La bofetada de Espino

Francisco Garfias

Manuel Espino dio la marometa. Se suma a la campaña de Enrique Peña Nieto, luego de 33 años de militancia en Acción Nacional, partido que lo expulsó por enfrentarse al presidente Calderón. El apoyo del controvertido ex jefe nacional del PAN no será sólo verbal. Va a hacer campaña en distintas partes del país por el candidato presidencial del PRI.

El anuncio del duranguense es una bofetada de regreso al partido que lo expulsó “por exceso de libre expresión” —dice él—. Le pega directo a Josefina Vázquez Mota, la abanderada de ese partido, que Manuel presidió de 2005 a 2007.

El movimiento Volver a Empezar, que encabeza el duranguense, y que reivindica más de 900 mil adherentes, decidió que va a votar en bloque por el mexiquense, puntero en las preferencias electorales. “No lo necesita (el apoyo). Va muy adelante. Pero queremos ser parte de su triunfo”, le dijo a Peña.

Testigos de honor de ese brinco fueron el propio Peña Nieto, Beatriz Paredes, ex presidenta del PRI y candidata a la Jefatura de Gobierno del DF; también los ex perredistas René Arce y Ramón Sosamontes, quienes trabajan para llevar a Peña a Los Pinos.

Le preguntamos a Sosamontes si no le teme a los juicios de los torquemadas de la izquierda. “Yo lo viví. Estoy vacunado”, dijo el hombre que salió del PRD junto con Rosario Robles, en medio del escándalo

-¿Por qué con el PRI? ¿No era ese el partido que combatía?, cuestionó el reportero Armando Estrop, de Reporte Índigo.

-No es con el PRI. Es con la persona. Si no sabes distinguir al partido del candidato, es tu problema, reviró Manuel, en tono molesto.

Nosotros le preguntamos si no temía que se interpretara el cambio de camiseta como una forma de acomodarse con el puntero en las encuestas. “El único lugar donde no me gusta acomodarme es en la política”, rechazó. Por allí andaba el ex gobernador priista de Quintana Roo, Joaquín Hendricks. Se veía contento por la adhesión de Espino a Peña. “Nomás le faltó traer a Vicente Fox y ponerlo en primera fila”, comentó, en tono de broma.

En el acto, realizado en un salón del hotel Marriot de Polanco, Espino dijo que habló en 2006 con dirigentes nacionales del PRI, gobernadores, alcaldes, legisladores, para promover el voto útil contra Andrés Manuel López Obrador. “Fueron miles de priistas que con responsabilidad votaron por Felipe Calderón”, aseguró el ex jefe nacional del PAN. El ex líder de Acción Nacional le dijo alguna vez a la periodista Georgina Morett que salió a buscar a los 17 gobernadores del PRI. Diez lo atendieron y sólo siete le cumplieron. No dio los nombres, pero no era muy difícil adivinar que entre ellos estaban Eduardo Bours, Sonora; Natividad González Parás, Nuevo León, y Jesús Aguilar Padilla, Sinaloa. Ya no digamos Elba Esther Gordillo, en algún tiempo secretaria general del PRI.

A propósito. El propio Espino cuenta que la mañana de ayer le llamó Rosario Guerra, candidata de Nueva Alianza a la Jefatura del DF. Le preguntó si Gabriel Quadri, a quien se había invitado semanas atrás, estaba a tiempo de presentarse en la Asamblea del Movimiento Volver a Empezar, donde se hizo el anuncio del apoyo a Peña. ¿No podrá llegar ahora?, preguntó Rosario. Le dijo que no. “Esto no es un juego”. Por allí vimos también a Nahúm Acosta Lugo, ex jefe de Giras de la Presidencia de la República, exonerado de las acusaciones que le hizo la PGR de ser un infiltrado del narco en Los Pinos. Incondicional de Espino, quien nunca le volteó la espalda, nos dice que él también va a votar por el candidato presidencial del PRI. “Es la mejor opción”, asegura.

La casualidad juntó a Espino con Gustavo Madero en el hotel Marriot, a la hora del desayuno. El presidente en funciones del PAN se encontraba en una mesa. El duranguense se acercó a saludarlo. Aprovechó el viaje para decirle que nunca recibió contestación a las cartas que mandó para invitar a Josefina a la Asamblea del movimiento Volver a Empezar. El presidente del PAN confirmó que sí las recibió. Completó su respuesta con un : “Ya ni modo”. Cinco minutos después, Madero abandonó el restaurante. Espino dijo después, con ironía: “Es la respuesta más antipolítica que he escuchado”.

Joel Ortega, coordinador de la campaña de Miguel Mancera, se encontraba casualmente en el lobby del hotel Marriot. Esperaba al candidato de la izquierda a jefe de Gobierno del DF, quien tenía programado un acto con publicistas. Casi se topó con Peña. ¿Estaba Rosario?, preguntó, intrigado. Pero la ex jefa de Gobierno no llegó. Uno de sus asesores se le acercó para decirle al oído que estaban requiriendo corbata para ingresar al Club de Industriales, donde se desarrollaría el evento con los publicistas. Son las reglas del lugar. “Que no mamen, estamos en campaña…”, dijo.

Josefina Vázquez Mota estuvo ayer en la Asamblea de la ANUIES, que preside José Narro. En el aire flotaban las observaciones hechas en la tesina, hace muchos años, de la candidata del PAN: “La UNAM es un monstruo”. La candidata aprovechó la oportunidad para aclarar que la única diferencia que tiene con el rector de la máxima casa de estudios es el escritorio de Vasconcelos, que está en la SEP. Ella piensa que debe seguir allí. Narro lo quiere ver en la UNAM.

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