CNN
A diferencia de 2000 —cuando en la boleta electoral aparecía Vicente Fox, un candidato de las propias filas de los empresarios—, y de 2006 —donde algunos círculos hicieron campaña contra Andrés Manuel López Obrador—, en esta ocasión los empresarios están lejos de inclinarse por un candidato a la presidencia.
“Los empresarios no han escuchado los mensajes que les permitan recuperar la tranquilidad y eso es lo que están esperando”, dijo Bernardo González-Aréchiga, coordinador nacional de la Escuela de Graduados en Administración Pública (EGAP) del Tecnológico de Monterrey.
Miguel Treviño, director del Consejo Cívico de Instituciones de Nuevo León, explicó que los habitantes de Monterrey son gente a la que le sigue gustando hacer negocios, pero que hoy trae las “defensas bajas” porque el espacio público ha sido capturado por el crimen organizado.
La organización que preside Treviño tiene el auspicio de cámaras empresariales y organismos intermedios del sector privado, por lo que es un interlocutor de empresarios y ciudadanos.
Empresarios levantan la voz
En los últimos días de marzo de 2012, representantes locales de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y de la Cámara de la Industria de la Transformación (Canacintra) lanzaron un ultimátum al gobernador Rodrigo Medina para que bajara los índices delictivos o pidiera licencia y dejara el cargo.
“Nuevo León vive la peor época de inseguridad y es imperdonable que la autoridad haya sido rebasada”, acusa Alfonso Garza Garza, presidente de la Coparmex Nuevo León.
Hay cifras que documentan por qué la relación entre los empresarios y el gobierno local —en este caso del PRI— pende de alfileres. Marcia Campos y Elvira Naranjo, de la EGAP señalaron en el reporte La competitividad de los estados mexicanos, que Nuevo León pasó de 2007 a 2010 del lugar 12 al 22 en generación de empleos y del 5 al 11 en productividad, aunque mejoró su posición en comercio internacional (del 14 al 9) y ambiente institucional (14 al 6).
La estrategia
El sector privado desplegó en Monterrey una táctica conocida como “construcción de ciudadanía” en la colonia Independencia, considerada por las autoridades una “zona caliente” en la que operan bandas de secuestradores y narcotraficantes. Ahí, buscan fortalecer el tejido social, ya que si éste registra fracturas no hay desarrollo.
“El empresario está buscando, más que a un personaje, a una instancia que asegure que las cosas se van a hacer”, dijo un directivo de una empresa de telecomunicaciones que prefirió no ser citado.
“No nos interesa entonces de qué partido sea el futuro presidente. Lo que nos importa es que nos garantice estabilidad. Los candidatos tienen mucho que ganar y que perder en Nuevo León, porque no hay votos casados”, explica Miguel Treviño.
La definición
“El diálogo apenas está comenzando y hasta el momento hemos escuchado agendas totalizantes, no específicas, por lo que es difícil determinar por quién doblarán las campanas”, sostiene González-Aréchiga, del Tecnológico de Monterrey.
Enrique Peña Nieto, coinciden varios ejecutivos de empresas regias, no es tan conocido en Monterrey. Su experiencia en el Estado de México se ve lejana y es un secreto a voces que carga con la desgastada relación con los empresarios dejada por el gobernador Medina.
Josefina Vázquez Mota está mejor ubicada en el imaginario regiomontano gracias a varias visitas y a su desempeño como secretaria de Desarrollo Social y de Educación de Calderón. Pero también tiene un gran factor en contra: el desencanto provocado en el norte por los dos últimos sexenios.
En la mente de los regios persiste la estampa del plantón en Paseo de la Reforma que realizó Andrés Manuel López Obrador. Pero ahora cuenta con el apoyo de líderes corporativos que incluso le han ayudado a organizar sus mítines, como Alfonso Romo (fundador de Grupo Pulsar y Synthetic Genomics), Fernando Turner (director ejecutivo de Katcon) y pequeños empresarios de la ciudad.
“Quien interiorice la preocupación de los empresarios puede ganar, no quien caiga en las soluciones fáciles”, concluye González-Aréchiga.
