El Chapo del 8

José Cárdenas

Tuvieron que pasar 36 horas para transformar un espectacular golpe al crimen organizado en un fiasco más de la lucha contra el crimen.

La Secretaría de la Marina-Armada de México quedó en ridículo al comprobarse que el hombre presentado como Jesús Alfredo Guzmán Salazar es en realidad Félix Beltrán León.

Desde la presentación del “presunto” delincuente, llamaba a sospecha que ni la PGR ni la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) compartieran la euforia de la Armada y en su lugar mostraran cautela ante la captura del hijo del “enemigo público número uno”.

La confirmación de que se trataba de otra persona corrió a cargo de la PGR y evidenció una vez más la torpeza de la Secretaría de Marina en el manejo de su comunicación… y no sólo eso, también se cometió el delito de violación al “debido proceso” del detenido.

No es la primera vez que los errores de la Marina tienen consecuencias nefastas. Basta recordar el escándalo desatado por la muerte de Arturo Beltrán Leyva, alias El Barbas, cuando la autoridad filtró a los medios las fotografías del cadáver del capo forrado de billetes.

La presentación de Félix Beltrán León como alguien que no es forma parte de la misma dinámica que originó “el michoacanazo”, la captura de Greg Sánchez o la detención de Jorge Hank Rhon, casos, todos, en los que se generaron acusaciones falsas, se recurrió al linchamiento mediático y al final derivaron en un efecto bumerán que golpeó la credibilidad de las instituciones.

Verónica Guerrero, la abogada del falso chavo de El Chapo (“Chavo del ocho”, porque es la octava pifia policial de esta naturaleza) se convirtió en autoridad electoral. Ya le dijo al gobierno que esa no es forma de ganar votos.

Hoy queda a la vista, descubierta plenamente, la fracasada intención de la captura de El Chapito… y también se exhibe plenamente la triste condición de dependencia de la Marina Armada de México, simple mano de obra de la DEA estadunidense, que lo mismo exalta la labor de nuestras Fuerzas Armadas, como en el caso de El Barbas, o las empina, como en éste.

Ahora, las autoridades terminaron por darse otro balazo en el pie, a tal grado que ha sido necesario solicitar la polémica figura del arraigo contra Félix Beltrán León para poder sustentar las acusaciones por delincuencia organizada contra el presunto colaborador del cártel de El Chapo, que a estas horas ya debe estar muerto… pero de risa.

–¿Cuántos casos más habrán sido manejados con este mismo desaseo y no lo sabemos por la menor relevancia de los inculpados?

No se trata de un caso aislado ni tampoco puede desligarse de aquellos hechos en los que la aplicación de la ley fue manipulada para dar golpes mediáticos… con fines políticos.

Ya nada más quedan otros 40 días para saber si el caso del general Tomás Ángeles Dauahare va por el mismo rumbo.

MONJE LOCO: –¿A quién se le ocurrió pedirle a la Banda El Recodo tocar La Culebra de la Banda Machos… aquella canción que sonaba en Lomas Taurinas a la mera hora del asesinato de Luis Donaldo Colosio, minutos antes del megacierre de Peña Nieto en el Estadio Azteca?

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