El miedo al salario

Marco A. Flota / Grillotina

No, no se trata de “El salario del miedo”, título de célebre película de mediados del siglo pasado y frase que se aplica cada año cuando en la secretaria del Trabajo hacen la actualización del mínimo. Ahora aludimos al miedo al salario que cobrarían, entre otros, Marcelo Ebrard Ebrard y Juan Ramón de la Fuente, futuros secretarios de Gobernación y de Educación Pública, si Andrés Manuel López Obrador gana la Presidencia de República.

Y es que AMLO ha prometido que los integrantes de su gabinete percibirán sólo lo mitad de los sueldos que cobran los actuales funcionarios. Lo que deberá preocupar a los susodichos, así como al señor Ramírez de la O y a la señora Sheimbaum, aunque no a don Juan de Dios Bátiz, don Cuauhtémoc Cárdenas o doña Elenita Poniatowska, porque estos podrían completar sus magros salarios como procurador de la República, director de PEMEX y Secretaría de Cultura con la pensión de adultos mayores que, muy merecidamente, deben recibir cada mes.

Tampoco ha sido bien recibida la idea de reducir los sueldos del futuro gabinete presidencial al 50 por ciento por un sector que nada tiene que ver con la política: El Consejo Coordinador Empresarial Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del CCC, ha criticado el proyecto y no por defender la economía de empresarios como el señor Hellmund y otros ya destapados por López Obrador como sus próximos colaboradores. El líder empresarial razona lo siguiente:

“Aquellos que tienen mayor responsabilidad creo que tienen que ser gente muy preparada y bien pagada porque si hacemos un ejercicio de pagar menos a los que más responsabilidad tienen, al rato vamos a tener gente de acuerdo a los niveles que pagamos”.

¿Pero es verdad eso de que con menor sueldo descenderá la capacidad y la eficacia de los miembros del Gabinete?

Porque el joven Alejandro Poiré ha de cobrar como secretario de Gobernación el triple de lo que devengaba don Jesús Reyes Heroles o el doble que don Fernando Gutiérrez Barrios. Con lo cual no estamos menospreciando la capacidad del joven Poiré: quizá pudo ser un mejor director de Caminos y Puentes que don Fernando o del Seguro Social que don Jesús.

Que se sepa, cuando Ernesto Cordero sustituyó a don Agustín Carstens en Hacienda no se redujo los viáticos a la mitad. Y tampoco queremos decir que Cordero fuera la mitad de eficiente que Carstens, sólo que éste tenía más gastos de “representación”, por razones evidentes.

Incluso la Procuradora, doña Marisela Morales, ha de recibir mensualmente el doble del sueldo que tuvo cuando desempeñó el mismo cargo don Jorge Carpizo (QEPD). Pero en este caso sí se justifica, porque la señorita gasta mucho más en cremas y maquillaje que su ancesor.

El actual secretario de Economía, señor Ferrari, seguramente cobra mucho más que su lejano antecesor, quien por cierto se desplazaba en Mercedes Benz, don Raúl Salinas Lozano, padre del don Carlos que todos conocemos.

En fin, nuestros altos mandos- como eufemísticamente se llama a los más encumbrados funcionarios- deben cobrar bien, de acuerdo a su responsabilidad. Para evitar la tentación de convertirse en prósperos empresarios.

Porque Presidentes de la República como López Portillo o Salinas de Gortari, nunca lograron el nivel económico de un modesto profesor como fue don Carlos Hank González.


EPIGRILLO

Despide la grilla hedor,
empero hay buenas noticias:
México derrota- ¡albricias!-
en fútbol a Salvador.

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