Voto útil: el gran ausente

Jorge Diaz

Provocado por las divisiones en el PRI y la poco atractiva candidatura de Roberto Madrazo, de cierta manera se preveía su presencia (la del voto útil), como lo fue, pero derivado del conflicto postelectoral en aquellas elecciones, pareciera que fueron los candidatos y sus partidos los que precisamente orillaron a la gente a definir con anterioridad su voto, no moverlo y sobre todo, ser presa de las ideas preconcebidas que se tiene de cada personaje en competencia y no otorgarle a nadie, el beneficio de la duda.

Es más que obvio que entre las filas priistas al día de hoy, el número de votantes que no están de acuerdo con la candidatura de Enrique Peña Nieto, es insignificante, por lo que de ahí no se puede esperar una cantidad de votos que incline la balanza en favor de un contrario. Luego entonces, la expectativa se centra entre quienes viendo a cualquiera de sus candidatos, Vázquez Mota y López Obrador en clara desventaja, pudieran utilizar su voto para que el PRI no regrese a los Pinos. Pero los agravios entre estas dos corrientes ideológicas, no sólo han sido muchas, sino que en algunos casos han sido muy graves, por lo que es de esperarse que no llegue a prender entre ellos la idea de frenar el ascenso del PRI al poder, quitándole votos a su abanderado para dárselos a sus adversarios y prefieran mantenerse con su líder hasta la muerte (electoral).

Entre los llamados “indecisos”, lejos de lo que se puede creer, considero que más bien son “ocultadores” de su voto y a estas alturas su corazón ya les dictó la voluntad, que entre otras pueden ser: dividirse entre tres, legitimar lo más posible al puntero, abstenerse de votar o anular su voto, pero de eso a que en este grupo se encuentre una gran cantidad de votos anti-PRI para encumbrar a otro, lo dudo.

Hace unos días escuchábamos a López Obrador pedir ya la definición de los “indecisos”, panistas inconformes y priistas renegados a emplear su voto de manera útil, a favor de él por supuesto, y creo que se quedará esperando.

El desenlace de esta elección estará marcado ya sea, por el día de campo que representó para Peña Nieto, o bien, por una bomba de último momento que sacuda las conciencias y le dé un giro inesperado convirtiéndola en histórica, lo cual me parece remoto. A estas alturas, el desánimo y la falta de encanto de la panista y el representante de las izquierdas, hace recordar lo desangelado de los comicios pasados en el Estado de México, aunque probablemente la única diferencia que haya con respecto a aquella, sea que al final se aprieten un poco más los números y, como lo he venido sosteniendo, se convierta en una elección de tercios, por lo que muchos nos quedaremos extrañando la presencia del voto útil, práctica que de cierta manera, simboliza madurez ciudadana y pasión por la participación meditada, lejos del fanatismo partidista y el culto a la personalidad.

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