Francisco Garfias
El general de división Tomás Ángeles Dauahare, arraigado por supuestos vínculos con la delincuencia organizada, cumplió ayer, a las siete de la noche, 145 horas sin tener comunicación con su abogado, según cuentas de su esposa, Leticia Zepeda.
La mujer adelantó que este viernes va a interponer un amparo. “Mi esposo es inocente. Se va a comprobar…”, reitera.
Hablamos también con Adriana, hija del arraigado militar. Dice que la abogada de oficio nombrada por las autoridades —la familia no conoce ni su nombre— sólo ha visto una vez al general.
Peor aún. La PGR no ha autorizado a la CNDH un visitador que revise la situación del divisionario. La ley le permite mantener a distancia al representante de la Comisión durante un plazo de 15 días. Eso le dijeron en la CNDH. Adriana pregunta: “ ¿Qué pasa con la persona en esos 15 días? ¿Qué puede suceder? ¿Que trampas le pueden hacer?”
Su papá vive en la incertidumbre. “Lo acusan sin fundamento”, recalca.
La Comisión ya mandó un escrito a la PGR. Obviamente no ha habido respuesta
Los familiares de Ángeles, subsecretario de la Defensa a principios del sexenio, lo han visto a diario. Está tranquilo, aunque desconcertado y triste. “Lo han tratado bien en el aspecto físico. Le hablan correctamente, le dan de comer”, señaló la hija. Pero a su juicio hay “violencia sicológica”, al no permitirle hablar con su abogado.
El asunto no se ve bien para Ángeles y otros tres generales arraigados por supuestos nexos con el narco. No han sido juzgados y menos sentenciados. Pero el presidente Calderón, abogado, ya condenó que haya “algunos” integrantes de las Fuerzas Armadas “que han incurrido en ilícitos”, según “evidencias” encontradas tanto por la PGR como por la Procuraduría Militar.
Nos preguntamos: ¿No se estará adelantando al Poder Judicial?
Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador estuvieron ayer con los rectores de las universidades, en el marco de la XX Sesión Extraordinaria de la Asamblea General de la ANUIES.
El priista les dio dos buenas y una mala. La buena es que asumió el compromiso de promover ante el Congreso que las universidades tengan presupuestos plurianuales. Si se concreta, los rectores ya no tendrían que sufrir el viacrucis al que cada año se someten en la Cámara de Diputados para conseguir recursos. Peña se comprometió, también, a elevar, al uno por ciento del PIB, el gasto para ciencia y tecnología.
La mala es que el candidato del PRI los mandó a volar con la petición de crear una Secretaría de la Educación Superior, Ciencia y Tecnología. No más burocracia, sintetizó.
López Obrador se vio demagógico, según algunos de los asistentes. Prometió duplicar la matrícula en la educación superior (de 31 a 60%) y presupuestar, cada año, 15 mil millones de pesos adicionales cada año para la educación.
Al cabo que prometer no empobrece.
Al Peje y a Peña les aplaudieron equilibradamente: 24 segundos a cada uno. Hoy toca turno a Josefina Vázquez Mota y a Gabriel Quadri.
La presentación de Peña ante la ANUIES se mantuvo en reserva hasta 24 horas antes de realizarse. Existía el temor de que lo publicitaran en las redes sociales y los jóvenes antipeñistas armaran un mitin afuera la sede de la Asociación.
No pasó por allí más que un despistado que se desgañitaba gritando. Nadie lo peló. “Los distrajo la convocatoria (al mitin de AMLO) en la plaza de las Tres Culturas”, señalaron, con alivio, los organizadores del evento.
El Peje, por cierto, vivió una de las jornadas más emotivas de toda su campaña. Jóvenes que lo apoyan llenaron la emblemática Plaza —allí fue la matanza del 68— al grito de “¡Presidente!”. Andrés los llamó “la generación de la transformación”.
Las crónicas dicen que el candidato presidencial de las izquierdas se conmovió hasta las lágrimas con lo que vio y sintió.
Manuel Espino, ex jefe nacional del PAN, expulsado de ese partido por su anticalderonismo, se reunirá hoy con Peña Nieto en un hotel de Polanco.
Junto con otros 300 integrantes del Movimiento Volver a Empezar, que él encabeza, anunciará su respaldo al abanderado del PRI. Las vueltas que da la vida, diría la clásica Gloria Estefan.
Ya sacó Josefina el sondeo en la que está “a un dígito” de Peña Nieto. Lo hizo Rafael Jiménez, otrora encuestador de la Presidencia. Es el que manejan en el “cuarto de guerra” de la candidata panista.
“Permite ver que ni EPN está tan arriba ni que AMLO está tan cerca y que JVM todavía tiene posibilidades”, nos dicen colaboradores de la abanderada.
Peña aparece a la cabeza con 39% de las preferencias; Vázquez Mota, 33%, y López Obrador, 25 por ciento.
La empresa Covarrubias, asociada con El Peje, sacó también la suya: 36% Peña, 27% El Peje, y 24% Josefina.
Saque usted las conclusiones.
