Francisco Garfias
¿Declinar por Josefina? ¡Nanay!, rechazó Andrés Manuel López Obrador. “Una elección de tres es lo que más conviene a la democracia”, alegó el tabasqueño.
Así, de un plumazo, descartó las insistentes versiones de que podría haber una alianza de facto entre los azules y la izquierda, para impedir el triunfo de Enrique Peña Nieto en las elecciones presidenciales. Es decir, que al final sólo quedaran dos.
Vázquez Mota había hecho lo propio el pasado dos de mayo, durante su participación en el foro de CNN en español México Opina. Voto 2012. En esa ocasión, la candidata del PAN sostuvo que no está en su agenda ese tipo de alianza, porque es diferente al político tabasqueño y defienden proyectos distintos.
No habrá, pues, llamado al voto útil para empujar al mejor ubicado de los rezagados en las encuestas. Que cada quien cuente sus votos.
El Peje dio la nota política ayer al ofrecer su renuncia como candidato presidencial si Peña Nieto prueba que cuando era jefe de Gobierno del DF se gastó mil 800 millones de pesos para promoverse como candidato presidencial en la televisión.
“Si es cierto yo renuncio a mi candidatura, renunciaría a la Presidencia de la República. Pero si no es cierto, que él haga lo propio. Eso sería un acto de congruencia”, le dijo a la periodista Carmen Aristegui en su noticiero de MVS.
El candidato presidencial del PRI-Verde estará hoy en el mismo programa con Aristegui. Tiene una magnífica oportunidad para documentar sus señalamientos contra el tabasqueño. De lo contrario, quedará muy mal parado. Tan mal como el que acusa sin pruebas.
Andrés Manuel hizo lo mismo durante el debate. Comparó a Peña con Ponce y Bejarano, basado en los reportes de “una revista seria”. Como si eso fuera suficiente para lanzar tan graves acusaciones.
No se justifica, aunque estemos en campaña.
Peña Nieto, por cierto, tendrá su primer encuentro de campaña con universitarios. A las diez de la mañana está programado en la Iberoamericana.
El escote de la edecán del IFE sirvió al comediante estadunidense Stephen Colbert, titular del programa The Colbert Report, para ironizar sobre la “emoción” del debate entre los candidatos presidenciales mexicanos.
Durante su show, mostró una fotografía de Gabriel Quadri en la que literalmente escanea a la playmate Julia Orayen.
En el video, reproducido por el periódico digital Animal Político, el comediante destacó que el candidato de Nueva Alianza —declarado ganador del debate— ni siquiera se disculpó por tan evidente distracción.
Citó declaraciones hechas por el abanderado de Elba Esther para justificar la escaneada. “Es imposible no prestarle atención a una mujer tan espectacular”. Colbert sugirió que el lema de campaña de Quadri debería ser “me gustan las tetas grandes”.
Ayer, por cierto, nos enteramos de que el experimentado Jesús Tapia, productor del debate, dejó esa chamba. El IFE deberá contratar a otro para el segundo encuentro entre los presidenciales, el próximo mes de junio.
Tapia, un productor de capacidad probada, asumió su parte de responsabilidad en el escándalo atizado por “los modernos torquemada”. Se fue —como dijo el consejero Sergio García Ramírez— con “honestidad y caballerosidad”.
El escándalo del espionaje en la Cámara de Diputados sigue en el más absoluto misterio. La presidencia de la Mesa Directiva cambió el pasado primero de mayo.
El perredista Guadalupe Acosta se fue sin dar mayores explicaciones de lo que pintaba como el legislagate. ¿Qué pasó con la denuncia penal presentada por el presunto espionaje telefónico contra destacados legisladores y personal administrativo?
Hablamos a la PGR para tener respuesta sobre la evolución del caso. Nos dijeron que hace más de dos semanas le solicitaron al órgano legislativo los “informes técnicos” que requieren para completar la investigación, entre ellos el supuesto dictamen de un peritaje realizado por una empresa privada. “Los informes no llegaron”, aseguran.
El tema quedaría en la anécdota si no fuera porque, además del ruido mediático, se emplearon recursos públicos para pagar el peritaje. La empresa Security Network Systems cobró dos millones 88 mil pesos por revisar las oficinas en San Lázaro.
Pero, bueno, estamos en México. No pasa nada.
