Temas como Los Dioses Ocultos y Viento sirvieron como un canto a las deidades indígenas
Rodolfo G. Zubieta / Reforma
El plato principal del banquete musical en beneficio a la comunidad Wixárika llegó con la presentación de Caifanes a las 23:27 horas, cerrando así con broche de oro la jornada de denuncia social y unión latina en pro de Wirikuta.
La solemnidad de Enrique Bunbury que dejó sobre el aire con su presentación previa, se transformó en un mar de gritos, vítores y emotivas sonrisas en cuanto aparecieron Alfonso Andre, Sabo Romo, Alejandro Marcovich, Diego Herrera y Saúl Hernández.
Acordes al sentimiento del evento como "Los Dioses Ocultos" y "Viento" sirvieron como un canto a las deidades indígenas y creencias de la cultura mexicana, matizadas con una potente guitarra de Marcovich y los teclados y el saxofón de Herrera.
"Este abrazo es para tí no para nosotros", puntualizó Hernández, refiriéndose a la desbordante masa de 60 mil almas que tenía frente a él en el Foro Sol.
Antes de interpretar "Ayer me Dijo un Ave", el líder de la agrupación rockera solicitó que las personas no gritaran, no aplaudieran durante la canción, quedando así, sólo la oportunidad de cantar todos unidos la letra del tema.
A lo largo de la hora final que tocó Caifanes, se pudieron escuchar temas como "No Dejes Que", "Nos Vamos Juntos" y "Mátenme por Que me Muero", además de un encore doble solicitado por la gente que duplicó la energía que se respiraba en el coso, gracias a las notas de "La Chispa Adecuada" y la festividad de "La Negra Tomasa".
"Gracias por estar aquí, que Dios te bendiga, mucha luz", fueron las palabras con las que Saúl cerró el maratónico viaje musical de poco más de 12 horas, en el cual no dejó de retumbar en cada centímetro del Foro Sol la consigna de "Wirikuta no se vende, se ama y se defiende".
Rodolfo G. Zubieta / Reforma
El plato principal del banquete musical en beneficio a la comunidad Wixárika llegó con la presentación de Caifanes a las 23:27 horas, cerrando así con broche de oro la jornada de denuncia social y unión latina en pro de Wirikuta.
La solemnidad de Enrique Bunbury que dejó sobre el aire con su presentación previa, se transformó en un mar de gritos, vítores y emotivas sonrisas en cuanto aparecieron Alfonso Andre, Sabo Romo, Alejandro Marcovich, Diego Herrera y Saúl Hernández.
Acordes al sentimiento del evento como "Los Dioses Ocultos" y "Viento" sirvieron como un canto a las deidades indígenas y creencias de la cultura mexicana, matizadas con una potente guitarra de Marcovich y los teclados y el saxofón de Herrera.
"Este abrazo es para tí no para nosotros", puntualizó Hernández, refiriéndose a la desbordante masa de 60 mil almas que tenía frente a él en el Foro Sol.
Antes de interpretar "Ayer me Dijo un Ave", el líder de la agrupación rockera solicitó que las personas no gritaran, no aplaudieran durante la canción, quedando así, sólo la oportunidad de cantar todos unidos la letra del tema.
A lo largo de la hora final que tocó Caifanes, se pudieron escuchar temas como "No Dejes Que", "Nos Vamos Juntos" y "Mátenme por Que me Muero", además de un encore doble solicitado por la gente que duplicó la energía que se respiraba en el coso, gracias a las notas de "La Chispa Adecuada" y la festividad de "La Negra Tomasa".
"Gracias por estar aquí, que Dios te bendiga, mucha luz", fueron las palabras con las que Saúl cerró el maratónico viaje musical de poco más de 12 horas, en el cual no dejó de retumbar en cada centímetro del Foro Sol la consigna de "Wirikuta no se vende, se ama y se defiende".
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