Jorge Camil
Hoy que Vicente Fox promueve "por amor a México" el voto por "el puntero", y el PRI y el PRD se acusan de utilizar publicistas extranjeros, conviene recordar que Fox inició esta práctica violatoria de la Constitución. Independientemente de la personalidad extrovertida de Fox, y su descarado uso del registro del PAN, se debe reconocer que la estrategia diseñada por el consultor Rob Allyn fue clave para montar una campaña al margen del PAN, con un proyecto financiado por empresarios que se ostentaban como Amigos de Fox, pero constituían un partido paralelo diseñado para recibir contribuciones al margen de la ley.
Cuando vivían la "brega de eternidad", Manuel Gómez Morín se disculpaba diciendo que "las ideas y los valores del alma" eran las únicas armas del partido: “no tenemos otras –señalaba– pero tampoco las hay mejores…” Fox las encontró, y con ellas derrotó al PRI en 2000. En marzo de 2001 la revista D Magazine publicó un artículo titulado "Mr. Mexico", que presentaba a Allyn, su consultor político texano, como "el mejor operador de negocios en el sexenio del nuevo presidente mexicano". La revista le atribuía "haber inventado a Fox".
Al final del sexenio, Allyn volvería a aparecer como "coautor" de un libro promocional anunciado como "memorias" de Fox, en el cual los coautores resultan verdaderos artífices de la democracia mexicana. Allyn abrió oficinas en México, y desde ahí se lanzó a explotar su relación con importantes clientes corporativos. Era el autor de una nueva era de negocios. Sin mencionar jamás al PAN, D Magazine fue más allá: promovió a Rob Allyn como el hombre que "colocó a Fox en el poder". La publicación le recomendaba a George W. Bush guardar el número telefónico de Allyn, junto al de Fox. Así que habría que atribuirle a Allyn la supuesta amistad con el "amigo Bush".
Allyn se transformó en un importante traficante de influencias al que era necesario "hallar en la ciudad de México", donde D Magazine lo entrevistó en el Hotel Four Seasons. Allí lo encontraron "moviendo las palancas del poder" y promoviendo negocios al día siguiente de la toma de posesión. En una frase que pudo tener graves consecuencias para Allyn, la revista aseguraba que para hacer negocios en México era imprescindible conocer a Allyn, "el hombre que ayudó a derrocar al PRI después de 71 años de gobierno".
Tras la victoria de Fox, Allyn se convirtió en un hombre valioso para los negocios entre Estados Unidos y un México que se creía en transición. D Magazine reveló que el consultor acompañó al presidente de la cadena 7-Eleven y a su esposa, Margo, a la toma de posesión de Fox, "donde el nuevo presidente pronunció un discurso que Allyn ayudó a redactar". Dos días después de la toma de posesión de Fox, un incansable Allyn llevó a funcionarios de varias importantes multinacionales a Los Pinos, "la Casa Blanca mexicana". Es obvio que Fox y Allyn continuaron promoviendo negocios en la administración de Calderón. Por eso algunos de los clientes de Allyn, como 7-Eleven y Wal-Mart, florecieron durante los dos sexenios panistas (hoy Wal-Mart requiere más que nunca la ayuda del gobierno mexicano).
Allyn conoció a Fox en 1997 en Monterrey, donde éste pronunció un elocuente discurso frente a empresarios texanos, sobre "un país gobernado por un régimen corrupto, perpetuado en el poder, que obligaba a millones a buscar empleo en otros países" (¡ahora Fox promueve el voto por el PRI!). Durante la campaña Allyn vivió a salto de mata, "deslizándose a México por la puerta trasera y asumiendo nombres falsos en español". DossierPolítico.com, con información de Proceso, reveló que los nombres utilizados por Allyn eran "José de Murga" y "Alberto Aguirre". Su secretaria, una rubia de ojos azules, ingresaba al país como "Señora Hernández". En declaraciones al Dallas Morning News en 2000 Allyn admitió su participación clandestina en la campaña de Fox desde 1997. Eso fue utilizado por periodistas y activistas de derechos humanos expulsados de Chiapas, alegando que Fox carecía de autoridad moral para aplicarles el artículo 33 constitucional.
La forma clandestina como Allyn operó con Fox se confirma con el libro publicado en plena campaña Fox a Los Pinos. Ahí se menciona a todos los que colaboraban con Fox para "sacar al PRI de Los Pinos", pero se omite el nombre de Allyn. El artículo 33 constitucional prohíbe a los extranjeros "inmiscuirse en política". Pero Allyn fue más allá: con autorización de Fox cabildeó por nosotros en el delicado tema del muro fronterizo.
Es evidente que Allyn continúa jugando un papel importante en la vida de Fox, solicitando contribuciones para el Centro Fox a fin de "fortalecer la democracia". A principios de 2011 Fox, asesorado por Allyn, apareció en varios canales de televisión de Estados Unidos exponiendo sus "teorías" sobre la guerra de Calderón y sugiriendo una amnistía con el narco.
A Fox no le conviene la victoria de AMLO, y ante el desplome de Josefina es casi seguro que Allyn, pensando en sus clientes y negocios con Fox, le recomendó a Vicente deslindarse del PAN para promover a Peña Nieto.
