No sólo ganó Muñoz Leos

Francisco Rodriguez / Índice Político

No. En serio. Raúl Muñoz Leos no ganó sólo él a la corrupta, fallida y vengativa Administración de Felipe Calderón. Gracias a él ganamos también muchos mexicanos que teníamos fe en que la justicia se impusiera, sabedores --desde que se le fincaron las absurdas acusaciones--, que tras ello había nada oculta una maniobra politiquera del michoacano y sus paniaguados en contra de quien, al frente de Pemex, fue un probo funcionario.


En su momento, Muñoz Leos cumplió con la tarea que le encomendaron: negociar un convenio con el sindicato petrolero que durante años no se había pagado y que ascendía a 2 mil 500 millones de pesos. Desde la dirección de Pemex él negoció y consiguió que el órgano gremial aceptara 800 millones menos, y además se comprometiera a “modernizar” la relación de la empresa con sus trabajadores.

Muñoz Leos dejó la dirección general de la primera empresa nacional antes de que el convenio, ya firmado, se concretara en los hechos. Fue su sucesor, Ramírez Corzo, quien entregó los dineros pactados –menos de los que se le adeudaban, cabe subrayar-- al sindicato.

Pero fue a don Raúl a quien los calderonistas acusaron de quién sabe qué cosa, pues todo lo que había hecho estaba apegado a la ley y enmarcado en la transparencia.

Fue una actitud vil y mediocre del ocupante de Los Pinos quien, a su paso por la Secretaría de Energía durante el inicuo foxiato, debió sentirse ofendido porque el director general de Pemex, subordinado a su jerarquía burocrática, sabía más que él de las cuestiones de esa área estratégica para el país. O quizá porque no permitió que sus colaboradores, a lo mejor él mismo, metieran o siguieran metiendo las manos para su personal provecho en las arcas y negocios de la paraestatal, cual bien documentara Ana Lilia Pérez en su libro Camisas Azules, Manos Negras, en torno a los “bisnes” de César Nava, entre otros.

Mediocridad pura. De la que se ha rodeado Calderón y por lo cual ha brindado los peores resultados que gestión alguna, incluida la de Fox, haya obtenido nunca antes: violencia, desempleo, miseria, desesperanza… y un largo, muy largo etcétera.

A ese respecto rescato lo que sobre Muñoz Leos escribí a finales de abril del 2007, tras apuntar que el gran fracaso de la fallida, torpe y corrupta Administración calderonista obedecía, en buena medidal al arribo de los amigos, los cuates, los compadres y sobre todo los acreedores políticos –quienes hicieron posible el “haiga sido como haiga sido”-- de quienes ahora habitan en Los Pinos.

“¿Qué sucede, en cambio, cuando al gobierno federal llega un personaje honesto y, además, idóneo para ocupar el cargo, dados sus conocimientos, experiencia y otros varios talentos?

“Pues que los mediocres intentan acabar con él. No sólo durante el ejercicio del cargo, también cuando lo ha dejado. Y recurren a las más burdas maniobras, que lamentablemente la opinión pública se traga, hambrienta como está de descargar en alguien el coraje que siente al sufrir la parálisis económica del país.

“Le platico hoy de Raúl Muñoz Leos, quien para su mala suerte fuera director general de Pemex cuatro años del foxiato. Aunque eso, en cambio, fuera de buen fario para esa industria y para el país.

“Respetado y reconocido en la iniciativa privada en la que durante años dirigió a una de las gigantes de los derivados petroleros, fue merced a su iniciativa que Pemex incrementó su plataforma de producción justo en los momentos en los que el precio internacional del crudo estaba en sus niveles más altos.

“Pero le armaron una ‘grilla’ desde Los Pinos. Había que proteger los oscuros intereses de Fox, Marta, Ramón Muñoz y la parentela de todos ellos. El pretexto, del todo baladí. Y llegó a Pemex uno de los testaferros con las mismas mañas de aquellos.

“Con decencia, Muñoz Leos sorteó con la cabeza erguida su salida de Pemex. Y eso los enfureció. Hoy, contraviniendo todo principio legal, pero sobre todo ético, escandalizan con un acta de la Secretaría de la Función Pública, que forma parte de un proceso que se está sustanciando ante la autoridad.

“Los mediocres intentan acabarlo a periodicazos. Porque las acusaciones que hoy se blanden, no tienen mayor sustancia. Cosa de aclararlo, como lo hacen casi todos los funcionarios a su salida de un cargo.

“Con estos malos pagos, ¿alguien decente quisiera ser funcionario federal?”

Yo creo que no. Por eso vale repreguntar si ¿seguiremos en manos de los mediocres y los ineptos?

Mientras nos responden a los mexicanos, agradezcámosle a Muñoz Leos este triunfo que es de todos. Sobre la mediocridad y el infantilismo vengativo, ¿no cree usted?

Índice Flamígero: Otra maniobra que tiene tintes de venganza personal, la de las acusaciones en contra de altos mandos del Ejército, dio pie a que el diario estadounidense The New York Times pusiera ayer en blanco y negro la desconfianza creciente de agentes federales estadounidenses al papel que el Ejército juega en la guerra de Calderón contra el narco. Se les está volteando el chirrión por el palito, como reza el refrán. + + + A esta Administración a la que le sale más caro el caldo que las albóndigas, para no dejar los adagios populares, ya sólo le restan 184 días.

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