El sexenio cuchicuchi

Marco A. Flota / Grillotina

Beto el Boticario, “El Magazo”, quien logró fama ya en su madurez gracias al nunca bien llorado Raúl Velasco, fue el creador de “La Hora Cuchicuchi”.

En estos tiempos en que la televisión nos receta los domingos exclusivamente futbol o Los Pequeños Gigantes o La Academia y muy esporádicamente programas menos aburridos como algún debate presidencial, hace falta otro Raúl Velasco. Durante más de 20 años, con la ingenuidad de un Gabriel Quadri y el carisma de un Ernesto Cordero, Raúl Velasco nos ofreció su Siempre en Domingo, programa en el que brillaron, aparte de “El Magazo”, figuras como La India María o Zoveck. Después se supo que el tal Zoveck fue entrenador de los célebres Halcones, pero a la India sólo se le puede acusar de haber asesinado al humor.

Pues bien, doña Josefina Vázquez Mota ha retomado la palabrita de Beto el Boticario, dándole a “cuchicuchi” otra connotación. No se la vamos a revelar aquí, pero usted puede deducirla de la propuesta de doña Chepina:

En una reunión que tuvo exclusivamente con mujeres, les pidió que el 1 de julio lleven a su marido a votar y que lo obliguen, desde luego, a emitir su sufragio en favor de ella. Y sugirió que al esposo que no acate la petición lo dejen un mes sin “cuchicuchi”.

O sea que la señora Vázquez Mota propone a las mujeres de este país una huelga, pero no de brazos caídos. De piernas cruzadas.

Para decirlo al estilo de Vargas Vila y otros autores semieróticos de principios del siglo pasado, que no se les permita a los maridos el acceso “al templo de Eros”. O como, más o menos, escribió el humorista español Enrique Jardiel Poncela: Las piernas de la mujer son similares a las columnas del templo de Salomón y el hombre es el Sansón que separa esas columnas.

(Un poco misógino, también escribió Jardiel Poncela que la mujer vive pensando todo el tiempo en hacer el amor, excepto ciertos días del mes: Esos días son la excepción de la regla. O como diría algún alburero mexicano, nuestros diputados son felices cuando no tienen periodo, pero las diputadas, al contrario: Se preocupan... cuando no tienen periodo)

En fin, la idea de doña Josefina no es nueva. Es un chantaje que se practica en todos los hogares de México, pero no con motivación electoral. Por ejemplo, cuando el marido se niega a comprarle a la señora un vestido nuevo. No, no un abrigo de mink: Ése lo exige, y casi siempre lo consigue, el segundo frente.

No aclaró Chepina si su receta debe aplicarse en algunos hogares también al lechero o al chofer. O si algunas secretarias deberán chantajear del mismo modo a su jefe.

Pero hay que ver la propuesta por el lado positivo. Si todas las mujeres de México la siguen, disminuirá notablemente la explosión demográfica, que ya es problema en este país.

Ni modo que, para contrarrestar la iniciativa chepinesca, un candidato se ofrezca a hacer el amor con todas las mujeres que voten por él. Ese candidato tendría asegurada la Presidencia de la República, pero su toma de posesión sería en el panteón de Atlacomulco. (Peje y Quadri, absténgase)

Claro que de prevalecer la idea de la señora Vázquez Mota, habrá amarrado el triunfo. Pero el próximo periodo- ahora en el buen sentido- presidencial, no será sexenio, sino sex senio.

¡RRIINNGG!
-Bueno, casa de campaña de Miguel Ángel Mancera...
-¿Quién ganó el debate de ayer?
-¿Ah, hubo debate?

EPIGRILLO
Dijo la Maestra, airada:
“Un SNTE hallará, de pie,
quien gane”. Y ella- ¡jejé!-
quedaría muy bien parada.

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