Jorge Diaz
De manera muy abstracta, sin más datos que aquellos que arrojaban el número de jóvenes en edad de votar, se habló en 2011 sobre lo que posiblemente representaría el voto de los más jóvenes en esta elección para presidente.
Muchos se anticiparon a decir que eran precisamente esos jóvenes, a quienes nada les decía el pasado priista, los que encumbrarían al candidato tricolor, Enrique Peña Nieto. Digo anticiparon, no porque considere que les falte razón, sino porque creo que falta que el tiempo les de la razón o los desmienta.
Parece que todo empezó en la Ibero; sin embargo, seguramente esto ya se venía gestando con anticipación y aquel evento en el que dejaron principalmente claro que los estudiantes de México exigían atención y serían actores activos en la elección, sólo fue lo que prendió la mecha para lo que vendría y está por venir.
Siguió la participación de Quadri en la Universidad queretana y después el simulacro de elección en la UNAM (donde por cierto AMLO arrasó) e inmediatamente después vino la marcha convocada por los estudiantes para manifestarse frente a las instalaciones de Televisa, actor político de primer nivel. Después de esto ¿será que los jóvenes en su mayoría votarán por Peña? Y con más entusiasmo pregunto ¿Es en efecto esta elección, la elección de los jóvenes?
Es de hacer notar la reacción de los candidatos. Mientras Peña Nieto capotea como puede para no dar un tropiezo que lo haga caer estrepitosamente, AMLO; hábil como siempre, hace suya la participación de los estudiantes, aunque cabe señalar que no debe darse a estas manifestaciones estudiantiles el carácter de apoyo incondicional al líder de las izquierdas, pero con el consabido largo colmillo del tabasqueño, así lo quiere hacer pasar por la opinión pública, consciente como es, que el juego de las percepciones lo puede levantar. En el caso de Vázquez Mota -al momento de escribir esta columna- no da muestras de capitalizar esta inesperada reacción y protagonismo de los estudiantes y hace gala de su bien conocido extravío. Para Quadri, es mejor no meterse en aguas pantanosas, ya que los intereses que representa lo dejarían muy mal parado.
Con valor y conscientes del efecto que causaron en medios de comunicación, redes sociales y sociedad en general, los chavos están aspirando a que sus movimientos sean de carácter nacional e independientemente de que esto perjudique las aspiraciones de unos y beneficie las de otros, hasta ahora el balance es positivo. Después de ver a una sociedad apática, pasiva, sumida en sus problemas y poco involucrada en estas elecciones, hacía falta esta sacudida.
De manera muy abstracta, sin más datos que aquellos que arrojaban el número de jóvenes en edad de votar, se habló en 2011 sobre lo que posiblemente representaría el voto de los más jóvenes en esta elección para presidente.
Muchos se anticiparon a decir que eran precisamente esos jóvenes, a quienes nada les decía el pasado priista, los que encumbrarían al candidato tricolor, Enrique Peña Nieto. Digo anticiparon, no porque considere que les falte razón, sino porque creo que falta que el tiempo les de la razón o los desmienta.
Parece que todo empezó en la Ibero; sin embargo, seguramente esto ya se venía gestando con anticipación y aquel evento en el que dejaron principalmente claro que los estudiantes de México exigían atención y serían actores activos en la elección, sólo fue lo que prendió la mecha para lo que vendría y está por venir.
Siguió la participación de Quadri en la Universidad queretana y después el simulacro de elección en la UNAM (donde por cierto AMLO arrasó) e inmediatamente después vino la marcha convocada por los estudiantes para manifestarse frente a las instalaciones de Televisa, actor político de primer nivel. Después de esto ¿será que los jóvenes en su mayoría votarán por Peña? Y con más entusiasmo pregunto ¿Es en efecto esta elección, la elección de los jóvenes?
Es de hacer notar la reacción de los candidatos. Mientras Peña Nieto capotea como puede para no dar un tropiezo que lo haga caer estrepitosamente, AMLO; hábil como siempre, hace suya la participación de los estudiantes, aunque cabe señalar que no debe darse a estas manifestaciones estudiantiles el carácter de apoyo incondicional al líder de las izquierdas, pero con el consabido largo colmillo del tabasqueño, así lo quiere hacer pasar por la opinión pública, consciente como es, que el juego de las percepciones lo puede levantar. En el caso de Vázquez Mota -al momento de escribir esta columna- no da muestras de capitalizar esta inesperada reacción y protagonismo de los estudiantes y hace gala de su bien conocido extravío. Para Quadri, es mejor no meterse en aguas pantanosas, ya que los intereses que representa lo dejarían muy mal parado.
Con valor y conscientes del efecto que causaron en medios de comunicación, redes sociales y sociedad en general, los chavos están aspirando a que sus movimientos sean de carácter nacional e independientemente de que esto perjudique las aspiraciones de unos y beneficie las de otros, hasta ahora el balance es positivo. Después de ver a una sociedad apática, pasiva, sumida en sus problemas y poco involucrada en estas elecciones, hacía falta esta sacudida.
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