Los choques en El Cairo dejan dos muertos y 296 heridos

Agencias

Dos personas han muerto y al menos 296 han resultado heridas en choques registrados en El Cairo entre manifestantes y fuerzas de seguridad, según fuentes hospitalarias en la capital egipcia. A su vez, un fiscal militar ha informado de que 170 manifestantes han sido arrestados a consecuencia de esos choques, que han tenido lugar en el barrio de Abasiya, cerca del Ministerio de Defensa.

La violencia se ha desbordado a menos de tres semanas para las elecciones presidenciales, con una auténtica batalla campal frente al Ministerio de Defensa. La Junta Militar había dejado claro el jueves que no permitiría que las protestas alcanzasen el edificio ni ningún otro de las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, esa advertencia no impidió que una masiva concentración, principalmente de jóvenes revolucionarios y seguidores salafistas, desafiase la prohibición e intentase traspasar la alambrada que los militares habían colocado como línea roja. El Ministerio de Sanidad han informado de que la mayor parte de los heridos se han producido a causa de las pedradas sufridas, por la asfixia causada por la inhalación de gases lacrimógenos y por cortes. El responsable del Servicio de Ambulancias del ministerio, Ahmed al Ansari, ha indicado a la agencia oficial Mena que 82 de los heridos han sido trasladados a cinco hospitales de la capital egipcia.

Toque de queda
Después de conseguir controlar la situación sobre el terreno, las Fuerzas Armadas han decretado un toque de queda en las cercanías del Ministerio de Defensa desde las 23.00 hora local (21.00 GMT) hasta las 07.00 (05.00 GMT). En un comunicado leído por el general Mojtar al Mula en la televisión estatal, la cúpula castrense ha advertido de que tomará "todas las medidas que la ley contempla" contra quienes infrinjan la prohibición de circular.

El chispazo que hizo saltar por los aires la enorme tensión acumulada se produjo sobre las 15.00 hora local (13.00 GMT), cuando comenzaron a volar las piedras en ambos sentidos, y la policía militar empezó a utilizar cañones de agua para impedir el avance de los manifestantes. La violencia escaló con el paso de las horas, y el agua dio paso a las pelotas de goma y a los gases lacrimógenos, mientras helicópteros militares sobrevolaban el lugar.

Los manifestantes corearon eslóganes pidiendo la ejecución del jefe de la Junta Militar, el mariscal Husein Tantaui, y en memoria de los nueve muertos que han perdido la vida en este mismo barrio a lo largo de la semana en enfrentamientos con los llamados 'baltaguiya' (agitadores violentos) y vecinos de Abasiya.

Los Hermanos Musulmanes se adueñan de Tahrir
Las escenas de hoy traen a la memoria el estallido de violencia que se produjo justo antes de los comicios legislativos, el pasado mes de noviembre, en la calle Mohamed Mahmud, junto a la plaza Tahrir, y que se cobró decenas de muertos. Precisamente en Tahrir, otra multitudinaria manifestación ha reclamado en paralelo el cese del derramamiento de sangre y la renuncia de la cúpula castrense.

Si en Abasiya han sido los jóvenes revolucionarios y los ultraconservadores salafistas quienes han encabezado la marcha, en Tahrir los islamistas Hermanos Musulmanes se han adueñado casi por completo de la numerosa protesta. En la tribuna principal se agrupaban varios líderes de la influyente organización islámica, cuyo Partido Libertad y Justicia (PLJ) controla casi la mitad del Parlamento egipcio.

Un portavoz del PLJ, Ahmed Abdelaziz, ha señalado que la manifestación pretendía "mostrar que estamos sumamente indignados con los sucesos de Abasiya", así como "reclamar la entrega del poder al candidato que resulte elegido como presidente".

Por su parte, el diputado del partido centrista Civilización (Hadara) Hatem Azzam ha indicado que, en su opinión, los manifestantes de Abasiya consideran que la plaza Tahrir se ha convertido en "una feria o un carnaval", y que por eso optaron por llevar sus reivindicaciones a las puertas del Ministerio de Defensa.

El ambiente en Tahrir, aunque de gran crispación hacia la cúpula castrense, se ha mantenido siempre dentro de los límites de la protesta pacífica, en consonancia con la posición de los Hermanos Musulmanes hacia la Junta Militar desde el comienzo de la transición. No en vano, uno de sus líderes, Mohamed Mursi, es uno de los grandes favoritos a hacerse con las elecciones presidenciales cuya primera vuelta se celebrará los próximos 23 y 24 de mayo.

Pese a que algunas voces han puesto en duda la celebración de los comicios en esta atmósfera, tanto la Junta Militar como los principales aspirantes han repetido que las elecciones no se pospondrán y que antes del 30 de junio el poder habrá sido transferido a una autoridad civil.

El propio Mursi aseguró en una entrevista esta semana que "no hay marcha atrás" para la celebración de las presidenciales, y que, una vez que haya un nuevo jefe de Estado, el ejército será despojado de cualquier papel político en la nueva etapa.

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