Ricardo Alemán
El debate entre los presidenciables derribó una buena cantidad de mitos que se habían tejido en torno al evento mismo y a los candidatos.
1.- El debate derribó, por ejemplo, la mitología de que Enrique Peña Nieto era incapaz de articular palabra sin teleprompter o sin guión escrito.
2.- También quedó reducida a cenizas la especie de que un debate sería la confirmación de que el pasado de Peña Nieto —Salinas, Montiel, la muerte de su esposa, etcétera— sepultaría al candidato presidencial del PRI.
3.- Y se fue por la alcantarilla la especie de que debajo del copete, Peña no tiene nada.
4.- De igual manera, el debate derribó el mito de que AMLO era un tigre para el debate. Y más aún, al que debieron quitarle un “acordeón” fue a AMLO, quien pretendió leer su discurso de introducción al debate.
5.- Quedó reducido a cenizas el mito de que “la guerra de Calderón” y los “60 mil muertos de Calderón” eran misiles capaces de derribar a cualquier gobierno. Resultó tan frágil esa mitología que no mereció una sola palabra en el debate.
6.- El “chabacano mito” de que Acción Nacional y el Revolucionario Institucional son lo mismo y de que el “PRIAN” sería derrotado por la poderosa alianza progresista de AMLO, se hizo añicos cuando, en los hechos, se confirmó la alianza AMLO-Josefina o —si se quiere— PAN-PRD contra Peña Nieto.
7.- Estalló en pedazos el mito de la debilidad endémica de Peña Nieto, ya que ni juntos, la derecha y las izquierdas, pudieron derribarlo.
8.- Y también quedó en calidad de “fiambre” la especie de que el candidato del PRI es un invento de las televisoras. Si es un invento, los candidatos del PAN y del PRD son bultos, incapaces de hacerle daño.
9.- Quedó sepultado en las catacumbas de la mitología popular el espantajo de que AMLO y/o Josefina llegarían al debate con un misil que destruiría a Peña Nieto. No hubo tal. Y se confirma que ni la derecha ni la izquierda tienen parque para derrotar al mexiquense.
10.- Peor aún, de la “poderosa artillería” que dizque llevarían al debate los candidatos de la derecha y de las izquierdas, todo lo que le lanzaron a Peña Nieto no fue más que pólvora mojada: cascajo reciclado y que hoy a pocos les importa.
11.- El mito de que los debates electorales no le importan a los ciudadanos y que el futbol es más rentable en materia de audiencia se fue al bote de la basura. Y, claro, el concesionario Ricardo Salinas fue uno de los grandes perdedores de la escaramuza del predebate.
12.- Aun así, tampoco es cierto el mito de que Ricardo Salinas es la representación terrenal del diablo. Lo cierto es que gracias a la polémica que desató el dueño de Televisión Azteca, el debate alcanzó los niveles de audiencia que logró. Es decir, le faltaba una calentadita que se la dio Salinas Pliego.
13- Es un mito que haya ganado el debate Peña Nieto, Vázquez Mota, López Obrador o el señor Quadri. Lo cierto es que cada cual, de los seguidores de los cuatro, alzó la mano para reclamar el triunfo de su preferido. Es decir, que lo mismo se puede decir que ganaron los cuatro o perdieron.
14.- El mito de que hubo un ganador de entre los cuatro se fue al caño ante los verdaderos ganadores. Ganaron el gobierno federal y el presidente Calderón, a los que no se les tocó ni con el pétalo de una rosa.
15.- Y es que ya desapareció de la mitología popular la patraña de que el de Calderón es “un gobierno espurio”. Y es que hoy hablar de gobiernos “espurios” y “legítimos” es lo más parecido al suicidio político para un candidato alicaído como AMLO.
16.- También resultó gananciosa la señora Gordillo —la dueña de la empresa familiar llamada Panal, la jefa real del señor Gabriel Quadri—, a la que ninguno de los candidatos le quitó ni una pluma a su gallo. Y, claro, ganó el delfín de la señora Gordillo, el señor Quadri.
17.- Y es un mito que la política y los procesos electorales estén reñidos con el humor, la burla, la irreverencia y con la presencia lúdica de una mujer hermosa que exhibe buena parte de lo que debe exhibir toda mujer. Claro, además de su inteligencia.
Por lo pronto, es casi un hecho que el formato del debate será modificado para la segunda confrontación. Y mientras tanto ya se construyen los nuevos mitos.
EN EL CAMINO
¿Quién lo hubiera creído? López Obrador suplicando que Marcelo Ebrard —el jefe de Gobierno en funciones— lo acompañe a la fallida campaña presidencial del tabasqueño. Lo cierto que es AMLO cultiva lo que sembró. Hoy, pocos le hacen caso, muchos le dan la vuelta y prefieren hacer campaña por su cuenta, porque estar cerca de él es la mejor receta para perder votos.
