Raymundo Riva Palacio
Elba Esther Gordillo, líder vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, se convirtió en unos cuantos días en la Némesis de la política en México. Está en la voz crítica de los candidatos presidenciales y en la denuncia periodística. Al estar en tiempos coyunturales, se podría decir que este es el menor de sus problemas, porque a la congeladora en la que la metió el presidente Felipe Calderón, enfrenta ahora a un ejército de empresarios que decidieron que ya es tiempo que deje la educación en otras manos.
Cuando en un video dado a conocer por 24 HORAS el año pasado de una reunión con líderes sindicales, la maestra afirmó que Televisa se quería quedar con la educación en México, parecía una declaración ligera. No había –ni hay- pruebas que Televisa pretenda convertirse en la próxima Secretaría de Educación Pública, pero de lo que hoy sí existe, es evidencia que un grupo de empresarios muy poderosos vinculados con Televisa, le tiene declarada la guerra.
El principio de las hostilidades se puede establecer a partir de la difusión ¡De Panzazo!, co-dirigido por una de las estrellas periodísticas de Televisa, Carlos Loret, y el director de cine Juan Carlos Rulfo. La Organización No Gubernamental Mexicanos Primero distribuyó el documental que critica y denuncia al sistema educativo mexicano. La ONG sí llamó la atención con ¡De Panzazo!, a cuya premier en febrero, asistió lo más granado de la clase política y de los medios de comunicación. En su primer fin de semana en taquilla, engrosó 870 mil pesos, que sobrepasó en entradas a varias aspirantes al Oscar.
¡De Panzazo! fue el grito de guerra, y la primera gran llamada de lo que vendría. Los candidatos Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador han denunciado las alianzas de Gordillo con el candidato Enrique Peña Nieto, y en ese contexto este lunes Mexicanos Primero pagó cuatro páginas en Reforma para exclamar: “Señor Presidente: 171,616 ciudadanos decimos ¡Sí a la Evaluación!”. El desplegado incluye los nombres de los abajo firmantes que exigen la evaluación universal de maestros, a la que se opone el SNTE porque, dice, no están creadas las condiciones para ello.
Mexicanos Primero no es una ONG como tantas. La preside Claudio X. González Guajardo, quien encabezaba previamente la Fundación Televisa, y el vicepresidente es Alejandro Ramírez, jefe de Cinépolis –donde se realizó la premier de ¡De Panzazo! Y se promovió ampliamente el documental-. Entre sus vocales están Pablo González Guajardo, director general de Kimberly-Clark –cuyo presidente del Consejo de Administración es Claudio X. González Laporte, consejero también de Televisa-, y Fernando Landeros, que preside la Fundación Teletón. Entre los miembros del patronato se encuentran Emilio Azcárraga, Daniel Servitje de Bimbo, y Carlos Hank González, nieto de dos abuelos de leyenda, el político del mismo nombre, y Roberto González, presidente de Gruma.
De acuerdo con personas cercanas a la maestra, lo que pretenden todos ellos es la privatización de la educación, por lo que la maestra Gordillo ha venido peleando con el gobierno para que no haya evaluación universal hasta que se dé la Reforma Educativa. El gobierno ya lo aceptó, pero no está a gusto con ella. Su inclinación por Peña Nieto y el PRI en las próximas elecciones de julio provocó un distanciamiento con el presidente Felipe Calderón, y se está convirtiendo también en un lastre para el candidato tricolor.
Peña Nieto rechazó la propuesta de la maestra para que su yerno, el ex subsecretario de Gobernación, Fernando González, fuera su secretario de Educación porque, alegó, sería intransitable esa fórmula. La maestra, según quienes saben de esa plática, sugirió para que eso sucediera, ella podría retirarse definitivamente en otoño. Falta mucho, en el calendario político, para que llegue octubre, pero los espacios se le han venido cerrando y los enemigos aumentando. No es mala idea, más allá de quién gane la Presidencia, que ella concrete el final de su reinado y salga con reconocimientos, no como sucedió con su antecesor, Carlos Jongitud, a quien ella ayudó a sacrificar.
