Debate, moneda en el aire

Javier Arcadia Galaviz / Cuestión de Debate

Un segundo debate que con ansiedad fue esperado por todos los mexicanos, porque había la certeza que sería mucho mejor que el primero, dado que significaba la oportunidad para que ahora sí, el candidato preferido, por fin sacara desde el fondo de su ser, lo que antes no le fue posible. Es decir, el cúmulo de todos aquellos argumentos guardados que ahora sí expondría con una magistral y lucidora esgrima retórica, a manera de arma de combate con la que vencería, sin tregua alguna, y de una vez por todas, a sus contendientes políticos, con fin de despejar los obstáculos del camino que conduce al triunfo de la elección presidencial.

Pero resulta que no fue así, porque a la mera hora, cuando se llevó a cabo el mencionado debate, todo fue diferente, el escenario que en nuestro sueño imaginamos, bruscamente nos ubicó en una realidad muy distinta, en la que presenciamos que escasamente existió, por parte de los candidatos presidenciales debatientes, una confrontación de sus ideas o de sus propuestas. No hubo el suficiente arrojo, carácter y determinación de ninguno de ellos que nos indicara que a ese evento habían llegado decididos a ganar con claridad y contundencia un debate que seguro, al menos a dos contendientes (Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto) los podría haber puesto en una delantera con una ventaja inalcanzable en la competencia política que está por finalizar, ya que está en su último tramo, y que cuyo trofeo es nada menos que la añorada, Presidencia de la República.

Cierto, no se puede negar que vimos que estos candidatos participantes del debate se cuidaron en extremo de no caer en el más mínimo error, dado que evidentemente sus intervenciones fueron verdaderos soliloquios, muy calculadas, sin improvisaciones ni riesgos, concretas, limitadas y sin brillo alguno. Vaya, pecaron de cautelosos y moderados hasta mostrarse un tanto temerosos. Aunque no lo quieran con ello se alejaron de los principios básicos de un debate, que habrán de ser los que consisten, entre otros, en proponer, cuestionar, defenderse y replicar.

En ese sentido, a Josefina Vázquez Mota, se le vio un poco más dispuesta en sus intervenciones y con una espada bien desenvainada que blandiría durante todo el debate en contra de sus tres adversarios. Sin embargo, no tuvo el suficiente impacto y menos con sus frivolidades al ubicarlos de entrada e hipotéticamente con estereotipos o patrones de conducta femeninos para ridiculizarlos y degradarlos, lo cual hasta cierta forma fue un sarcasmo de mal gusto que quedó en una mera payasada carente de humor. Se le percibió desesperada, y ello seguro es porque se ha de sentir que, a pesar de los excesos de recursos que utiliza en su campaña, se ha quedado rezagada en un lejano tercer lugar en las preferencias electorales, sin opciones de remontar la ventaja que le llevan tanto AMLO como Peña Nieto, a quienes, por cierto, con sus andanadas trató de derribarlos políticamente, pero al final su estrategia no le resultó, al menos en el caso de AMLO, ya que éste no se enganchó con ella al haber eludido inteligentemente sus desesperados embates.

A Peña Nieto le repitió la misma dosis del primer debate, al espetarle su vínculo con Humberto Moreira, Tomás Yarrington y Arturo Montiel, culpándolo también de frenar las reformas estructurales que supuestamente le urgen al Estado, pero que generó como repuesta, que Josefina obtuvo el señalamiento contundente de que no se lograron tales reformas porque ella fue una legisladora faltista y sin capacidad para lograr acuerdos de ese alcance.

Pero el que si acusó recibo puntual de los señalamientos de Josefina fue Gabriel Quadri, porque lo que se dijeron recíprocamente giró en torno a Elba Esther Gordillo, y aquí se vio que Josefina trató de sacar toda la frustración de no haber podido dominar a esa lideresa del magisterio en la época en que aquella se desempeñó como Secretaria de Educación Pública.

Andrés Manuel, al estar cierto de que pasa por muy buen momento en su campaña política, ya que virtualmente le ha dado alcance a Peña Nieto, y acuérdense de que caballo que alcanza gana, pues dada esa favorable condición, su intervención en el debate y sin distraerse, porque así le convenía, se concretó únicamente en exponer dos líneas, una, en presentar sus propuestas, muchas muy interesantes; la otra, en proponer a su gabinete, algo que fue sorpresivo, por la forma tan singular e inédita de dar a conocer a los personajes que gobernarían con él, y además porque son altamente aceptados por la sociedad, como el Dr. Juan Ramón de la Fuente, quien se desempeñaría como secretario de Educación Pública; Marcelo Ebrard, quien sería titular de la Secretaría Gobernación, René Drucker Colín, quien ocuparía la nueva Secretaría que sería de Ciencia y Tecnología, y el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, quien sería nombrado Director General de Pemex, ellos entre otros personajes no menos importantes.

Bueno, por la forma y las estrategias de cada uno de los cuatro participante en el desarrollo del debate, se puede destacar que se definieron dos parejas de contendientes, AMLO y Peña Nieto, empatados en las encuestas y forcejeando por el primer lugar en preferencias electorales; y Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri, quienes más que luchar por un segundo lugar, aparentemente exhibieron que lo hacen por no caer en una cuarta posición de preferencias electorales. Esto fue lo que en si generó y suscitó el esperado debate, independientemente de quien haya estado mejor o peor en el mismo, y mientras tanto, con toda seguridad se puede decir que, la moneda aún está en el aire.

Pálida tinta: Cada día se multiplica el repudio al candidato priista Enrique Peña Nieto, de seguir así, se quedará en un segundo lugar lejano del primero, por diferencias de votos que pueden ir desde los cuatro y hasta los seis puntos porcentuales……… El Presidente Felipe Calderón ha salido a campaña política a manifestar que todavía no está definido un ganador. Quizá algunos le dirían que para Josefina fue todo, es decir, su tercer lugar asegurado, aunque cuidado con Quadri.

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