Salvador García Soto
Uno de los lugares comunes que se formaron en la sucesión presidencial en marcha decía que los jóvenes, especialmente los que votan por primera vez, de entre 18 y 20 años de edad, no tenían registro histórico de lo que fue el viejo PRI y que por tanto podrían votar por ese partido, “porque no conocieron los excesos y la corrupción del viejo régimen y por lo tanto no tienen esa memoria”. Pues tal parece que si no la tenían ya la investigaron y la aprendieron porque justo entre esos jóvenes, en edad universitaria, cobra fuerza un movimiento anti-PRI que echa por tierra el mito de una generación sin memoria.
Por mucho que se tratara de movimientos inducidos, como afirman los priistas, las movilizaciones registradas el sábado en la Ciudad de México, convocadas y organizadas por las redes sociales, dan cuenta de que sí se está gestando un movimiento de voto antipriista y contra su candidato Enrique Peña Nieto, formado en su mayoría por jóvenes estudiantes de universidades públicas o privadas. Si ese movimiento favorece detrás a otro candidato, ya se verá, lo cierto es que claramente esos jóvenes expresan su consigna para evitar un regreso del PRI a Los Pinos.
¿Significa eso que el importante voto de los jóvenes ya se definió en la próxima elección? Eso no puede afirmarse aún, pero es claro que una parte importante de ese voto juvenil, estimado hasta en 8 millones de votantes cuyas edades oscilan entre los 18 y los 25 años, está tomando partido y difiere de la idea de que, por ser generaciones que eran niños cuando gobernaba el PRI no conocen los yerros o excesos de ese partido en 70 años de haber gobernado México.
El de los jóvenes es un sector tradicionalmente apático en cuestiones electorales. Durante décadas, el voto que mantuvo al PRI en el poder por más de 7 décadas era el de los votantes de 35 años o más, mientras que los jóvenes se repartían en distintas opciones políticas pero un buen número de ellos no acudía a votar en el pasado. Hoy, la efervescencia en las Universidades, tanto públicas como privadas, donde se han generado movimientos a favor o en contra de los distintos candidatos, habla de un sector del electorado que puede incrementar su participación de manera notable en estos comicios.
Tan sólo en las universidades, públicas y privadas, se estima que estudian una carrera 1 millón 500 mil jóvenes mayores de 18 años, de los cuales el 35% estudia en instituciones privadas y el 65% en universidades públicas. Otra parte importante de ese voto joven son los llamados ¨ninis¨, muchachos que no estudian ni trabajan, de los cuales un porcentaje importante de los 7 millones que se estiman están ya en edad de votar.
Ocho millones de votos serían una diferencia más que suficiente para definir la elección presidencial, sobre todo si se recuerda que la última elección de presidente en 2006, se definió con el 0.56% de la votación total, es decir 250 mil votos. Falta ver si todos esos jóvenes se deciden a ejercer el voto y cuál es la opción que elijen de entre los cuatro aspirantes presidenciales. Por lo pronto, con movilizaciones como las de el sábado pasado y con expresiones como las que han ocurrido en diversas universidades, a favor y en contra de los candidatos, está cada vez más claro que no son jóvenes sin memoria, que no será tan fácil que ningún partido o candidato los tripule, y sobre todo, que parecen decididos a ejercer el poder de su voto.
NOTAS INDISCRETAS… En la trama de la detención de generales del Ejército mexicano, por presuntos vínculos con el narcotráfico, hay una enemistad marcada que tiene mucho peso en este caso: la del general Tomás Angeles con Genaro García Luna. No es gratuito que la DEA, aliada de García Luna, haya proporcionado buena parte de la inteligencia para le detención del general Angeles y de los otros generales…Escalera de los dados. Buen inicio de semana.
Uno de los lugares comunes que se formaron en la sucesión presidencial en marcha decía que los jóvenes, especialmente los que votan por primera vez, de entre 18 y 20 años de edad, no tenían registro histórico de lo que fue el viejo PRI y que por tanto podrían votar por ese partido, “porque no conocieron los excesos y la corrupción del viejo régimen y por lo tanto no tienen esa memoria”. Pues tal parece que si no la tenían ya la investigaron y la aprendieron porque justo entre esos jóvenes, en edad universitaria, cobra fuerza un movimiento anti-PRI que echa por tierra el mito de una generación sin memoria.
Por mucho que se tratara de movimientos inducidos, como afirman los priistas, las movilizaciones registradas el sábado en la Ciudad de México, convocadas y organizadas por las redes sociales, dan cuenta de que sí se está gestando un movimiento de voto antipriista y contra su candidato Enrique Peña Nieto, formado en su mayoría por jóvenes estudiantes de universidades públicas o privadas. Si ese movimiento favorece detrás a otro candidato, ya se verá, lo cierto es que claramente esos jóvenes expresan su consigna para evitar un regreso del PRI a Los Pinos.
¿Significa eso que el importante voto de los jóvenes ya se definió en la próxima elección? Eso no puede afirmarse aún, pero es claro que una parte importante de ese voto juvenil, estimado hasta en 8 millones de votantes cuyas edades oscilan entre los 18 y los 25 años, está tomando partido y difiere de la idea de que, por ser generaciones que eran niños cuando gobernaba el PRI no conocen los yerros o excesos de ese partido en 70 años de haber gobernado México.
El de los jóvenes es un sector tradicionalmente apático en cuestiones electorales. Durante décadas, el voto que mantuvo al PRI en el poder por más de 7 décadas era el de los votantes de 35 años o más, mientras que los jóvenes se repartían en distintas opciones políticas pero un buen número de ellos no acudía a votar en el pasado. Hoy, la efervescencia en las Universidades, tanto públicas como privadas, donde se han generado movimientos a favor o en contra de los distintos candidatos, habla de un sector del electorado que puede incrementar su participación de manera notable en estos comicios.
Tan sólo en las universidades, públicas y privadas, se estima que estudian una carrera 1 millón 500 mil jóvenes mayores de 18 años, de los cuales el 35% estudia en instituciones privadas y el 65% en universidades públicas. Otra parte importante de ese voto joven son los llamados ¨ninis¨, muchachos que no estudian ni trabajan, de los cuales un porcentaje importante de los 7 millones que se estiman están ya en edad de votar.
Ocho millones de votos serían una diferencia más que suficiente para definir la elección presidencial, sobre todo si se recuerda que la última elección de presidente en 2006, se definió con el 0.56% de la votación total, es decir 250 mil votos. Falta ver si todos esos jóvenes se deciden a ejercer el voto y cuál es la opción que elijen de entre los cuatro aspirantes presidenciales. Por lo pronto, con movilizaciones como las de el sábado pasado y con expresiones como las que han ocurrido en diversas universidades, a favor y en contra de los candidatos, está cada vez más claro que no son jóvenes sin memoria, que no será tan fácil que ningún partido o candidato los tripule, y sobre todo, que parecen decididos a ejercer el poder de su voto.
NOTAS INDISCRETAS… En la trama de la detención de generales del Ejército mexicano, por presuntos vínculos con el narcotráfico, hay una enemistad marcada que tiene mucho peso en este caso: la del general Tomás Angeles con Genaro García Luna. No es gratuito que la DEA, aliada de García Luna, haya proporcionado buena parte de la inteligencia para le detención del general Angeles y de los otros generales…Escalera de los dados. Buen inicio de semana.
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