Afp y Notimex
Ginebra, 11 de junio. Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, consideró que los países con problemas económicos deben subir los ingresos a través de los impuestos, bajar el gasto público o vender activos: quien tenga autopistas que las venda; aeropuertos, que los venda; sectores energéticos, que los venda, y así permitirá la inversión privada en sectores estratégicos y eso dinamizará la economía. Asimismo propuso trabajar más años pero menos días a la semana.
Slim vertió este planteamiento durante las Conferencias de Ginebra, –en las que fue invitado de honor–, que tienen lugar en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) desde hace tres años y en las que han participado importantes personajes de la vida política y económica mundial.
El empresario mexicano participó en la conferencia ¿Cómo están impactando las nuevas tecnologías en el mundo empresarial y cómo están cambiando el mundo?, en la cual afirmó que se debe aumentar la edad de jubilación a 70 años y crear una semana laboral de tres días, con el fin de incentivar el empleo.
La sugerencia es que la jornada de trabajo sea de tres días, de 10 u 11 horas por turno, con el fin de tener libres otros cuatro días y dedicarlos a la familia, a innovar, cultivarse o crear.
Es necesario elevar la edad de jubilación a 70 años porque antes el trabajo era más físico y la gente se moría a los sesenta o poco más, pero ahora vivimos hasta 85 o 90 años. Vivimos en la sociedad del conocimiento, por lo que la experiencia y el conocimiento deben valorarse; por eso se puede ampliar el periodo de vida laboral, afirmó el empresario de 72 años en la sede de la ONU en Ginebra.
Señaló que una vez que los trabajadores lleguen a los 60 años podrían tener jornadas de 35 horas semanales en lugar de 40, y dijo que los gobiernos deberían estudiar en qué sectores se van a desarrollar los nuevos empleos en el futuro próximo. Expresó su deseo de que en breve todo el mundo pueda estar conectado.
Todos deberían contar con un teléfono inteligente conectado en forma permanente a Internet, en lugar de tener algunos modelos de teléfonos tontos que sólo tienen voz, añadió. Para el empresario, la red de telecomunicaciones actual es el sistema nervioso de la nueva civilización, y se pronunció en pro del acceso universal a la banda ancha.
Agregó que la mejor inversión es combatir la pobreza, y puso de ejemplo el caso de China, donde cada año unos 40 millones de personas salen de la pobreza extrema. Abogó por una civilización generosa y virtuosa que se sustente en el bienestar de los otros, en la que los otros sean educados y formen parte de la modernidad.
Subrayó que gracias a las nuevas tecnologías se ha apoyado la democracia en contraste con un poder monolítico, pues las primeras impulsan la movilidad, la libertad, la creatividad, los derechos humanos, la globalización, la competencia y la productividad.
Subrayó la importancia de que la sociedad actual pueda encauzar la revolución de Internet en la que estamos inmersos, ya que el conflicto social ha sido una constante histórica ante los grandes avances que han marcado la evolución de la humanidad.
En varios pasajes de su intervención, ante una sala colmada, Slim enumeró algunas de las iniciativas emprendidas por la fundación que lleva su nombre y que cuenta con su financiamiento, en varios casos ilimitado, según afirmó.
Se mostró favorable al e-gobierno, en el entendido de que las estructuras y los funcionarios de los gobiernos, en cualquier país, utilicen el correo electrónico y todos los medios digitales a su alcance para provecho de sus pueblos.
Preconizó la entrada de Internet en la educación universitaria para que haya menos necesidades de construir zonas de habitación, enseñanza y esparcimiento en torno a la universidades, de modo que sean remplazados por las redes digitales.
Slim, ingeniero, viudo, con seis hijos y 19 nietos, afirmó estar entusiasmado con la expansión de su idea de bibliotecas públicas digitales, donde las personas no concurren a pedir libros prestados, sino computadoras portátiles, bibliotecas en las cuales se puede al mismo tiempo disponer de espacios para navegar por Internet y acceder así a la información.
