Apro
Con el fantasma del repudio estudiantil que ha cargado desde el 11 de mayo, el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, se refirió nuevamente a los jóvenes; festejó que se expresen y calificó el movimiento universitario como “respetable y genuino” pero también pidió que nadie lo partidice.
Al estar por última vez como candidato presidencial ante los integrantes del Consejo Político Nacional (CPN) de su partido, Peña Nieto les dijo que los 33 días que faltan de campaña electoral deben transcurrir sin violencia. Lo anterior en clara referencia a la manifestación de repudio de aproximadamente 500 estudiantes en la ciudad de Querétaro, donde una de las camionetas de su equipo de campaña fue zangoloteada.
“Celebro que hoy la pluralidad de los mexicanos esté más viva que nunca. Qué bueno que los jóvenes universitarios se expresen y manifiesten en libertad. El suyo es un movimiento respetable y genuino, que fortalece nuestra democracia.
“Es un movimiento que abandera la libertad, que debe ser respetado y escuchado, tanto por los gobiernos, los partidos políticos y por supuesto por quienes somos candidatos. Es como ellos mismos lo han exigido, bajo ningún argumento debe tratar de partidizarse este movimiento”, dijo ante los pocos más de 800 asistentes al consejo y congregados en el auditorio Plutarco Elías Calles del Comité Directivo Nacional del PRI.
Alejado de cualquier posible incidente, arropado por sus correligionarios y fuertemente custodiado por su equipo de seguridad, el candidato del PRI se refirió, no de manera explícita, a las acusaciones de posibles vínculos con el narcotráfico que pesan sobre el exgobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, quien lo acompañara en parte de su campaña electoral por la gubernatura del Estado de México en 2005.
“En el México que queremos no tendrán cabida ni la corrupción, ni el encubrimiento y mucho menos la impunidad”. Antes, pidió a quienes ejercen un cargo como los 20 gobernadores priistas que estaban presentes y forman parte del consejo político, diputados y senadores, que actúen “con responsabilidad, honestidad, transparencia y resultado”.
Porque, dijo, para ganarnos y refrendar la confianza de la gente, hay que poner el ejemplo, hay que empezar en casa. “El PRI tiene que asumir el papel que le corresponde, no inspirado en la nostalgia del ayer, sino en los retos del presente para ganar el futuro”.
El candidato presidencial dijo que su compromiso es con la democracia y las libertades de los mexicanos, para luego lanzar una advertencia: “quien no lo asuma así, quien no esté dispuesto a comprometerse con la democracia, la libertad y la transparencia, simplemente no tiene cabida en este proyecto”.
Y su discurso generó aplausos como si de pronto los priistas de viejo y nuevo cuño divisaran el camino y encontraran por fin un rumbo para su actuar, siendo que todo ello está plasmado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, misma que todos los gobernadores y legisladores presentes debieron haber protestado cumplir cuando asumieron sus cargos.
Peña Nieto, único orador en la XXX Asamblea Extraordinaria del CPN, lanzó frases atrevidas, que sonaban huecas para quienes lo escuchaban: “es hora de romper con el pasado”, dijo ante priistas de viejo cuño como Enrique Jackson, Carlos Rojas, Pedro Joaquín Coldwell, Joel Ayala, Manlio Fabio Beltrones, la propia Beatriz Paredes, Francisco Labastida, entre otros.
Luego les pidió a todos, incluyendo a los candidatos a puestos de elección popular presentes, que hicieran suyo el manifiesto que dio a conocer a inicios de semana en respuesta a las manifestaciones estudiantiles de repudio a su persona, el mismo que mientras firmaba la tarde del jueves en Querétaro cerca de 500 jóvenes lo recriminaban.
Pero así como ofrece, según él una respuesta a los jóvenes con su manifiesto, también pidió a quienes tienen empatía con su actuar, “que a cada ataque de nuestros adversarios respondamos con una propuesta. Quedan 33 días de campaña, la sociedad exige que transcurran sin violencia. México quiere vivir en paz, México dice, no a la violencia”.
