Por mis pistolas

José Cárdenas

El discurso de Elba Esther Gordillo en Los Pinos el Día del Maestro no fue solamente una confirmación de fuerza sino una muestra de la merma del poder presidencial.

Pararse frente al jefe del Estado y soltarle lindeza y media sobre el fracaso monumental de su candidata presidencial; o sea, la posibilidad única de prolongar la hegemonía de su partido ante un PRI en ascenso pase lo que pase, no es cosa menor.

Cortedad de miras, diálogo envilecido, ambiciones personales; esos fueron los conceptos para describir el único pecado imperdonable para la maestra: que alguien la quiera utilizar para sus fines propios.

A estas alturas y después de esas acusaciones, ya nadie duda sobre la verdadera finalidad de la “Evaluación” educativa: quitarle poder al sindicato. Por eso el conglomerado magisterial, largamente favorecido por la exitosa capacidad de La Maestra Gordillo para garantizarle estabilidad económica y prestaciones muy elevadas en vivienda y tiempo disponible, respalda plenamente a la señora lideresa.

En ese capítulo, hasta sus opositores se le han volteado al gobierno, de la manera como el miércoles voltearon de cabeza la Ciudad de México con las marchas de la “Coordinadora”.

Hoy todo queda muy claro: Felipe Calderón es en la historia reciente el único Presidente a quien un líder (en este caso lideresa) le puede ir a gritonear a Los Pinos, manotear y dar instrucciones.

–No dude usted de la palabra del SNTE, le dijo.

–Llegaremos a la evaluación, sí, pero cuando y como el sindicato diga.

De esa manera, sin darse cuenta, los asistentes a esa reunión presenciaron un acto de magia: la evaluación educativa, concebida para impulsar políticamente a una señora sin relieve ni carisma (Josefina Vázquez Mota), dejó de ser una herramienta en manos del gobierno con miras a convertirse en un recurso para elevar el poder sindical.

Si las cosas siguen como se mostraron el miércoles en la Casa Presidencial, pronto el sindicato evaluará a la Secretaría de Educación y no quedará muy lejano el día cuando sean los maestros quienes designen al secretario. Hoy no lo pueden nombrar, pero lo pueden tumbar, como sucedió con la actual candidata, a quien la maestra Gordillo no le escatima una gota de su desprecio infinito.

Lo habíamos dicho aquí y en otros foros: la evaluación se hará dónde, cómo y para los fines que convengan al sindicato. Y así quedó sentenciado en un acuerdo cuyos actores no firmaron los dos. Solamente el Presidente se subió al atril para rubricarlo.

O sea, bailó el tango él solito.

MONJE LOCO: La novela Terra Nostra de Carlos Fuentes tiene casi 800 páginas. Es un recorrido por la evolución del pensamiento occidental, lleno de complejidad, flexiones y reflexiones. Fuentes lo hizo cuando disfrutaba de una beca en Estados Unidos. Cuando Carlos Monsiváis vio el libro sólo dijo: “Para escribirlo le dieron una beca a Carlos; ahora que me den una beca a mí para leerlo”.

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