Boletas sueltas
Correo cada 5 minutos
Tardanza en entregas
Julio Hernández López / Astillero
El mexicano Marx Navarro Castillo votará desde el extranjero pero no con la boleta electoral que a su nombre debería haberle llegado, sino con la de Virginia Rosa Borrego González, entregada por equivocación en el domicilio del estudiante y candidato a doctor en arqueología en la Universidad Estatal de Nueva York, campus Albany. Su esposa, Gabriela Xilonen Aquino Dehesa, rumbo al doctorado en antropología y becaria del Conacyt al igual que Navarro, deberá usar la boleta que originalmente estaba destinada a Luis Alberto de Ávila Campos.
Afectados por errores logísticos como muchos otros mexicanos reportan, Navarro y Aquino fueron autorizados verbalmente por un funcionario del Instituto Federal Electoral para que utilicen las boletas de Borrego y de De Ávila escribiendo, en todo caso, su nombre a mano abajo de los datos correspondientes a los destinatarios originales en los sobres de porte pagado incluidos en los paquetes enviados para sufragio desde el extranjero.
La autorización se dio luego que Navarro (en Twitter es @spidermarx82 su nombre) telefoneó, escribió y tuiteó a diversas oficinas para denunciar el equívoco y buscar solución (en bit.ly/bK1DPw pueden verse algunos mensajes respondidos por @voto extranjero, la instancia tuitera del IFE para esos casos). Al siguiente día encontró dos llamadas perdidas en su teléfono. A las 14:40 entró otra: ¿Es usted Marx Navarro y vive con Gabriela Aquino? Contestó que sí, temeroso de que fuera algo relacionado con secuestros. Le hablo del IFE, le dijo el interlocutor y con mucha amabilidad le ofreció disculpas, mencionó que daba seguimiento a su caso y que la función del instituto era contar los votos. Yo le comenté que bueno, que debiera entender que no confiara en la institución, le dije que el instituto perdió mucha credibilidad y que esperaba que en esta ocasión sí hicieran bien las cosas, que no importaba quién gane pero que estuviera apegado a derecho. Él me aseguró que así sería. También me dijo que le parecía bien mi opción de que usara la boleta de otra persona, tal como yo se lo había comentado en el correo electrónico. Únicamente que no tachara el nombre de esa persona pero sí pusiera mi nombre encima de su nombre, y lo mismo en el caso de mi esposa. Al igual me repitió como tres veces que me recordaba que el voto era libre y secreto. Yo creo que me lo comentó pues desde que abrí la boleta yo decidí de una vez tacharla y votar por AMLO y así subir mi foto tanto a Facebook como a Twitter.
Infalsificables y con las mismas medidas de seguridad que las que se emplearán en el país, según se asienta en el acuerdo del Consejo General del IFE publicado en el Diario Oficial de la Federación este martes reciente, las boletas para mexicanos en el extranjero no llevan talón foliado ni datos correspondientes a circunscripción plurinominal, municipio o delegación, pero sí la entidad federativa y el distrito electoral correspondiente (desde el pasado 6 puede verse en www.astillero.tv el modelo de boleta, enviado por un lector que vive en el extranjero; también allí se pueden ver las carátulas de los paquetes equivocados y los sobres de devolución arreglados según indicaciones del IFE). Es decir, suponiendo que los casos aquí mencionados fueran una rigurosa excepción, que a Borrego y De Ávila les llegara a su vez la papelería correspondiente a Navarro y Aquino, y que la comedia de enredos allí parara, esos ciudadanos habrán utilizado papelería electoral originalmente asignada a otros votantes, tal vez perteneciente a otra entidad y distrito, en una preocupante muestra menor de lo que puede ser un desbarajuste mayor.