Y le pidió al priismo y a sus seguidores que no cedan a las provocaciones, “contribuyamos a la paz y alegría que debe significar este proceso democrático. Nosotros no vamos a vivir a México”.
La burla universitaria
Después de 15 días de protestas de jóvenes estudiantes, Enrique Peña Nieto cambió su agenda que tenía este viernes e incluyó un espacio para “recibir” el Proyecto de Nación de universitarios.
El equipo del priista y el representante de los 300 líderes con los que comería más tarde, montaron en un pequeño salón del hotel St. Regis para el acto de entrega del documento. Ahí, el candidato presidencial del PRI improvisó un discurso en el que dijo que “busca dar la cara a la sociedad mexicana, de manera muy particular a los jóvenes de México, porque en ellos se cifra justamente el interés y la plataforma para construir un mejor país”.
Quien le ayudó a montar el breve encuentro con quienes se dijeron estudiantes de diversas universidades fue el director en México del banco Santander, Jorge Ferraes, y quien formaría más tarde parte del grupo de comensales de los 300 líderes.
Supuestamente, la agrupación a la que representan los jóvenes que recibieron a Peña Nieta, Universia, está constituida por 430 universidades, sin embargo, los muchachos que estuvieron en el pequeño salón con él apenas llegaron a 25.
Varios de ellos hablaron y le hicieron entrega del Proyecto de nación, los líderes universitarios proponen; a la hora de la fotografía, Peña Nieto se refirió a una de las muchachas y le preguntó a otro, “¿la conoces?, es la que sale en el anuncio” a lo que el joven respondió: “no, no la conozco, yo no veo televisión y menos Televisa”. Peña Nieto no comentó nada más y concentró en las fotos.
Minutos más tarde, pasó al salón contiguo y comió en privado con personajes que la revista Líderes ha reconocido como de influencia para la sociedad. A la hora de las preguntas, nueve en total y realizadas al azar, se permitió a la prensa acceder.
Las dos únicas preguntas que pudieran considerarse incómodas fueron si permitirá que Elba Esther Gordillo continúe al frente del SNTE y, si estaría de acuerdo en reducir al 50% el dinero que se destinan para las campañas electorales.
Esta última la realizó el exauditor Superior de la Federación, Arturo González de Aragón, quien le recordó que del año 2000 al 2009 se gastaron en los procesos electorales 158 mil millones de pesos, “una verdadera afrenta para los que viven en pobreza en el país”.
A la primera, el candidato del PRI dejó en claro que no hará movimiento alguno para relevar a Elba Esther Gordillo de su cargo, pues dijo, eso corresponde a los sindicalizados. Y de lo segundo, señaló estar de acuerdo a que se “abra el debate” para analizar los gastos de campaña.
En la mesa de Peña Nieto estuvo el empresario Carlos Peralta, dueño de Iusacel; la gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, a dos mesas el actor René Casados, frente a él González de Aragón, a un costado el presidente desde hace más de tres décadas de la Federación Mundial de Boxeo, José Sulaimán, y un poco más alejado, el obispo emérito de Ecatepec –en retiro hace un par de meses y quien siempre se ha pronunciado por el PRI–, Onesimo Cépeda y el dirigente de la iglesia Ortodoxa, Antonio Chedraui Mafud.
Al término del encuentro, y debido a que se rechazó que ofreciera una conferencia para quienes lo acompañaron durante todo el día, se le soltó la pregunta de si el incremento de las manifestaciones en su contra ponen en duda su triunfo y cuánto ha bajado en las preferencias electorales.
Sin embargo, Peña Nieto se negó a responder y simplemente dijo. “Hoy no voy a hablar” y al momento fue rodeado por sus decenas de guardaespaldas encabezados por el capitán Cuevas.
Este sábado, el candidato estaría en Guasave y Mazatlán, Sinaloa, pero de última hora se canceló la visita a Mazatlán debido a probables manifestaciones en su contra.
El domingo participará en un encuentro con la estructura en Zacatecas. Aquí también se espera la presencia de estudiantes que están en contra del aspirante presidencial.
