El coro calderonista

El ahorro de AMLO
¿Impuestos a quién?

Carlos Fernández-Vega / México SA


Que no cuadran las cuentas, grita el ciego cuan indecoroso coro de la horda calderonista. Y tiene razón: no cuadran las del presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados con las divulgadas el pasado lunes por el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, y en ambos casos la referencia es el costo de la nómina federal burocrática. Y tan no cuadran, que la diferencia entre unas y otras es cercana a cuatro tantos. Si se consideran las contenidas en el primero, el ejército burocrático federal es alimentado diariamente con 2 mil 498.63 millones de pesos; si se atienden las del funcionario, ese monto se reduce a 723.29 millones cada 24 horas. Así es: 912 mil millones autorizados por el Legislativo, contra 264 mil del titular de las finanzas nacionales (así le llaman). Obvia es la cuenta que sí cuadra, pero que el coro no menciona.

Por lo que toca a las cuentas referidas por Andrés Manuel López Obrador en el pasado debate (ahorro por 300 mil millones de pesos, proveniente de recortes salariales a mandos superiores, y de la austeridad presupuestaria”), los numerólogos del peje equipo no sólo reiteran que es posible, sino que aclaran la situación y la desmenuzan de la siguiente manera:

1. Reducción de 50 por ciento en los sueldos de mandos superiores del gobierno central (de inquilino de Los Pinos a director de área; excluye paraestatales y poderes autónomos); de acuerdo con el presupuesto de egresos de la federación (PEF) 2009 y 2012, las plazas de mando superior directas u homologadas en la administración pública central (APC) se incrementaron en 2 mil 147. En 2009 el total de plazas de mando superior de la APC fue de 49 mil 322, con una nómina anual total de 83 mil 834 millones de pesos. Para 2012, dicho universo aumentó a 51 mil 469 plazas, con una nómina anual de 88 mil 34 millones de pesos. Entonces, si se redujeran a la mitad las percepciones salariales y prestaciones de las plazas de mando superior de la APC, es decir en 50 por ciento, el ahorro total por este concepto sería de 44 mil 17 millones de pesos.

2. Reducción de 50 por ciento en sueldos de mandos superiores de paraestatales y poderes autónomos. (Pemex, CFE, Legislativo, Judicial, IMSS e Issste). De manera adicional, en 2009 el costo de los servicios personales para los organismos paraestatales de control directo y los poderes autónomos fue de 283 mil 926 millones de pesos y para 2012 ascenderá a 303 mil 132 millones de pesos. A pesar de que no se cuenta con información detallada del número de plazas de mando superior en estos órganos del Estado, pero se asume un ahorro de 15 por ciento en el gasto total por concepto de la reducción salarial exclusivamente a mandos superiores, se obtendrían ahorros de 45 mil millones de pesos. Con esta medida, el salario presidencial se reduciría a poco más de 76 mil pesos mensuales, el de los secretarios a 75 mil, el de los diputados a 63 mil 500, el de los senadores a 80 mil y el de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a 166 mil. El ahorro sería de 90 mil millones.

3. Reducción del gasto de operación diferente a sueldos y salarios (excluye subsidios y aportaciones federales). De acuerdo con el tomo I del PEF, entre 2009 y 2012 el gasto de operación del gobierno federal se incrementó cuando menos 12 por ciento en términos reales, mientras la economía mexicana creció a una tasa promedio de uno por ciento. La Auditoría Superior de la Federación confirma este comportamiento, al señalar que durante el ejercicio fiscal 2010 el gasto de operación (corriente) ejercido superó en 132 mil millones al aprobado por los diputados. Por lo anterior, un programa de austeridad presupuestaria, basado en la regla de que el gasto de operación no pueda crecer más de la mitad que el crecimiento económico proyectado en los Criterios de Política Económica permitiría alcanzar tres objetivos:

Evitar el sobrejercicio presupuestario respecto a lo aprobado por la Cámara de Diputados, que durante los últimos tres años ha sido en promedio de 90 mil millones de pesos anuales; detener el crecimiento inercial y desproporcionado que se ha observado a lo largo de los últimos años, y que ha sido de cuando menos 10 por ciento superior al que debería observarse dado el crecimiento de la economía; en suma, los ahorros potenciales que se podrían alcanzar serían al menos de 175 mil millones de pesos. El Programa de Austeridad incluiría las siguientes medidas: eliminar las erogaciones destinadas al pago de los seguros de gastos médicos privados; eliminar las erogaciones destinadas al pago del seguro de separación individualizado, y seguro de vida de los funcionarios; eliminar la creación de plazas de secretario privado, secretario técnico, coordinador, asesores o equivalentes; derogar las pensiones a los ex presidentes de la República y limitar los gastos de publicidad de los poderes de la unión, los órganos constitucionales autónomos y demás autoridades federales.

Además, adquisición de bienes y servicios de uso generalizado de manera consolidada en cada uno de los poderes o entes públicos, para obtener las mejores condiciones en precio, calidad y oportunidad; eliminar gastos por concepto de telefonía celular, remodelación de oficinas, estudios e investigaciones, arrendamiento de vehículos, aviones, equipo informático y alimentación para mandos medios y superiores; prohibir la utilización de aeronaves privadas a cargo del presupuesto. Sólo los servidores públicos de mandos superiores podrán utilizar aeronaves comerciales, con excepción de aquellos funcionarios encargados de la seguridad, la atención a desastres naturales, o de la atención médica; prohibir la adquisición de vehículos oficiales para los servidores públicos federales.

4. Reducción del gasto corriente en las entidades federativas. Durante los últimos años, los recursos canalizados a dichas entidades han registrado un importante incremento; de hecho, en el PEF se proyectaron asignaciones por un billón de pesos entre participaciones (Ramo 28) y aportaciones federales (Ramo 33). De la aplicación de estas medidas salariales y de austeridad se obtendrían ahorros hasta por 50 mil millones. Esta cantidad representa el 5 por ciento de todo el gasto federalizado. Con todas las disposiciones citadas se ahorran 300 mil millones de pesos.

Las rebanadas del pastel

Entre las propuestas de Carlos Slim para salvar a la humanidad de la crisis, destaca la de aumentar impuestos. En el caso mexicano, ¿quién se llevaría la peor parte? El SAT nos ilustra: 62 por ciento de los causantes son asalariados, 34 por ciento personas físicas y apenas 4 por ciento empresas. Entonces, no parece muy equitativa la fórmula redentora, aunque en este país se practica con singular alegría.

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