A diferencia de 2000 —cuando en la boleta electoral aparecía Vicente Fox, un candidato de las propias filas de los empresarios—, y de 2006 —donde algunos círculos hicieron campaña contra Andrés Manuel López Obrador—, en esta ocasión los empresarios están lejos de inclinarse por un candidato a la presidencia.
“Los empresarios no han escuchado los mensajes que les permitan recuperar la tranquilidad y eso es lo que están esperando”, dijo Bernardo González-Aréchiga, coordinador nacional de la Escuela de Graduados en Administración Pública (EGAP) del Tecnológico de Monterrey.
Miguel Treviño, director del Consejo Cívico de Instituciones de Nuevo León, explicó que los habitantes de Monterrey son gente a la que le sigue gustando hacer negocios, pero que hoy trae las “defensas bajas” porque el espacio público ha sido capturado por el crimen organizado.
La organización que preside Treviño tiene el auspicio de cámaras empresariales y organismos intermedios del sector privado, por lo que es un interlocutor de empresarios y ciudadanos.
Empresarios levantan la voz
En los últimos días de marzo de 2012, representantes locales de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y de la Cámara de la Industria de la Transformación (Canacintra) lanzaron un ultimátum al gobernador Rodrigo Medina para que bajara los índices delictivos o pidiera licencia y dejara el cargo.
“Nuevo León vive la peor época de inseguridad y es imperdonable que la autoridad haya sido rebasada”, acusa Alfonso Garza Garza, presidente de la Coparmex Nuevo León.
Hay cifras que documentan por qué la relación entre los empresarios y el gobierno local —en este caso del PRI— pende de alfileres. Marcia Campos y Elvira Naranjo, de la EGAP señalaron en el reporte La competitividad de los estados mexicanos, que Nuevo León pasó de 2007 a 2010 del lugar 12 al 22 en generación de empleos y del 5 al 11 en productividad, aunque mejoró su posición en comercio internacional (del 14 al 9) y ambiente institucional (14 al 6).
La estrategia
El sector privado desplegó en Monterrey una táctica conocida como “construcción de ciudadanía” en la colonia Independencia, considerada por las autoridades una “zona caliente” en la que operan bandas de secuestradores y narcotraficantes. Ahí, buscan fortalecer el tejido social, ya que si éste registra fracturas no hay desarrollo.
“El empresario está buscando, más que a un personaje, a una instancia que asegure que las cosas se van a hacer”, dijo un directivo de una empresa de telecomunicaciones que prefirió no ser citado.
“No nos interesa entonces de qué partido sea el futuro presidente. Lo que nos importa es que nos garantice estabilidad. Los candidatos tienen mucho que ganar y que perder en Nuevo León, porque no hay votos casados”, explica Miguel Treviño.
La definición
“El diálogo apenas está comenzando y hasta el momento hemos escuchado agendas totalizantes, no específicas, por lo que es difícil determinar por quién doblarán las campanas”, sostiene González-Aréchiga, del Tecnológico de Monterrey.
Enrique Peña Nieto, coinciden varios ejecutivos de empresas regias, no es tan conocido en Monterrey. Su experiencia en el Estado de México se ve lejana y es un secreto a voces que carga con la desgastada relación con los empresarios dejada por el gobernador Medina.
Josefina Vázquez Mota está mejor ubicada en el imaginario regiomontano gracias a varias visitas y a su desempeño como secretaria de Desarrollo Social y de Educación de Calderón. Pero también tiene un gran factor en contra: el desencanto provocado en el norte por los dos últimos sexenios.
En la mente de los regios persiste la estampa del plantón en Paseo de la Reforma que realizó Andrés Manuel López Obrador. Pero ahora cuenta con el apoyo de líderes corporativos que incluso le han ayudado a organizar sus mítines, como Alfonso Romo (fundador de Grupo Pulsar y Synthetic Genomics), Fernando Turner (director ejecutivo de Katcon) y pequeños empresarios de la ciudad.
“Quien interiorice la preocupación de los empresarios puede ganar, no quien caiga en las soluciones fáciles”, concluye González-Aréchiga.
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