Con el fantasma del repudio estudiantil que ha cargado desde el 11 de mayo, el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, se refirió nuevamente a los jóvenes; festejó que se expresen y calificó el movimiento universitario como “respetable y genuino” pero también pidió que nadie lo partidice.
Al estar por última vez como candidato presidencial ante los integrantes del Consejo Político Nacional (CPN) de su partido, Peña Nieto les dijo que los 33 días que faltan de campaña electoral deben transcurrir sin violencia. Lo anterior en clara referencia a la manifestación de repudio de aproximadamente 500 estudiantes en la ciudad de Querétaro, donde una de las camionetas de su equipo de campaña fue zangoloteada.
“Celebro que hoy la pluralidad de los mexicanos esté más viva que nunca. Qué bueno que los jóvenes universitarios se expresen y manifiesten en libertad. El suyo es un movimiento respetable y genuino, que fortalece nuestra democracia.
“Es un movimiento que abandera la libertad, que debe ser respetado y escuchado, tanto por los gobiernos, los partidos políticos y por supuesto por quienes somos candidatos. Es como ellos mismos lo han exigido, bajo ningún argumento debe tratar de partidizarse este movimiento”, dijo ante los pocos más de 800 asistentes al consejo y congregados en el auditorio Plutarco Elías Calles del Comité Directivo Nacional del PRI.
Alejado de cualquier posible incidente, arropado por sus correligionarios y fuertemente custodiado por su equipo de seguridad, el candidato del PRI se refirió, no de manera explícita, a las acusaciones de posibles vínculos con el narcotráfico que pesan sobre el exgobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, quien lo acompañara en parte de su campaña electoral por la gubernatura del Estado de México en 2005.
“En el México que queremos no tendrán cabida ni la corrupción, ni el encubrimiento y mucho menos la impunidad”. Antes, pidió a quienes ejercen un cargo como los 20 gobernadores priistas que estaban presentes y forman parte del consejo político, diputados y senadores, que actúen “con responsabilidad, honestidad, transparencia y resultado”.
Porque, dijo, para ganarnos y refrendar la confianza de la gente, hay que poner el ejemplo, hay que empezar en casa. “El PRI tiene que asumir el papel que le corresponde, no inspirado en la nostalgia del ayer, sino en los retos del presente para ganar el futuro”.
El candidato presidencial dijo que su compromiso es con la democracia y las libertades de los mexicanos, para luego lanzar una advertencia: “quien no lo asuma así, quien no esté dispuesto a comprometerse con la democracia, la libertad y la transparencia, simplemente no tiene cabida en este proyecto”.
Y su discurso generó aplausos como si de pronto los priistas de viejo y nuevo cuño divisaran el camino y encontraran por fin un rumbo para su actuar, siendo que todo ello está plasmado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, misma que todos los gobernadores y legisladores presentes debieron haber protestado cumplir cuando asumieron sus cargos.
Peña Nieto, único orador en la XXX Asamblea Extraordinaria del CPN, lanzó frases atrevidas, que sonaban huecas para quienes lo escuchaban: “es hora de romper con el pasado”, dijo ante priistas de viejo cuño como Enrique Jackson, Carlos Rojas, Pedro Joaquín Coldwell, Joel Ayala, Manlio Fabio Beltrones, la propia Beatriz Paredes, Francisco Labastida, entre otros.
Luego les pidió a todos, incluyendo a los candidatos a puestos de elección popular presentes, que hicieran suyo el manifiesto que dio a conocer a inicios de semana en respuesta a las manifestaciones estudiantiles de repudio a su persona, el mismo que mientras firmaba la tarde del jueves en Querétaro cerca de 500 jóvenes lo recriminaban.
Pero así como ofrece, según él una respuesta a los jóvenes con su manifiesto, también pidió a quienes tienen empatía con su actuar, “que a cada ataque de nuestros adversarios respondamos con una propuesta. Quedan 33 días de campaña, la sociedad exige que transcurran sin violencia. México quiere vivir en paz, México dice, no a la violencia”.
