Salvador García Soto
El primer esbozo de lo que podría ser un último recurso desesperado para tratar darle un vuelco a la elección presidencial en curso, se pudo ver el domingo por la noche en la alianza de facto que se dio entre Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota durante el debate de los candidatos a la Presidencia. Las estrategias de los dos candidatos confluyeron, a querer o no, en un mismo objetivo: hacer caer al puntero priista Enrique Peña Nieto y restarle puntos con los cuestionamientos y ataques en común que hicieron la candidata panista y el abanderado del PRD.
¿Fue una estrategia común, hubo acuerdo para hacer un mismo frente en el debate? Todo indica que no, pero lo interesante es que se produjo, de manera aparentemente espontánea, la unión de los contrarios y se confirmó que Josefina y Andrés Manuel están en la misma ruta y que pensar en una alianza entre el abanderado de las izquierdas y la representante de la derecha ya no es una fantasía y es algo que podría ocurrir en el futuro inmediato si, como hasta ahora, se mantiene la tendencia que hace ver inalcanzable al candidato del PRI.
Entre Vázquez Mota y López Obrador podría surgir un pacto que promueva el voto útil, como un último recurso para tratar de frenar al PRI y su regreso a Los Pinos. La pregunta es quién declinaría por quién o quién de los dos abanderados le pediría a sus seguidores y militantes que voten por el otro en aras de impedir algo que los dos partidos quieren evitar a toda costa: un triunfo aplastante de la maquinaria priista y los grupos de poder con Peña Nieto como candidato.
Pensar que Andrés Manuel decline por Josefina parece impensable, como también se ve casi imposible que algunos grupos duros del PAN acepten un llamado de su candidata a votar por el tabasqueño. Pero si, llegado el momento, unas semanas antes de las elecciones, no les queda otro recurso, el esbozo de la alianza de facto que comenzó a verse en el debate, podría tomar forma en un pacto de unidad que se negociara a nivel de las cúpulas partidistas del PAN y el Movimiento Progresista.
Quién declina o quién se hace a un lado y pide el voto por el otro dependería, de llegar al escenario del voto útil, de quién ocupa el segundo lugar en las encuestas en ese momento y de si el tercer lugar termina atrás y en una posición que ya no le dé posibilidades de pelear la Presidencia. Si Josefina se desfonda y se va al tercer lugar, los grupos de poder del régimen y del panismo tendrían que presionar a las alas más duras para que acepten la alianza de facto; en caso contrario, si es AMLO quien se ubica en el tercer lugar, la cosa se complica y, aunque un sector del PRD podría negociar el “voto útil”, la actitud del candidato dificultaría un pacto.
En todo caso lo interesante, después del domingo, es que hoy ya nadie ve descabellado que una alianza de los contrarios pudiera ocurrir. Y ahí sí el anunciado regreso priista a Los Pinos encontraría un obstáculo importante.
NOTAS INDISCRETAS… Dos hechos recientes, que involucran a cantantes internacionales, confirman la percepción que se tiene de México en el exterior, como un país violento y en guerra. El primero ocurrió en el concierto de Roger Waters el 28 de abril. El cantante británico muestra en una canción imágenes de activistas, soldados y civiles muertos por la guerra y la violencia en varios países y entre ellos aparece la foto de Juan Francisco Sicilia, el hijo del poeta Javier Sicilia asesinado en Morelos. Luego, en otra parte del concierto, Waters menciona a “los niños muertos y desaparecidos en México por esto absurdo que llaman la guerra del narco”. El otro hecho ocurrió el martes pasado en el concierto de Paul MaCartney; cuando el ex beatle cantó “Give peace a chance”, coreado por la multitud, dijo en español: “Queremos paz para México ahora”. Así nos ven desde afuera… Ruedan los dados. Escalera y cerramos semana.
El primer esbozo de lo que podría ser un último recurso desesperado para tratar darle un vuelco a la elección presidencial en curso, se pudo ver el domingo por la noche en la alianza de facto que se dio entre Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota durante el debate de los candidatos a la Presidencia. Las estrategias de los dos candidatos confluyeron, a querer o no, en un mismo objetivo: hacer caer al puntero priista Enrique Peña Nieto y restarle puntos con los cuestionamientos y ataques en común que hicieron la candidata panista y el abanderado del PRD.
¿Fue una estrategia común, hubo acuerdo para hacer un mismo frente en el debate? Todo indica que no, pero lo interesante es que se produjo, de manera aparentemente espontánea, la unión de los contrarios y se confirmó que Josefina y Andrés Manuel están en la misma ruta y que pensar en una alianza entre el abanderado de las izquierdas y la representante de la derecha ya no es una fantasía y es algo que podría ocurrir en el futuro inmediato si, como hasta ahora, se mantiene la tendencia que hace ver inalcanzable al candidato del PRI.
Entre Vázquez Mota y López Obrador podría surgir un pacto que promueva el voto útil, como un último recurso para tratar de frenar al PRI y su regreso a Los Pinos. La pregunta es quién declinaría por quién o quién de los dos abanderados le pediría a sus seguidores y militantes que voten por el otro en aras de impedir algo que los dos partidos quieren evitar a toda costa: un triunfo aplastante de la maquinaria priista y los grupos de poder con Peña Nieto como candidato.
Pensar que Andrés Manuel decline por Josefina parece impensable, como también se ve casi imposible que algunos grupos duros del PAN acepten un llamado de su candidata a votar por el tabasqueño. Pero si, llegado el momento, unas semanas antes de las elecciones, no les queda otro recurso, el esbozo de la alianza de facto que comenzó a verse en el debate, podría tomar forma en un pacto de unidad que se negociara a nivel de las cúpulas partidistas del PAN y el Movimiento Progresista.
Quién declina o quién se hace a un lado y pide el voto por el otro dependería, de llegar al escenario del voto útil, de quién ocupa el segundo lugar en las encuestas en ese momento y de si el tercer lugar termina atrás y en una posición que ya no le dé posibilidades de pelear la Presidencia. Si Josefina se desfonda y se va al tercer lugar, los grupos de poder del régimen y del panismo tendrían que presionar a las alas más duras para que acepten la alianza de facto; en caso contrario, si es AMLO quien se ubica en el tercer lugar, la cosa se complica y, aunque un sector del PRD podría negociar el “voto útil”, la actitud del candidato dificultaría un pacto.
En todo caso lo interesante, después del domingo, es que hoy ya nadie ve descabellado que una alianza de los contrarios pudiera ocurrir. Y ahí sí el anunciado regreso priista a Los Pinos encontraría un obstáculo importante.
NOTAS INDISCRETAS… Dos hechos recientes, que involucran a cantantes internacionales, confirman la percepción que se tiene de México en el exterior, como un país violento y en guerra. El primero ocurrió en el concierto de Roger Waters el 28 de abril. El cantante británico muestra en una canción imágenes de activistas, soldados y civiles muertos por la guerra y la violencia en varios países y entre ellos aparece la foto de Juan Francisco Sicilia, el hijo del poeta Javier Sicilia asesinado en Morelos. Luego, en otra parte del concierto, Waters menciona a “los niños muertos y desaparecidos en México por esto absurdo que llaman la guerra del narco”. El otro hecho ocurrió el martes pasado en el concierto de Paul MaCartney; cuando el ex beatle cantó “Give peace a chance”, coreado por la multitud, dijo en español: “Queremos paz para México ahora”. Así nos ven desde afuera… Ruedan los dados. Escalera y cerramos semana.
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