¿Declinar por Josefina? ¡Nanay!, rechazó Andrés Manuel López Obrador. “Una elección de tres es lo que más conviene a la democracia”, alegó el tabasqueño.
Así, de un plumazo, descartó las insistentes versiones de que podría haber una alianza de facto entre los azules y la izquierda, para impedir el triunfo de Enrique Peña Nieto en las elecciones presidenciales. Es decir, que al final sólo quedaran dos.
Vázquez Mota había hecho lo propio el pasado dos de mayo, durante su participación en el foro de CNN en español México Opina. Voto 2012. En esa ocasión, la candidata del PAN sostuvo que no está en su agenda ese tipo de alianza, porque es diferente al político tabasqueño y defienden proyectos distintos.
No habrá, pues, llamado al voto útil para empujar al mejor ubicado de los rezagados en las encuestas. Que cada quien cuente sus votos.
El Peje dio la nota política ayer al ofrecer su renuncia como candidato presidencial si Peña Nieto prueba que cuando era jefe de Gobierno del DF se gastó mil 800 millones de pesos para promoverse como candidato presidencial en la televisión.
“Si es cierto yo renuncio a mi candidatura, renunciaría a la Presidencia de la República. Pero si no es cierto, que él haga lo propio. Eso sería un acto de congruencia”, le dijo a la periodista Carmen Aristegui en su noticiero de MVS.
El candidato presidencial del PRI-Verde estará hoy en el mismo programa con Aristegui. Tiene una magnífica oportunidad para documentar sus señalamientos contra el tabasqueño. De lo contrario, quedará muy mal parado. Tan mal como el que acusa sin pruebas.
Andrés Manuel hizo lo mismo durante el debate. Comparó a Peña con Ponce y Bejarano, basado en los reportes de “una revista seria”. Como si eso fuera suficiente para lanzar tan graves acusaciones.
No se justifica, aunque estemos en campaña.
Peña Nieto, por cierto, tendrá su primer encuentro de campaña con universitarios. A las diez de la mañana está programado en la Iberoamericana.
El escote de la edecán del IFE sirvió al comediante estadunidense Stephen Colbert, titular del programa The Colbert Report, para ironizar sobre la “emoción” del debate entre los candidatos presidenciales mexicanos.
Durante su show, mostró una fotografía de Gabriel Quadri en la que literalmente escanea a la playmate Julia Orayen.
En el video, reproducido por el periódico digital Animal Político, el comediante destacó que el candidato de Nueva Alianza —declarado ganador del debate— ni siquiera se disculpó por tan evidente distracción.
Citó declaraciones hechas por el abanderado de Elba Esther para justificar la escaneada. “Es imposible no prestarle atención a una mujer tan espectacular”. Colbert sugirió que el lema de campaña de Quadri debería ser “me gustan las tetas grandes”.
Ayer, por cierto, nos enteramos de que el experimentado Jesús Tapia, productor del debate, dejó esa chamba. El IFE deberá contratar a otro para el segundo encuentro entre los presidenciales, el próximo mes de junio.
Tapia, un productor de capacidad probada, asumió su parte de responsabilidad en el escándalo atizado por “los modernos torquemada”. Se fue —como dijo el consejero Sergio García Ramírez— con “honestidad y caballerosidad”.
El escándalo del espionaje en la Cámara de Diputados sigue en el más absoluto misterio. La presidencia de la Mesa Directiva cambió el pasado primero de mayo.
El perredista Guadalupe Acosta se fue sin dar mayores explicaciones de lo que pintaba como el legislagate. ¿Qué pasó con la denuncia penal presentada por el presunto espionaje telefónico contra destacados legisladores y personal administrativo?
Hablamos a la PGR para tener respuesta sobre la evolución del caso. Nos dijeron que hace más de dos semanas le solicitaron al órgano legislativo los “informes técnicos” que requieren para completar la investigación, entre ellos el supuesto dictamen de un peritaje realizado por una empresa privada. “Los informes no llegaron”, aseguran.
El tema quedaría en la anécdota si no fuera porque, además del ruido mediático, se emplearon recursos públicos para pagar el peritaje. La empresa Security Network Systems cobró dos millones 88 mil pesos por revisar las oficinas en San Lázaro.
Pero, bueno, estamos en México. No pasa nada.
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