Crece hasta 60% miedo a ser víctima de un delito en Jalisco

La investigación es avalada por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y por algunas universidades y fundaciones de esta entidad.

Notimex


Un estudio del Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad A.C., arroja que en los últimos tres años el miedo a ser víctima de algún delito en el estado de Jalisco aumentó hasta en un 60 por ciento.

La investigación es avalada por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y por algunas universidades y fundaciones de esta entidad.

Andrés Palomera Chávez, coordinador de la Unidad de Investigación Educativa de la Subdirección de Enseñanza e Investigación del Hospital Civil “Dr. Juan I. Menchaca” comentó que, según el documento, la calle se percibe como el lugar más inseguro, mientras que la casa como el más seguro.

Explicó que sentirse amenazado trae consecuencias en el estado físico y mental de las personas, desde alteraciones en el sueño y en la alimentación, hasta sentir ansiedad, angustia y depresión.

“Se puede alterar la vida cotidiana, desde no querer ir a trabajar, no salir de casa, hasta dejar de visitar a las amistades, porque tienen actitudes sospechosas”, explicó.

Además, “no querer ir de compras, ni alimentarse, tener problemas para dormir, pensamientos negativos, estar todo el tiempo en estado de alerta, sin descansar”, mencionó.

Añadió que si la persona siente demasiado miedo y estrés, su funcionamiento general se reduce, el proceso de memoria y de pensamiento se hace más complicado para funcionar de manera adecuada. “En teoría podríamos responder más rápido, pero no de la manera adecuada”, dijo.

El experto señaló que el miedo permite responder y estar alerta, pero una amenaza irreal perjudica el entorno laboral, personal y familiar.

“Todos debemos tener miedo, si no tuviésemos miedo ante eventos realmente amenazantes o peligrosos no podríamos defendernos, hay que tener opción de responder rápido para poder sobrevivir, el problema surge en la percepción y respuesta exagerada a esos estímulos”, indicó el especialista.

Palomera Chávez atribuye este incremento en la percepción de amenaza al ritmo acelerado de vida actual, a la exposición de información (no siempre cierta) en internet y redes sociales.

Asimismo, consideró, se debe al poco tiempo para la convivencia familiar, así como a la falta de ejercicio y actividades recreativas, siendo los padres de familia los más vulnerables a sufrir esta angustia de ser víctimas de la delincuencia.

“Los padres de familia se preocupan por el futuro de sus hijos, eso además del estrés de la vida cotidiana, de los gastos y labores como parte de una rutina que puede causar cansancio y en ocasiones frustración”, agregó.

Ante este panorama, recomendó la terapia grupal, pero sobre todo individual para atender este tipo de casos, los que a mediano o largo plazo pudieran ocasionar mayor daño emocional.

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