Eduardo Ibarra Aguirre
Enrique Peña empieza a despeinarse el copete y rompe con sus modositos y educados discursos, porque tardíamente se dio cuenta que la campaña presidencial como un mero trámite, que le vendió muy caro Televisa y los intelectuales a su servicio, no se corresponde con la realidad, y aunque ésta se registre a cuentagotas en las pantallas del consorcio que preside Emilio Azcárraga Jean, se abre paso en las redes sociales y en las calles con YoSoy132, pero también con una diversidad de movimientos sociales.
La primera despeinada que llamó la atención por cierta y pegar en el corazón del panismo hecho gobierno durante 11 años y seis meses, fue la siguiente: “Mi partido en la alternancia, por dar un caso emblemático, entregó a (Joaquín) El Chapo Guzmán en la cárcel. El partido en el gobierno puso a El Chapo, que estaba tras las rejas, en las listas de los más buscados y en la lista de Forbes”.
Sólo que el candidato del Revolucionario Institucional equivocó el lugar y destinatario de su mensaje, el Grupo Elektra y Ricardo Salinas Pliego, porque son del dominio público “los préstamos a la palabra” que por decenas de millones de dólares le hizo Raúl Salinas de Gortari, mejor conocido durante el sexenio de su hermano Carlos como “Señor 10 por ciento”, debido a las comisiones que cobraba por cabildear en Los Pinos a favor inversionistas, extranjeros y nacionales, empresarios y delincuentes de cuello blanco pero demasiado sucio y no exentos de vínculos con el crimen organizado.
También oculta el joven candidato, como si los ciudadanos fueran desmemoriados irremediables, que no pocos gobernadores forjados en las filas de su partido, el Revolucionario, hicieron una invaluable contribución para incrementar la cuantía del capital de Guzmán Loera.
El mismo día del mensaje pronunciado por Peña Nieto, la empresa que lo empolló dio amplias muestras de que su gallo está listo para dar la pelea sin la abierta intervención de Televisa, y continuó apresuradamente con la operación de deslindarse respecto de él, pues ahora entienden que le hacen mucho daño si persisten en el discurso de que las preferencias ciudadanas “permanecen iguales” o “se mueven muy poco”, que lo que está por definirse es “si el PRI tendrá mayoría absoluta en el Congreso”, tesis con las que trabajaron al aire durante semanas Héctor Aguilar, Leo Zuckermann y Jorge Castañeda, no así Javier Tello.
Los señores de Primer Grado, por la misma parte empresarial, no sólo no le regatean ya el segundo lugar en las preferencias al otrora Mesías Tropical de Enrique Krauze, sino que es notable como empezaron a cuidar el uso y abuso de adjetivos respecto de Andrés Manuel López.
El discurso con el que empezó a despeinarse Peña, la inteligente apertura (¿coyuntural?) de Televisa para poner a buen resguardo su ambicioso proyecto de alianza con Iusacell e incluso la ofensiva propagandística de arcaicas figuras del partido tricolor para exhibir a López Obrador porque presuntamente Luis Costa, su colaborador, solicitó 6 millones de dólares a empresarios para la campaña, resultan incomprensibles sin contextualizarlos con los resultados de la encuesta del Grupo Reforma y que Miriam Saldaña Cháirez, candidata a asambleísta por el Distrito XV de Iztacalco por el Movimiento Progresista, me compartió con tres días de anticipación resultados semejantes.
De acuerdo a la encuesta López Obrador cerró la brecha. Peña Nieto cuenta con 38 por ciento de la intención de voto efectiva a nivel nacional; a sólo cuatro puntos de distancia se ubica AMLO en segundo lugar, con el 34 por ciento; Josefina Vázquez Mota en tercero, con el 23 por ciento. Y lo que aún nos espera.
Enrique Peña empieza a despeinarse el copete y rompe con sus modositos y educados discursos, porque tardíamente se dio cuenta que la campaña presidencial como un mero trámite, que le vendió muy caro Televisa y los intelectuales a su servicio, no se corresponde con la realidad, y aunque ésta se registre a cuentagotas en las pantallas del consorcio que preside Emilio Azcárraga Jean, se abre paso en las redes sociales y en las calles con YoSoy132, pero también con una diversidad de movimientos sociales.
La primera despeinada que llamó la atención por cierta y pegar en el corazón del panismo hecho gobierno durante 11 años y seis meses, fue la siguiente: “Mi partido en la alternancia, por dar un caso emblemático, entregó a (Joaquín) El Chapo Guzmán en la cárcel. El partido en el gobierno puso a El Chapo, que estaba tras las rejas, en las listas de los más buscados y en la lista de Forbes”.
Sólo que el candidato del Revolucionario Institucional equivocó el lugar y destinatario de su mensaje, el Grupo Elektra y Ricardo Salinas Pliego, porque son del dominio público “los préstamos a la palabra” que por decenas de millones de dólares le hizo Raúl Salinas de Gortari, mejor conocido durante el sexenio de su hermano Carlos como “Señor 10 por ciento”, debido a las comisiones que cobraba por cabildear en Los Pinos a favor inversionistas, extranjeros y nacionales, empresarios y delincuentes de cuello blanco pero demasiado sucio y no exentos de vínculos con el crimen organizado.
También oculta el joven candidato, como si los ciudadanos fueran desmemoriados irremediables, que no pocos gobernadores forjados en las filas de su partido, el Revolucionario, hicieron una invaluable contribución para incrementar la cuantía del capital de Guzmán Loera.
El mismo día del mensaje pronunciado por Peña Nieto, la empresa que lo empolló dio amplias muestras de que su gallo está listo para dar la pelea sin la abierta intervención de Televisa, y continuó apresuradamente con la operación de deslindarse respecto de él, pues ahora entienden que le hacen mucho daño si persisten en el discurso de que las preferencias ciudadanas “permanecen iguales” o “se mueven muy poco”, que lo que está por definirse es “si el PRI tendrá mayoría absoluta en el Congreso”, tesis con las que trabajaron al aire durante semanas Héctor Aguilar, Leo Zuckermann y Jorge Castañeda, no así Javier Tello.
Los señores de Primer Grado, por la misma parte empresarial, no sólo no le regatean ya el segundo lugar en las preferencias al otrora Mesías Tropical de Enrique Krauze, sino que es notable como empezaron a cuidar el uso y abuso de adjetivos respecto de Andrés Manuel López.
El discurso con el que empezó a despeinarse Peña, la inteligente apertura (¿coyuntural?) de Televisa para poner a buen resguardo su ambicioso proyecto de alianza con Iusacell e incluso la ofensiva propagandística de arcaicas figuras del partido tricolor para exhibir a López Obrador porque presuntamente Luis Costa, su colaborador, solicitó 6 millones de dólares a empresarios para la campaña, resultan incomprensibles sin contextualizarlos con los resultados de la encuesta del Grupo Reforma y que Miriam Saldaña Cháirez, candidata a asambleísta por el Distrito XV de Iztacalco por el Movimiento Progresista, me compartió con tres días de anticipación resultados semejantes.
De acuerdo a la encuesta López Obrador cerró la brecha. Peña Nieto cuenta con 38 por ciento de la intención de voto efectiva a nivel nacional; a sólo cuatro puntos de distancia se ubica AMLO en segundo lugar, con el 34 por ciento; Josefina Vázquez Mota en tercero, con el 23 por ciento. Y lo que aún nos espera.
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