Elba Esther Gordillo, líder vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, se convirtió en unos cuantos días en la Némesis de la política en México. Está en la voz crítica de los candidatos presidenciales y en la denuncia periodística. Al estar en tiempos coyunturales, se podría decir que este es el menor de sus problemas, porque a la congeladora en la que la metió el presidente Felipe Calderón, enfrenta ahora a un ejército de empresarios que decidieron que ya es tiempo que deje la educación en otras manos.
Cuando en un video dado a conocer por 24 HORAS el año pasado de una reunión con líderes sindicales, la maestra afirmó que Televisa se quería quedar con la educación en México, parecía una declaración ligera. No había –ni hay- pruebas que Televisa pretenda convertirse en la próxima Secretaría de Educación Pública, pero de lo que hoy sí existe, es evidencia que un grupo de empresarios muy poderosos vinculados con Televisa, le tiene declarada la guerra.
El principio de las hostilidades se puede establecer a partir de la difusión ¡De Panzazo!, co-dirigido por una de las estrellas periodísticas de Televisa, Carlos Loret, y el director de cine Juan Carlos Rulfo. La Organización No Gubernamental Mexicanos Primero distribuyó el documental que critica y denuncia al sistema educativo mexicano. La ONG sí llamó la atención con ¡De Panzazo!, a cuya premier en febrero, asistió lo más granado de la clase política y de los medios de comunicación. En su primer fin de semana en taquilla, engrosó 870 mil pesos, que sobrepasó en entradas a varias aspirantes al Oscar.
¡De Panzazo! fue el grito de guerra, y la primera gran llamada de lo que vendría. Los candidatos Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador han denunciado las alianzas de Gordillo con el candidato Enrique Peña Nieto, y en ese contexto este lunes Mexicanos Primero pagó cuatro páginas en Reforma para exclamar: “Señor Presidente: 171,616 ciudadanos decimos ¡Sí a la Evaluación!”. El desplegado incluye los nombres de los abajo firmantes que exigen la evaluación universal de maestros, a la que se opone el SNTE porque, dice, no están creadas las condiciones para ello.
Mexicanos Primero no es una ONG como tantas. La preside Claudio X. González Guajardo, quien encabezaba previamente la Fundación Televisa, y el vicepresidente es Alejandro Ramírez, jefe de Cinépolis –donde se realizó la premier de ¡De Panzazo! Y se promovió ampliamente el documental-. Entre sus vocales están Pablo González Guajardo, director general de Kimberly-Clark –cuyo presidente del Consejo de Administración es Claudio X. González Laporte, consejero también de Televisa-, y Fernando Landeros, que preside la Fundación Teletón. Entre los miembros del patronato se encuentran Emilio Azcárraga, Daniel Servitje de Bimbo, y Carlos Hank González, nieto de dos abuelos de leyenda, el político del mismo nombre, y Roberto González, presidente de Gruma.
De acuerdo con personas cercanas a la maestra, lo que pretenden todos ellos es la privatización de la educación, por lo que la maestra Gordillo ha venido peleando con el gobierno para que no haya evaluación universal hasta que se dé la Reforma Educativa. El gobierno ya lo aceptó, pero no está a gusto con ella. Su inclinación por Peña Nieto y el PRI en las próximas elecciones de julio provocó un distanciamiento con el presidente Felipe Calderón, y se está convirtiendo también en un lastre para el candidato tricolor.
Peña Nieto rechazó la propuesta de la maestra para que su yerno, el ex subsecretario de Gobernación, Fernando González, fuera su secretario de Educación porque, alegó, sería intransitable esa fórmula. La maestra, según quienes saben de esa plática, sugirió para que eso sucediera, ella podría retirarse definitivamente en otoño. Falta mucho, en el calendario político, para que llegue octubre, pero los espacios se le han venido cerrando y los enemigos aumentando. No es mala idea, más allá de quién gane la Presidencia, que ella concrete el final de su reinado y salga con reconocimientos, no como sucedió con su antecesor, Carlos Jongitud, a quien ella ayudó a sacrificar.
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