También desde Nueva York, Ernesto Araiza reporta: “He llegado al extremo de enviar un correo electrónico al IFE cada cinco minutos y aún no recibo una sola respuesta. Sospecho que el IFE no está contestando correos. Específicamente estos correos: cove@ife.org.mx, votomex@ife.org.mx, e ifetel@ife.org.mx. Te explico por qué he llegado a esta conclusión. Cumplí con el trámite para votar en el extranjero en tiempo y forma, mandé mis papeles en enero. Al no recibir nada me preocupé y llamé al teléfono 1-800 que dan en el portal del IFE. De ahí me dijeron que escribiera a cove@ife.org.mx y se negaron a darme el correo de algún funcionario o algún teléfono. Empecé a escribir correos electrónicos a estas direcciones una vez en marzo, tres en abril, una vez al día en mayo, hasta que me di cuenta de que me estaban dando el avión. Como soy programador hice un programa que les envía un correo automáticamente cada cinco minutos explicando mi situación, y ¿sabes cuántos han respondido? Adivinaste bien, cero”.
Añade Araiza: Creo que al IFE se le destinan suficientes recursos como para contratar gente que se encargue de contestar un simple correo. No estoy pidiendo ningún favor, ni un milagro, vaya, ni siquiera estoy pidiendo el teléfono de Julia Orayen... sólo pido contar con un instituto profesional que aparte de contratar bellas edecanes pueda hacer algo sencillo como atender a un ciudadano.
En Twitter, otros mexicanos en el extranjero dijeron a este tecleador que no han recibido sus paquetes electorales, que no han tenido respuesta en sus gestiones y que temen quedarse sin derecho a votar, aunque el plazo para la entrega de la papelería correspondiente vence el próximo 20. Oficialmente, el tiempo aproximado de entrega de los paquetes debería ser de 25 días.
Y, mientras Óscar Antonio Jiménez Morales ha puesto disponible en Internet su tesis doctoral publicada por la Universidad de Málaga y el Grupo de Invesrtigación Eumed.net, La desilusión sexenal, con un capítulo dedicado al fraude electoral de 2006 (bit.ly/KnJqSL) y escuchando a López Obrador invitar desde Tulancingo, Hidalgo, a dar un jalón más para ganar la Presidencia de la República, ¡hasta mañana, con la intención de algunos consejeros del IFE de adelantar la revisión de gastos de las campañas partidistas!
Correo cada 5 minutos
Tardanza en entregas
Julio Hernández López / Astillero
El mexicano Marx Navarro Castillo votará desde el extranjero pero no con la boleta electoral que a su nombre debería haberle llegado, sino con la de Virginia Rosa Borrego González, entregada por equivocación en el domicilio del estudiante y candidato a doctor en arqueología en la Universidad Estatal de Nueva York, campus Albany. Su esposa, Gabriela Xilonen Aquino Dehesa, rumbo al doctorado en antropología y becaria del Conacyt al igual que Navarro, deberá usar la boleta que originalmente estaba destinada a Luis Alberto de Ávila Campos.
Afectados por errores logísticos como muchos otros mexicanos reportan, Navarro y Aquino fueron autorizados verbalmente por un funcionario del Instituto Federal Electoral para que utilicen las boletas de Borrego y de De Ávila escribiendo, en todo caso, su nombre a mano abajo de los datos correspondientes a los destinatarios originales en los sobres de porte pagado incluidos en los paquetes enviados para sufragio desde el extranjero.
La autorización se dio luego que Navarro (en Twitter es @spidermarx82 su nombre) telefoneó, escribió y tuiteó a diversas oficinas para denunciar el equívoco y buscar solución (en bit.ly/bK1DPw pueden verse algunos mensajes respondidos por @voto extranjero, la instancia tuitera del IFE para esos casos). Al siguiente día encontró dos llamadas perdidas en su teléfono. A las 14:40 entró otra: ¿Es usted Marx Navarro y vive con Gabriela Aquino? Contestó que sí, temeroso de que fuera algo relacionado con secuestros. Le hablo del IFE, le dijo el interlocutor y con mucha amabilidad le ofreció disculpas, mencionó que daba seguimiento a su caso y que la función del instituto era contar los votos. Yo le comenté que bueno, que debiera entender que no confiara en la institución, le dije que el instituto perdió mucha credibilidad y que esperaba que en esta ocasión sí hicieran bien las cosas, que no importaba quién gane pero que estuviera apegado a derecho. Él me aseguró que así sería. También me dijo que le parecía bien mi opción de que usara la boleta de otra persona, tal como yo se lo había comentado en el correo electrónico. Únicamente que no tachara el nombre de esa persona pero sí pusiera mi nombre encima de su nombre, y lo mismo en el caso de mi esposa. Al igual me repitió como tres veces que me recordaba que el voto era libre y secreto. Yo creo que me lo comentó pues desde que abrí la boleta yo decidí de una vez tacharla y votar por AMLO y así subir mi foto tanto a Facebook como a Twitter.