El general de división Tomás Ángeles Dauahare, arraigado por supuestos vínculos con la delincuencia organizada, cumplió ayer, a las siete de la noche, 145 horas sin tener comunicación con su abogado, según cuentas de su esposa, Leticia Zepeda.
La mujer adelantó que este viernes va a interponer un amparo. “Mi esposo es inocente. Se va a comprobar…”, reitera.
Hablamos también con Adriana, hija del arraigado militar. Dice que la abogada de oficio nombrada por las autoridades —la familia no conoce ni su nombre— sólo ha visto una vez al general.
Peor aún. La PGR no ha autorizado a la CNDH un visitador que revise la situación del divisionario. La ley le permite mantener a distancia al representante de la Comisión durante un plazo de 15 días. Eso le dijeron en la CNDH. Adriana pregunta: “ ¿Qué pasa con la persona en esos 15 días? ¿Qué puede suceder? ¿Que trampas le pueden hacer?”
Su papá vive en la incertidumbre. “Lo acusan sin fundamento”, recalca.
La Comisión ya mandó un escrito a la PGR. Obviamente no ha habido respuesta
Los familiares de Ángeles, subsecretario de la Defensa a principios del sexenio, lo han visto a diario. Está tranquilo, aunque desconcertado y triste. “Lo han tratado bien en el aspecto físico. Le hablan correctamente, le dan de comer”, señaló la hija. Pero a su juicio hay “violencia sicológica”, al no permitirle hablar con su abogado.
El asunto no se ve bien para Ángeles y otros tres generales arraigados por supuestos nexos con el narco. No han sido juzgados y menos sentenciados. Pero el presidente Calderón, abogado, ya condenó que haya “algunos” integrantes de las Fuerzas Armadas “que han incurrido en ilícitos”, según “evidencias” encontradas tanto por la PGR como por la Procuraduría Militar.
Nos preguntamos: ¿No se estará adelantando al Poder Judicial?
Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador estuvieron ayer con los rectores de las universidades, en el marco de la XX Sesión Extraordinaria de la Asamblea General de la ANUIES.
El priista les dio dos buenas y una mala. La buena es que asumió el compromiso de promover ante el Congreso que las universidades tengan presupuestos plurianuales. Si se concreta, los rectores ya no tendrían que sufrir el viacrucis al que cada año se someten en la Cámara de Diputados para conseguir recursos. Peña se comprometió, también, a elevar, al uno por ciento del PIB, el gasto para ciencia y tecnología.
La mala es que el candidato del PRI los mandó a volar con la petición de crear una Secretaría de la Educación Superior, Ciencia y Tecnología. No más burocracia, sintetizó.
López Obrador se vio demagógico, según algunos de los asistentes. Prometió duplicar la matrícula en la educación superior (de 31 a 60%) y presupuestar, cada año, 15 mil millones de pesos adicionales cada año para la educación.
Al cabo que prometer no empobrece.
Al Peje y a Peña les aplaudieron equilibradamente: 24 segundos a cada uno. Hoy toca turno a Josefina Vázquez Mota y a Gabriel Quadri.
La presentación de Peña ante la ANUIES se mantuvo en reserva hasta 24 horas antes de realizarse. Existía el temor de que lo publicitaran en las redes sociales y los jóvenes antipeñistas armaran un mitin afuera la sede de la Asociación.
No pasó por allí más que un despistado que se desgañitaba gritando. Nadie lo peló. “Los distrajo la convocatoria (al mitin de AMLO) en la plaza de las Tres Culturas”, señalaron, con alivio, los organizadores del evento.
El Peje, por cierto, vivió una de las jornadas más emotivas de toda su campaña. Jóvenes que lo apoyan llenaron la emblemática Plaza —allí fue la matanza del 68— al grito de “¡Presidente!”. Andrés los llamó “la generación de la transformación”.
Las crónicas dicen que el candidato presidencial de las izquierdas se conmovió hasta las lágrimas con lo que vio y sintió.
Manuel Espino, ex jefe nacional del PAN, expulsado de ese partido por su anticalderonismo, se reunirá hoy con Peña Nieto en un hotel de Polanco.
Junto con otros 300 integrantes del Movimiento Volver a Empezar, que él encabeza, anunciará su respaldo al abanderado del PRI. Las vueltas que da la vida, diría la clásica Gloria Estefan.
Ya sacó Josefina el sondeo en la que está “a un dígito” de Peña Nieto. Lo hizo Rafael Jiménez, otrora encuestador de la Presidencia. Es el que manejan en el “cuarto de guerra” de la candidata panista.
“Permite ver que ni EPN está tan arriba ni que AMLO está tan cerca y que JVM todavía tiene posibilidades”, nos dicen colaboradores de la abanderada.
Peña aparece a la cabeza con 39% de las preferencias; Vázquez Mota, 33%, y López Obrador, 25 por ciento.
La empresa Covarrubias, asociada con El Peje, sacó también la suya: 36% Peña, 27% El Peje, y 24% Josefina.
Saque usted las conclusiones.
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