El anti-priismo

Jorge Diaz

Parece ser que es la última llamada para PAN y PRD, aunque ellos lo nieguen (como lo seguirán negando), convocar por diferentes medios el voto anti-PRI tan arraigado en la sociedad mexicana en 2000 y 2006, se ha convertido en una apuesta vital para arrancarle votos al puntero Peña Nieto.

No solo los mensajes que se envían entre los discursos y declaraciones a la prensa tienen un alto contenido de ese sentimiento, sino seguramente también la operación a ras de suelo de los experimentados operadores políticos de la izquierda y derecha mexicanas, alentando lo que el pasado fin de semana se vio en diferentes estados de la república: manifestaciones contra Peña Nieto y Televisa principalmente.

La idea puede ser efectiva; sin embargo, cabe señalar que el factor tiempo juega contra ellos. Es muy importante aclarar, que no obstante las manifestaciones hayan nacido de forma espontánea, conforme se vaya confirmando su éxito y sobre todo, la adherencia de más personas a la idea de no permitirle el paso al poder al otrora partido opresor, la infiltración será inevitable.

Ya se vieron en el Distrito Federal por lo menos, los camiones llenos de “Atenquistas” y la presencia de miembros del SME para engrosar el número de manifestantes y con ello, dar la impresión de lo multitudinario de la convocatoria con el propósito (supongo) de animar a cada vez más mexicanos a que se unan.

Sería inocente pensar que esto no sucedería; sin embargo, lo verdaderamente importante para los actores políticos que hoy se juegan la presidencia, será ver qué tan efectiva es la medida y qué tan a tiempo están para invertirle más recursos y con ello ponerse en la pelea real.

Por lo pronto, quedará para el estudio el impacto que estas movilizaciones (que prometen no desparecerán hasta llegadas las elecciones) tendrán en el sentimiento de los adultos que cuando eran doce años más jóvenes que hoy, compartían la idea de algunos chavos de estos días: ser anti-priista.

Acaso el desencanto de los que alguna vez echaron al PRI de los Pinos los aísle del clamor de los jóvenes; o bien, se vuelva a encender la memoria y consideren ahora sí, que hay una esperanza.

Lo triste en realidad, es que si la idea del anti-priismo gana, no veo que las otras dos opciones representen lo que alguna vez representó (y defraudó) Vicente Fox, por lo que es de esperarse que cualquiera de las opciones que logre llegar al poder (las cuatro), recicle los sentimientos de frustración que hoy nos llevan a una situación como la actual, a menos que ahora sí, la sociedad en su conjunto se haga responsable del papel que le toca jugar frente a los que mandan en el país y de una vez por todas les exija rendición de cuentas con sus debidas consecuencias, que de no ser así, lo que hoy es anti-priismo, en seis años se convertirá en anti-panismo o anti-perredismo y así.

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