Infalsificables y con las mismas medidas de seguridad que las que se emplearán en el país, según se asienta en el acuerdo del Consejo General del IFE publicado en el Diario Oficial de la Federación este martes reciente, las boletas para mexicanos en el extranjero no llevan talón foliado ni datos correspondientes a circunscripción plurinominal, municipio o delegación, pero sí la entidad federativa y el distrito electoral correspondiente (desde el pasado 6 puede verse en www.astillero.tv el modelo de boleta, enviado por un lector que vive en el extranjero; también allí se pueden ver las carátulas de los paquetes equivocados y los sobres de devolución arreglados según indicaciones del IFE). Es decir, suponiendo que los casos aquí mencionados fueran una rigurosa excepción, que a Borrego y De Ávila les llegara a su vez la papelería correspondiente a Navarro y Aquino, y que la comedia de enredos allí parara, esos ciudadanos habrán utilizado papelería electoral originalmente asignada a otros votantes, tal vez perteneciente a otra entidad y distrito, en una preocupante muestra menor de lo que puede ser un desbarajuste mayor.
También desde Nueva York, Ernesto Araiza reporta: “He llegado al extremo de enviar un correo electrónico al IFE cada cinco minutos y aún no recibo una sola respuesta. Sospecho que el IFE no está contestando correos. Específicamente estos correos: cove@ife.org.mx, votomex@ife.org.mx, e ifetel@ife.org.mx. Te explico por qué he llegado a esta conclusión. Cumplí con el trámite para votar en el extranjero en tiempo y forma, mandé mis papeles en enero. Al no recibir nada me preocupé y llamé al teléfono 1-800 que dan en el portal del IFE. De ahí me dijeron que escribiera a cove@ife.org.mx y se negaron a darme el correo de algún funcionario o algún teléfono. Empecé a escribir correos electrónicos a estas direcciones una vez en marzo, tres en abril, una vez al día en mayo, hasta que me di cuenta de que me estaban dando el avión. Como soy programador hice un programa que les envía un correo automáticamente cada cinco minutos explicando mi situación, y ¿sabes cuántos han respondido? Adivinaste bien, cero”.
Añade Araiza: Creo que al IFE se le destinan suficientes recursos como para contratar gente que se encargue de contestar un simple correo. No estoy pidiendo ningún favor, ni un milagro, vaya, ni siquiera estoy pidiendo el teléfono de Julia Orayen... sólo pido contar con un instituto profesional que aparte de contratar bellas edecanes pueda hacer algo sencillo como atender a un ciudadano.
En Twitter, otros mexicanos en el extranjero dijeron a este tecleador que no han recibido sus paquetes electorales, que no han tenido respuesta en sus gestiones y que temen quedarse sin derecho a votar, aunque el plazo para la entrega de la papelería correspondiente vence el próximo 20. Oficialmente, el tiempo aproximado de entrega de los paquetes debería ser de 25 días.
Y, mientras Óscar Antonio Jiménez Morales ha puesto disponible en Internet su tesis doctoral publicada por la Universidad de Málaga y el Grupo de Invesrtigación Eumed.net, La desilusión sexenal, con un capítulo dedicado al fraude electoral de 2006 (bit.ly/KnJqSL) y escuchando a López Obrador invitar desde Tulancingo, Hidalgo, a dar un jalón más para ganar la Presidencia de la República, ¡hasta mañana, con la intención de algunos consejeros del IFE de adelantar la revisión de gastos de las campañas partidistas!
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