viernes, mayo 04, 2012

El citoyen vio lo que quiso y la democracia no se desmoronó

Francisco Garfias

¿Nos van a sentar a todos a ver el televisor? ¿Van a cerrar los cines y los teatros para que nadie se distraiga y el debate tenga audiencia? Paco Rojas, coordinador de los diputados del PRI, lanzaba las preguntas en tono de reproche. Su expresión reflejaba rechazo a la ridícula polémica alrededor de la transmisión simultánea de la liguilla y el debate entre los presidenciables.

Nomás no entiende la exigencia de la izquierda de que el debate se transmita en cadena nacional. “Es una discusión infantil, ridícula. Todos tenemos la libertad de decidir qué hacemos”, recalcó el legislador.

Rojas puso de ejemplo el debate en Francia. El derechista presidente Nicolas Sarkozy y su adversario socialista, François Hollande, intercambiaron argumentos frente a las cámaras de televisión, en los momentos en que se jugaba el partido Paris Saint-Germain contra Saint-Étienne (ganó 2-0 el equipo de la capital).

El citoyen vio lo que quiso. Unos el partido. Otros el debate. La democracia francesa no se desmoronó.

El embrollo ya tuvo un rebote en San Lázaro. El Canal del Congreso va a sumarse a las estaciones y cadenas que transmitirán los dos debates entre candidatos presidenciales —el 6 de mayo y el 10 de junio—. Transmitirá también los seis foros de discusión y análisis denominados Contraste de Propuestas Electorales, que se llevan a cabo entre el 30 de abril y el 4 de junio.

“Dichas acciones contribuyen al fortalecimiento educativo y cultural que requiere el país y fomenta el desarrollo de la cultura cívica y política en la sociedad”, dice la tarjeta que Leticia Salas, directora del Canal del Congreso, le envió al panista Óscar Arce, nuevo presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, para notificarle la decisión adoptada por la Comisión Bicameral del citado Congreso.

El anuncio fue celebrado por todos. “Dimos una prueba de que abonamos al abanico de opciones”, presumió el panista Carlos Alberto Pérez Cuevas. Y la perredista Mary Telma Guajardo, presidenta de la Junta de Coordinación Política: “Tenemos la obligación, el compromiso con las mexicanas y mexicanos, de contribuir a este proceso democrático.”

En Veracruz “no hay gobierno, no hay autoridad, no hay nada…”, protestó Julio Scherer Ibarra. Lo vimos al día siguiente del asesinato de Regina Martínez, corresponsal, en la entidad, de Proceso, la revista que su padre fundó. Se le veía consternado, reflexivo, frustrado. No era para menos. Nos contó que hace meses amenazaron a Regina. “Lo consignó la prensa local”, aseguró. No se hizo gran cosa. La mataron.

Ayer asesinaron a otros tres reporteros gráficos en Veracruz y a la pareja sentimental de uno de ellos. Un significativo mensaje el mero Día de la Libertad de Expresión. Los cuerpos de Gabriel Huge, Esteban Rodríguez, Guillermo Luna y su novia Irasema Becerra, en el canal La Zamorana, en la zona Veracruz-Boca del Río, estaban desmembrados y con señales de tortura. “Se presume la participación de la delincuencia organizada”, leímos ayer en el portal de Notiver, donde trabajó Huge.

Van siete periodistas asesinados en Veracruz en los últimos dos años. ¿Cuántos más necesitarán para tomar en serio cartas en el asunto?

¿Va a legalizar las drogas? Le preguntaron al Peje en el Tec de Monterrrey. “No tendré un gobierno de ocurrencias”, repuso el candidato presidencial del PRD, el PT y Movimiento Ciudadano.

Pero López Obrador no descartó nada. “Si vemos que una medida nos va a permitir tranquilizar a la gente, la tomaremos, aunque no le guste a propios o extraños”, aseguró.

Porfirio Muñoz Ledo se plantó ayer frente a Francisco Rojas. “Me dieron una puñalada…”, le dijo al coordinador de la bancada tricolor, la primera fuerza en San Lázaro. El reclamo del diputado del PT, según Rojas, fue porque no se aprobaron modificaciones a la Ley de Servicio Exterior para profesionalizar al personal de la cancillería que se desempeña en el extranjero y evitar que embajadas y consulados sigan como refugio dorado de políticos sin chamba.

El exiliado (en Canadá) Napoleón Gómez Urrutia, envalentonado por la resolución de la Corte que pide le den la toma de nota en el sindicato minero, trae entre ceja y ceja al ex secretario del Trabajo, Javier Lozano. Lo amenazó incluso con una demanda por abuso de autoridad.

“Ya le dije que me hace lo que las calacas”, reviró el ahora candidato del PAN al Senado de la República. El mensaje enviado desde el celular de Lozano venía acompañado de una carita que pela los dientes.

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