El debate entre los presidenciables derribó una buena cantidad de mitos que se habían tejido en torno al evento mismo y a los candidatos.
1.- El debate derribó, por ejemplo, la mitología de que Enrique Peña Nieto era incapaz de articular palabra sin teleprompter o sin guión escrito.
2.- También quedó reducida a cenizas la especie de que un debate sería la confirmación de que el pasado de Peña Nieto —Salinas, Montiel, la muerte de su esposa, etcétera— sepultaría al candidato presidencial del PRI.
3.- Y se fue por la alcantarilla la especie de que debajo del copete, Peña no tiene nada.
4.- De igual manera, el debate derribó el mito de que AMLO era un tigre para el debate. Y más aún, al que debieron quitarle un “acordeón” fue a AMLO, quien pretendió leer su discurso de introducción al debate.
5.- Quedó reducido a cenizas el mito de que “la guerra de Calderón” y los “60 mil muertos de Calderón” eran misiles capaces de derribar a cualquier gobierno. Resultó tan frágil esa mitología que no mereció una sola palabra en el debate.
6.- El “chabacano mito” de que Acción Nacional y el Revolucionario Institucional son lo mismo y de que el “PRIAN” sería derrotado por la poderosa alianza progresista de AMLO, se hizo añicos cuando, en los hechos, se confirmó la alianza AMLO-Josefina o —si se quiere— PAN-PRD contra Peña Nieto.
7.- Estalló en pedazos el mito de la debilidad endémica de Peña Nieto, ya que ni juntos, la derecha y las izquierdas, pudieron derribarlo.
8.- Y también quedó en calidad de “fiambre” la especie de que el candidato del PRI es un invento de las televisoras. Si es un invento, los candidatos del PAN y del PRD son bultos, incapaces de hacerle daño.
9.- Quedó sepultado en las catacumbas de la mitología popular el espantajo de que AMLO y/o Josefina llegarían al debate con un misil que destruiría a Peña Nieto. No hubo tal. Y se confirma que ni la derecha ni la izquierda tienen parque para derrotar al mexiquense.
10.- Peor aún, de la “poderosa artillería” que dizque llevarían al debate los candidatos de la derecha y de las izquierdas, todo lo que le lanzaron a Peña Nieto no fue más que pólvora mojada: cascajo reciclado y que hoy a pocos les importa.
11.- El mito de que los debates electorales no le importan a los ciudadanos y que el futbol es más rentable en materia de audiencia se fue al bote de la basura. Y, claro, el concesionario Ricardo Salinas fue uno de los grandes perdedores de la escaramuza del predebate.
12.- Aun así, tampoco es cierto el mito de que Ricardo Salinas es la representación terrenal del diablo. Lo cierto es que gracias a la polémica que desató el dueño de Televisión Azteca, el debate alcanzó los niveles de audiencia que logró. Es decir, le faltaba una calentadita que se la dio Salinas Pliego.
13- Es un mito que haya ganado el debate Peña Nieto, Vázquez Mota, López Obrador o el señor Quadri. Lo cierto es que cada cual, de los seguidores de los cuatro, alzó la mano para reclamar el triunfo de su preferido. Es decir, que lo mismo se puede decir que ganaron los cuatro o perdieron.
14.- El mito de que hubo un ganador de entre los cuatro se fue al caño ante los verdaderos ganadores. Ganaron el gobierno federal y el presidente Calderón, a los que no se les tocó ni con el pétalo de una rosa.
15.- Y es que ya desapareció de la mitología popular la patraña de que el de Calderón es “un gobierno espurio”. Y es que hoy hablar de gobiernos “espurios” y “legítimos” es lo más parecido al suicidio político para un candidato alicaído como AMLO.
16.- También resultó gananciosa la señora Gordillo —la dueña de la empresa familiar llamada Panal, la jefa real del señor Gabriel Quadri—, a la que ninguno de los candidatos le quitó ni una pluma a su gallo. Y, claro, ganó el delfín de la señora Gordillo, el señor Quadri.
17.- Y es un mito que la política y los procesos electorales estén reñidos con el humor, la burla, la irreverencia y con la presencia lúdica de una mujer hermosa que exhibe buena parte de lo que debe exhibir toda mujer. Claro, además de su inteligencia.
Por lo pronto, es casi un hecho que el formato del debate será modificado para la segunda confrontación. Y mientras tanto ya se construyen los nuevos mitos.
EN EL CAMINO
¿Quién lo hubiera creído? López Obrador suplicando que Marcelo Ebrard —el jefe de Gobierno en funciones— lo acompañe a la fallida campaña presidencial del tabasqueño. Lo cierto que es AMLO cultiva lo que sembró. Hoy, pocos le hacen caso, muchos le dan la vuelta y prefieren hacer campaña por su cuenta, porque estar cerca de él es la mejor receta para perder votos.
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