Bienestar, en el suelo

Calderón: vivir peor
El catarrito, otra vez

Carlos Fernández-Vega / México SA


En el discurso oficial el bienestar de los mexicanos crece con una dinámica inversamente proporcional a lo que sucede en la realidad; en aquel, la situación mejora cotidianamente, mientras en la segunda empeora con la misma rapidez y periodicidad. Concluye el sexenio de para vivir mejor (oferta que incluía crecimiento, empleo, alza del ingreso, fortalecimiento del poder adquisitivo y tantas otras promesas de campaña), y en los hechos los mexicanos cada día viven peor.

Como muestra, un botón: el comportamiento del indicador de la tendencia laboral de la pobreza (ITLP), estimado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el cual muestra trimestralmente la tendencia de la proporción de personas que no puede adquirir la canasta alimentaria con el ingreso de su trabajo, de acuerdo con la definición de dicho organismo, mismo que precisa que si bien el ITLP no representa una medición de pobreza, pues la pobreza oficial es la que se estima cada dos años con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares que elabora el Inegi y que tiene más información que la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, el ITLP es de utilidad para observar las tendencias a corto plazo de dos elementos fundamentales de la pobreza: el ingreso laboral y el precio de los alimentos.

Pues bien, con base en tal indicador, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, sintetiza el resultado del calderonato en este reglón: en términos generales, todos los resultados resaltan una pérdida de bienestar para la población; las condiciones de precariedad no sólo prevalecieron a lo largo del sexenio, sino que se agudizaron. El índice de la tendencia laboral de la pobreza ha aumentado 21.4 por ciento durante los últimos cinco años y cuatro meses (hasta marzo de 2012, última cifra oficial disponible), y tal deterioro afecta en mayor medida al sector urbano, el cual alcanzó un récord histórico en el periodo.

Los estados de la República más afectados entre 2006 y 2012 son: Nuevo León (90 por ciento), Baja California (87), Baja California Sur (83) y Chihuahua (64). Sólo se aprecia una leve mejora en dos entidades: Chiapas y Jalisco. Durante el último año, Baja California y Sinaloa exhibieron el mayor aumento en el ITLP: 16.6 y 10.6 por ciento, respectivamente. Los resultados también muestran un deterioro en las condiciones laborales en la mayor parte de las entidades federativas: 70 por ciento reportaron un retroceso respecto al primer trimestre de 2011. Además, cuatro de ellas alcanzaron récord histórico en la medición del ITLP: Baja California, estado de México, Nuevo León y San Luis Potosí, lo cual constituye un fuerte desafío que debe atenderse no sólo por las autoridades federales, sino también por las estatales y municipales correspondientes.

Lamentablemente existen dos aspectos que deben enfatizarse en este contexto, apunta el CIEN. El primero es que durante el último año el avance de la precarización se ha dado en un entorno de crecimiento; basta recordar que en entre enero-marzo de 2011 e igual periodo de 2012 la economía creció 4.6 por ciento, una dinámica atribuible a la mayor parte de los sectores productivos, pero que no se vio reflejada en las condiciones de vida de la población. El segundo elemento a considerar es que los países desarrollados, particularmente los que conforman la Unión Europea, han entrado en fase de desaceleración, recesión o en el mejor de los casos de bajo crecimiento (Estados Unidos). Ello afectará a los países dependientes de dicho ciclo económico, entre ellos México, de forma destacada.

De igual manera, debe considerarse la incertidumbre financiera ocasionada por los problemas bancarios y de deuda pública por los que atraviesa la Unión Europea, la cual ya afecta a la Bolsa Mexicana de Valores y al tipo de cambio. El último alcanzó 14.5 pesos por dólar para el cierre de mayo, lo cual ha obligado a que el Banco de México realice subastas con el objetivo de estabilizar la moneda. Por tanto, es evidente que los registros positivos de crecimiento económico alcanzados hasta hoy no garantizan la estabilidad y bienestar futuros. Una vez más el crecimiento económico de México muestra un problema estructural del país: el mejor desempeño de la economía no se traduce en bienestar para la población. Si bien la actividad productiva aumentó 4.6 por ciento, la misma no ha sido suficiente para mitigar la precarización laboral que enfrenta México.

Aunado a lo anterior, el escenario de incertidumbre mundial empieza a limitar las posibilidades futuras de crecimiento, como consecuencia de la alta dependencia que tiene el país a través del comercio internacional, particularmente con Estados Unidos. Hasta abril pasado se observa una reducción importante en la tasa de crecimiento de las mismas. Si bien conservan una tendencia positiva, la mayor incertidumbre radica en si ésta podrá conservarse ante la desaceleración que se vive en la Unión Europea, uno de los principales socios comerciales y financieros de Estados Unidos y de cuyo comportamiento depende parte del desempeño de la economía norteamericana. En este sentido, señala el CIEN, los beneficios extraídos de un motor de crecimiento externo hoy en día no son suficientes, y es necesario el impulso del mercado interno, pero éste, hoy más que nunca, refleja el abandono que ha sufrido por varios años, lo que retroalimenta la informalidad, pobreza e inseguridad.

Referente al mercado laboral, la noticia positiva (por llamarle así) es que se aprecia una disminución en la tasa de desocupación con respecto a periodos previos (4.9 por ciento de la PEA, igual a la reportada en el cuarto trimestre de 2009, año de la crisis). Sin embargo, debe recordarse que esta disminución se ha dado al mismo tiempo que aumenta el empleo con menores remuneraciones y prestaciones sociales. De igual manera, es evidente que no existe suficiente empleo para gente con estudios y con experiencia laboral.

Las rebanadas del pastel

¡Ay nanita! El catarrito ataca de nuevo. Una vez más el peso se zangolotea frente al dólar, lo que hace recordar dos frases ilustres del mismo personaje: A) México está pertrechado ante la volatilidad (primero de junio de 2012, gobernador del Banco de México), y B) el país cuenta con una economía protegida para abatir la volatilidad (4 de agosto de 2008, secretario de Hacienda). ¿Quién es el célebre funcionario que las pronunció? Agustín Carstens (la última públicamente mencionada dos meses antes del estallido de la crisis).

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