Y le pidió al priismo y a sus seguidores que no cedan a las provocaciones, “contribuyamos a la paz y alegría que debe significar este proceso democrático. Nosotros no vamos a vivir a México”.
La burla universitaria
Después de 15 días de protestas de jóvenes estudiantes, Enrique Peña Nieto cambió su agenda que tenía este viernes e incluyó un espacio para “recibir” el Proyecto de Nación de universitarios.
El equipo del priista y el representante de los 300 líderes con los que comería más tarde, montaron en un pequeño salón del hotel St. Regis para el acto de entrega del documento. Ahí, el candidato presidencial del PRI improvisó un discurso en el que dijo que “busca dar la cara a la sociedad mexicana, de manera muy particular a los jóvenes de México, porque en ellos se cifra justamente el interés y la plataforma para construir un mejor país”.
Quien le ayudó a montar el breve encuentro con quienes se dijeron estudiantes de diversas universidades fue el director en México del banco Santander, Jorge Ferraes, y quien formaría más tarde parte del grupo de comensales de los 300 líderes.
Supuestamente, la agrupación a la que representan los jóvenes que recibieron a Peña Nieta, Universia, está constituida por 430 universidades, sin embargo, los muchachos que estuvieron en el pequeño salón con él apenas llegaron a 25.
Varios de ellos hablaron y le hicieron entrega del Proyecto de nación, los líderes universitarios proponen; a la hora de la fotografía, Peña Nieto se refirió a una de las muchachas y le preguntó a otro, “¿la conoces?, es la que sale en el anuncio” a lo que el joven respondió: “no, no la conozco, yo no veo televisión y menos Televisa”. Peña Nieto no comentó nada más y concentró en las fotos.
Minutos más tarde, pasó al salón contiguo y comió en privado con personajes que la revista Líderes ha reconocido como de influencia para la sociedad. A la hora de las preguntas, nueve en total y realizadas al azar, se permitió a la prensa acceder.
Las dos únicas preguntas que pudieran considerarse incómodas fueron si permitirá que Elba Esther Gordillo continúe al frente del SNTE y, si estaría de acuerdo en reducir al 50% el dinero que se destinan para las campañas electorales.
Esta última la realizó el exauditor Superior de la Federación, Arturo González de Aragón, quien le recordó que del año 2000 al 2009 se gastaron en los procesos electorales 158 mil millones de pesos, “una verdadera afrenta para los que viven en pobreza en el país”.
A la primera, el candidato del PRI dejó en claro que no hará movimiento alguno para relevar a Elba Esther Gordillo de su cargo, pues dijo, eso corresponde a los sindicalizados. Y de lo segundo, señaló estar de acuerdo a que se “abra el debate” para analizar los gastos de campaña.
En la mesa de Peña Nieto estuvo el empresario Carlos Peralta, dueño de Iusacel; la gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, a dos mesas el actor René Casados, frente a él González de Aragón, a un costado el presidente desde hace más de tres décadas de la Federación Mundial de Boxeo, José Sulaimán, y un poco más alejado, el obispo emérito de Ecatepec –en retiro hace un par de meses y quien siempre se ha pronunciado por el PRI–, Onesimo Cépeda y el dirigente de la iglesia Ortodoxa, Antonio Chedraui Mafud.
Al término del encuentro, y debido a que se rechazó que ofreciera una conferencia para quienes lo acompañaron durante todo el día, se le soltó la pregunta de si el incremento de las manifestaciones en su contra ponen en duda su triunfo y cuánto ha bajado en las preferencias electorales.
Sin embargo, Peña Nieto se negó a responder y simplemente dijo. “Hoy no voy a hablar” y al momento fue rodeado por sus decenas de guardaespaldas encabezados por el capitán Cuevas.
Este sábado, el candidato estaría en Guasave y Mazatlán, Sinaloa, pero de última hora se canceló la visita a Mazatlán debido a probables manifestaciones en su contra.
El domingo participará en un encuentro con la estructura en Zacatecas. Aquí también se espera la presencia de estudiantes que están en contra del aspirante presidencial.
Comentarios