Ginebra, 11 de junio. Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, consideró que los países con problemas económicos deben subir los ingresos a través de los impuestos, bajar el gasto público o vender activos: quien tenga autopistas que las venda; aeropuertos, que los venda; sectores energéticos, que los venda, y así permitirá la inversión privada en sectores estratégicos y eso dinamizará la economía. Asimismo propuso trabajar más años pero menos días a la semana.
Slim vertió este planteamiento durante las Conferencias de Ginebra, –en las que fue invitado de honor–, que tienen lugar en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) desde hace tres años y en las que han participado importantes personajes de la vida política y económica mundial.
El empresario mexicano participó en la conferencia ¿Cómo están impactando las nuevas tecnologías en el mundo empresarial y cómo están cambiando el mundo?, en la cual afirmó que se debe aumentar la edad de jubilación a 70 años y crear una semana laboral de tres días, con el fin de incentivar el empleo.
La sugerencia es que la jornada de trabajo sea de tres días, de 10 u 11 horas por turno, con el fin de tener libres otros cuatro días y dedicarlos a la familia, a innovar, cultivarse o crear.
Es necesario elevar la edad de jubilación a 70 años porque antes el trabajo era más físico y la gente se moría a los sesenta o poco más, pero ahora vivimos hasta 85 o 90 años. Vivimos en la sociedad del conocimiento, por lo que la experiencia y el conocimiento deben valorarse; por eso se puede ampliar el periodo de vida laboral, afirmó el empresario de 72 años en la sede de la ONU en Ginebra.
Señaló que una vez que los trabajadores lleguen a los 60 años podrían tener jornadas de 35 horas semanales en lugar de 40, y dijo que los gobiernos deberían estudiar en qué sectores se van a desarrollar los nuevos empleos en el futuro próximo. Expresó su deseo de que en breve todo el mundo pueda estar conectado.
Todos deberían contar con un teléfono inteligente conectado en forma permanente a Internet, en lugar de tener algunos modelos de teléfonos tontos que sólo tienen voz, añadió. Para el empresario, la red de telecomunicaciones actual es el sistema nervioso de la nueva civilización, y se pronunció en pro del acceso universal a la banda ancha.
Agregó que la mejor inversión es combatir la pobreza, y puso de ejemplo el caso de China, donde cada año unos 40 millones de personas salen de la pobreza extrema. Abogó por una civilización generosa y virtuosa que se sustente en el bienestar de los otros, en la que los otros sean educados y formen parte de la modernidad.
Subrayó que gracias a las nuevas tecnologías se ha apoyado la democracia en contraste con un poder monolítico, pues las primeras impulsan la movilidad, la libertad, la creatividad, los derechos humanos, la globalización, la competencia y la productividad.
Subrayó la importancia de que la sociedad actual pueda encauzar la revolución de Internet en la que estamos inmersos, ya que el conflicto social ha sido una constante histórica ante los grandes avances que han marcado la evolución de la humanidad.
En varios pasajes de su intervención, ante una sala colmada, Slim enumeró algunas de las iniciativas emprendidas por la fundación que lleva su nombre y que cuenta con su financiamiento, en varios casos ilimitado, según afirmó.
Se mostró favorable al e-gobierno, en el entendido de que las estructuras y los funcionarios de los gobiernos, en cualquier país, utilicen el correo electrónico y todos los medios digitales a su alcance para provecho de sus pueblos.
Preconizó la entrada de Internet en la educación universitaria para que haya menos necesidades de construir zonas de habitación, enseñanza y esparcimiento en torno a la universidades, de modo que sean remplazados por las redes digitales.
Slim, ingeniero, viudo, con seis hijos y 19 nietos, afirmó estar entusiasmado con la expansión de su idea de bibliotecas públicas digitales, donde las personas no concurren a pedir libros prestados, sino computadoras portátiles, bibliotecas en las cuales se puede al mismo tiempo disponer de espacios para navegar por Internet y acceder así a la información.
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