Hoy que Vicente Fox promueve "por amor a México" el voto por "el puntero", y el PRI y el PRD se acusan de utilizar publicistas extranjeros, conviene recordar que Fox inició esta práctica violatoria de la Constitución. Independientemente de la personalidad extrovertida de Fox, y su descarado uso del registro del PAN, se debe reconocer que la estrategia diseñada por el consultor Rob Allyn fue clave para montar una campaña al margen del PAN, con un proyecto financiado por empresarios que se ostentaban como Amigos de Fox, pero constituían un partido paralelo diseñado para recibir contribuciones al margen de la ley.
Cuando vivían la "brega de eternidad", Manuel Gómez Morín se disculpaba diciendo que "las ideas y los valores del alma" eran las únicas armas del partido: “no tenemos otras –señalaba– pero tampoco las hay mejores…” Fox las encontró, y con ellas derrotó al PRI en 2000. En marzo de 2001 la revista D Magazine publicó un artículo titulado "Mr. Mexico", que presentaba a Allyn, su consultor político texano, como "el mejor operador de negocios en el sexenio del nuevo presidente mexicano". La revista le atribuía "haber inventado a Fox".
Al final del sexenio, Allyn volvería a aparecer como "coautor" de un libro promocional anunciado como "memorias" de Fox, en el cual los coautores resultan verdaderos artífices de la democracia mexicana. Allyn abrió oficinas en México, y desde ahí se lanzó a explotar su relación con importantes clientes corporativos. Era el autor de una nueva era de negocios. Sin mencionar jamás al PAN, D Magazine fue más allá: promovió a Rob Allyn como el hombre que "colocó a Fox en el poder". La publicación le recomendaba a George W. Bush guardar el número telefónico de Allyn, junto al de Fox. Así que habría que atribuirle a Allyn la supuesta amistad con el "amigo Bush".
Allyn se transformó en un importante traficante de influencias al que era necesario "hallar en la ciudad de México", donde D Magazine lo entrevistó en el Hotel Four Seasons. Allí lo encontraron "moviendo las palancas del poder" y promoviendo negocios al día siguiente de la toma de posesión. En una frase que pudo tener graves consecuencias para Allyn, la revista aseguraba que para hacer negocios en México era imprescindible conocer a Allyn, "el hombre que ayudó a derrocar al PRI después de 71 años de gobierno".
Tras la victoria de Fox, Allyn se convirtió en un hombre valioso para los negocios entre Estados Unidos y un México que se creía en transición. D Magazine reveló que el consultor acompañó al presidente de la cadena 7-Eleven y a su esposa, Margo, a la toma de posesión de Fox, "donde el nuevo presidente pronunció un discurso que Allyn ayudó a redactar". Dos días después de la toma de posesión de Fox, un incansable Allyn llevó a funcionarios de varias importantes multinacionales a Los Pinos, "la Casa Blanca mexicana". Es obvio que Fox y Allyn continuaron promoviendo negocios en la administración de Calderón. Por eso algunos de los clientes de Allyn, como 7-Eleven y Wal-Mart, florecieron durante los dos sexenios panistas (hoy Wal-Mart requiere más que nunca la ayuda del gobierno mexicano).
Allyn conoció a Fox en 1997 en Monterrey, donde éste pronunció un elocuente discurso frente a empresarios texanos, sobre "un país gobernado por un régimen corrupto, perpetuado en el poder, que obligaba a millones a buscar empleo en otros países" (¡ahora Fox promueve el voto por el PRI!). Durante la campaña Allyn vivió a salto de mata, "deslizándose a México por la puerta trasera y asumiendo nombres falsos en español". DossierPolítico.com, con información de Proceso, reveló que los nombres utilizados por Allyn eran "José de Murga" y "Alberto Aguirre". Su secretaria, una rubia de ojos azules, ingresaba al país como "Señora Hernández". En declaraciones al Dallas Morning News en 2000 Allyn admitió su participación clandestina en la campaña de Fox desde 1997. Eso fue utilizado por periodistas y activistas de derechos humanos expulsados de Chiapas, alegando que Fox carecía de autoridad moral para aplicarles el artículo 33 constitucional.
La forma clandestina como Allyn operó con Fox se confirma con el libro publicado en plena campaña Fox a Los Pinos. Ahí se menciona a todos los que colaboraban con Fox para "sacar al PRI de Los Pinos", pero se omite el nombre de Allyn. El artículo 33 constitucional prohíbe a los extranjeros "inmiscuirse en política". Pero Allyn fue más allá: con autorización de Fox cabildeó por nosotros en el delicado tema del muro fronterizo.
Es evidente que Allyn continúa jugando un papel importante en la vida de Fox, solicitando contribuciones para el Centro Fox a fin de "fortalecer la democracia". A principios de 2011 Fox, asesorado por Allyn, apareció en varios canales de televisión de Estados Unidos exponiendo sus "teorías" sobre la guerra de Calderón y sugiriendo una amnistía con el narco.
A Fox no le conviene la victoria de AMLO, y ante el desplome de Josefina es casi seguro que Allyn, pensando en sus clientes y negocios con Fox, le recomendó a Vicente deslindarse del PAN para promover a Peña Nieto.
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