El enredo de las campañas

Jorge Diaz

Si bien es cierto que faltan dos meses para la elección presidencial, un par de debates y mucha, pero mucha guerra de lodo por venir, las preferencias electorales no cambian y todo parece indicar que ya está definido quién será el próximo presidente de México. Inclusive, la famosa amenaza de los “expedientes” contra prominentes priistas y contra el propio Peña Nieto, fueron llamarada de petate por parte de la presidencia. La supuesta “inminente” captura del Chapo Guzmán para dar el golpe mediático definitivo para llevar a Vázquez Mota a la silla del águila, otro cuento chino.

No sé si los políticos y sus partidos (sobre todo los perdedores) aprendan de la desastrosa, aburrida e inútil experiencia de estas campañas, porque su lógica es distinta a lo que uno supondría sería la de cualquiera. Sin embargo, hay algunos detalles que se pueden destacar de lo que hasta hoy se puede ver como el enredo que llevó a PAN y PRD a esta decepcionante actuación.

Lo más controversial, diría yo, es la designación de AMLO como candidato. ¿Alguna explicación sobre sus números, frente a los de Mancera? ¿No sería lógico que la aceptación en el DF (como en 2006), se reflejara más o menos en la aceptación del tabasqueño a nivel nacional? La respuesta es no, porque el trabajo que impulsa la candidatura de Mancera, es la actuación de Marcelo Ebrard en la jefatura de gobierno. ¿No debió ser Ebrard el candidato natural? La lógica de querer ganar dice que sí, pero como lo dije antes, esa no es necesariamente la lógica de los políticos. Una adecuada campaña de difusión sobre lo realizado en el DF, tendría a Marcelo en una posición infinitamente mejor que la de López Obrador.

Habrá quienes digan que el no haber dado pelea para quedarse con la candidatura por parte del Jefe Capitalino fue cálculo y estrategia frente a la locomotora priista, coincido en parte, puesto que teniendo el voto del DF bien amarrado y a una izquierda nacional cohesionada, seria y en una misma dirección, pudo haber dado la madre de todas las batallas.

En el PAN no hay defensa que valga. También el Distrito Federal sirve como ejemplo. Hay quienes empiezan a justificar el fracaso de Vázquez Mota basados en el pretexto del desgaste del partido por sus doce años de gobierno. Si esa lógica aplicara, el PRD iría de salida en la capital, lleva dieciocho años gobernando y goza de cabal salud, gobernará otros seis.

Para no hacernos bolas, el fracaso panista empezó el primer día de gobierno de Vicente Fox. Dilapidó un capital precioso y mandó a los mexicanos a la más profunda tristeza por ver que el cambio no llegaría. El que puso el último clavo en el ataúd fue Calderón, ni sus apariciones en el mini informe que se auto recetó, ni las más recientes apariciones en televisión para justificar sus terquedades, lograrán modificar la opinión que los mexicanos tienen de él y eso, aunque no lo acepte, es consecuencia de su desempeño como presidente. La respuesta a su informe, le llegará a Calderón el primero de Julio y aunque él se quiera explicar las cosas a sí mismo, sabe bien que el principal responsable del fracaso panista es él, que no supo enderezar el barco, por tratar de enderezar su imagen, que tampoco pudo.

Así es que en el enredo, Peña Nieto será presidente y probablemente con mayoría, López Obrador se retirará arrepintiéndose de sus errores en el pasado y Josefina Vázquez Mota, sólo apagará las luces.

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