con 19.6%… La última oportunidad para Beatriz Paredes de rescatar algo de su mala campaña por el DF se dio anoche en el debate entre los aspirantes a jefe de Gobierno del DF. Beatriz entro a esta contienda a sabiendas de que la suya era una labor de sacrificio para la campaña de Peña Nieto y aunque sabía que no iba a ganar, tenía la meta de obtener una cifra de votos que ayudara al candidato presidencial de su partido. El problema vino cuando, ante el crecimiento desmedido del perredista Miguel Ángel Mancera y su estilo lerdo y apático de hacer campaña, las intenciones de voto para el PRI comenzaron a desplomarse y del millón 800 mil votos que habían proyectado obtener, en sus últimas estimaciones apenas alcanzaban un millón que es el voto priista mas duro en la ciudad. Así que si anoche no ocurrió un milagro y Paredes no logra avanzar nada con el último debate, la tlaxcalteca ya puede despedirse de cualquier pretensión futura… Los dados andan de vena. Escalera doble.
Pocos comportamientos políticos han resultado tan erráticos y han desconcertado tanto como el del presidente Felipe Calderón en la actual contienda por la Presidencia. Cuando todos esperaban que Calderón se convirtiera en el más agresivo cruzado en la defensa de la continuidad del PAN en el poder y la misión de impedir un regreso priista a Los Pinos, resultó que el feroz político se echo para atrás. Empezaban las campañas y, entre su distanciamiento con Josefina Vázquez Mota y su aparente decisión de respetar la ley, el presidente estuvo ausente en los primeros meses de la contienda.
Su ausencia descontroló tanto a sus opositores como a sus correligionarios. Era común escuchar a panistas de la cúpula quejarse con cierta amargura de que su campaña presidencial iba al garete y que su candidata se había quedado sola, parte por la torpeza de Josefina que intentó un deslinde de Calderón –cuando éste aún tenia apoyo y respaldo en las encuestas– y parte por la decisión del mismo Presidente que ante ese gesto y las reservas que siempre le tuvo a la candidata, marcaba su distancia.
Pero llegó el segundo debate y a través de las redes sociales volvió el verdadero Calderón. El león de las campañas salto de un zarpazo y sorprendió hasta sus mismos compañeros de partido que recuperaron el ánimo perdido y a sus opositores, que de inmediato le exigieron “moderación y comportamiento de Estado”. Los analistas intentaron explicar el vuelco en el comportamiento presidencial: “Están alarmados en Los Pinos ante el avance de López Obrador y actúan desesperados para cerrarle el paso”, dijeron unos. “Es el temor a la debacle del PAN lo que movió a Calderón”, apuntaron otros.
Los mas audaces supusieron que los números de las encuestas internas de la casa presidencial animaron a Calderón a creer que no todo estaba perdido y que aun podía darse la última batalla en espera de una elección que se cerrara a tres tercios en la recta final. Y él mismo pareció reforzar esa tesis cuando, a la menor provocación y en inusual conferencia de prensa, el presidente declaró que para él no había ganador definido en la elección y que veía tres candidatos aun con posibilidades de ganar.
Lo cierto es que Felipe Calderón esta de regreso en las campañas, ya sea que busque cerrarle el paso a toda costa a Andrés Manuel, que haya recuperado su vocación antipriista e intente impedir ser el presidente que regreso al PRI a Los Pinos o simplemente haya decidido que la esperanza muere al último. En los días que restan a las votaciones veremos a un Presidente en campaña, jugándose su resto en una batalla que para su partido y su candidata ya muchos ven perdida.
NOTAS INDISCRETAS… En el estado de Morelos el PRI mantiene la ventaja en las preferencias electorales con 7.1% sobre el PRD y su candidato Graco Ramírez y de 23.3 arriba del PAN y su abanderado Adrián Rivera. La encuesta realizada por Consulta Mitofsky el 12 y 13 de junio en viviendas del estado de Morelos ubica a Amado Orihuela, el candidato del PRI-PANAL con una aceptación de 42.9%; el perredista Graco Ramírez con 35.8% y el panista Adrián Rivera con 19.6%… La última oportunidad para Beatriz Paredes de rescatar algo de su mala campaña por el DF se dio anoche en el debate entre los aspirantes a jefe de Gobierno del DF. Beatriz entro a esta contienda a sabiendas de que la suya era una labor de sacrificio para la campaña de Peña Nieto y aunque sabía que no iba a ganar, tenía la meta de obtener una cifra de votos que ayudara al candidato presidencial de su partido. El problema vino cuando, ante el crecimiento desmedido del perredista Miguel Ángel Mancera y su estilo lerdo y apático de hacer campaña, las intenciones de voto para el PRI comenzaron a desplomarse y del millón 800 mil votos que habían proyectado obtener, en sus últimas estimaciones apenas alcanzaban un millón que es el voto priista mas duro en la ciudad. Así que si anoche no ocurrió un milagro y Paredes no logra avanzar nada con el último debate, la tlaxcalteca ya puede despedirse de cualquier pretensión futura… Los dados andan de vena. Escalera doble.
Comentarios