Marco A. Flota / Grillotina
A reserva de lo que ya opinaron –y seguirán opinando toda la semana– los políticos y los politólogos, hay que hacer algunas consideraciones sobre el debatido debate.
Gabriel Quadri fue el menos malo, la edecán fue la más buena.
Si quiso demostrar el IFE que de la democracia es el sostén ¿por qué la chica no usaba brassier?
Por las prominencias de su edecán, habrá que modificarle el nombre a ese organismo: Instituto Federal Elepectoral.
Aunque ahora sí podrá presumir el mentado Instituto, y con mucha razón, que a la democracia acoge en su seno.
Como necesitaba mejorar su imagen, recurrió el IFE a un buen bife: la guapa chica es argentina.
Quizá fue una deferencia para Andrés Manuel, fanático de la pelota caliente. Sólo que un partido de beis se inicia con un “¡play ball!”, no con una “Playmate!”
O fue un detalle con dedicatoria a Peña Nieto: para un Golden Boy, una Golden Girl.
Y la muchacha le robó todas las cámaras al preferido de Televisa: Enriquito, quien es de copete grande, pero ella es copa D.
Él será candidato del Canal de las Estrellas, pero la edecán tiene toda la Vía Láctea.
Al verla, Josefina se sintió despechada.
A Gabriel se le Quadricularon los ojos. Porque aquel busto ya era muy exuberante y visto con sus lentes de aumento ¡imagínese!
Para superar el primer debate, en el segundo tendrán que contratar como edecán a Hugo Sánchez, porque tiene cinco Pichichis.
¿Se dieron cuenta de que ninguno de los tres candidatos habló de la triste situación del peso?: todos estaban pensando en el pezón.
Josefina planeaba ofrecer leche para todos los niños, pero le hubieran creído más a la frondosa edecán.
Gabriel Quadri, a quien le encanta bucear, estaría feliz usando esos dos “flotadores”.
En el Twitter, la chava se convirtió en trending topic, dejando al Peje en tendero tropical.
Si estuvo presente en el debate “El Niño Verde”, habrá soltado un mar de lágrimas. Por aquello de que “niño que no llora, no mama”.
Ninguno de los candidatos dijo la verdad desnuda, aunque desnuda hubiéramos querido ver a la edecán, ¿verdad?
A reserva de lo que ya opinaron –y seguirán opinando toda la semana– los políticos y los politólogos, hay que hacer algunas consideraciones sobre el debatido debate.
Gabriel Quadri fue el menos malo, la edecán fue la más buena.
Si quiso demostrar el IFE que de la democracia es el sostén ¿por qué la chica no usaba brassier?
Por las prominencias de su edecán, habrá que modificarle el nombre a ese organismo: Instituto Federal Elepectoral.
Aunque ahora sí podrá presumir el mentado Instituto, y con mucha razón, que a la democracia acoge en su seno.
Como necesitaba mejorar su imagen, recurrió el IFE a un buen bife: la guapa chica es argentina.
Quizá fue una deferencia para Andrés Manuel, fanático de la pelota caliente. Sólo que un partido de beis se inicia con un “¡play ball!”, no con una “Playmate!”
O fue un detalle con dedicatoria a Peña Nieto: para un Golden Boy, una Golden Girl.
Y la muchacha le robó todas las cámaras al preferido de Televisa: Enriquito, quien es de copete grande, pero ella es copa D.
Él será candidato del Canal de las Estrellas, pero la edecán tiene toda la Vía Láctea.
Al verla, Josefina se sintió despechada.
A Gabriel se le Quadricularon los ojos. Porque aquel busto ya era muy exuberante y visto con sus lentes de aumento ¡imagínese!
Para superar el primer debate, en el segundo tendrán que contratar como edecán a Hugo Sánchez, porque tiene cinco Pichichis.
¿Se dieron cuenta de que ninguno de los tres candidatos habló de la triste situación del peso?: todos estaban pensando en el pezón.
Josefina planeaba ofrecer leche para todos los niños, pero le hubieran creído más a la frondosa edecán.
Gabriel Quadri, a quien le encanta bucear, estaría feliz usando esos dos “flotadores”.
En el Twitter, la chava se convirtió en trending topic, dejando al Peje en tendero tropical.
Si estuvo presente en el debate “El Niño Verde”, habrá soltado un mar de lágrimas. Por aquello de que “niño que no llora, no mama”.
Ninguno de los candidatos dijo la verdad desnuda, aunque desnuda hubiéramos querido ver a la edecán, ¿verdad?
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