Lilia Arellano
La ausencia de gobierno se siente, ya se empieza a ver muy claramente en los últimos meses del calderonismo, situación ésta que ha prevalecido y que hemos llamado mal gobierno cuando lo cierto es que se abdicó de la implantación de la conducción y del orden y de la aplicación de la Ley. Los últimos acontecimientos dan fe de que esta anarquía es debidamente aprovechada por quienes están al mando. Resulta inexplicable que ya se hubiese sentado en el cemento, en esa litera que existe en las prisiones preventivas o en los arraigos a tres militares y todavía no se tenga al “chapo” o a “el mayo Zambada” en iguales condiciones y que aquellos quienes supuestamente y de acuerdo a las versiones oficiales estaban ligados con los mílites ya estén muertos. Pero no solo se observa esta situación en lo referente a las mafias ligadas a narco, crímenes, secuestros, trata, explotación, robo de vehículos, indocumentados, sino también a las llamadas de cuello blanco, en donde también se disfruta de esta anarquía y de la impunidad reinante. Ni qué decir en el renglón político.
La semana que termina fue de reuniones que se consideran importantes, una de ellas la bancaria y en ella le entregaron un reconocimiento a Felipe Calderón quien escuchó más de un minuto de aplausos enmarcados con su rostro que demostraba una gran satisfacción y orgullo. Estuvo a punto de las lágrimas. Y como no lo van a reconocer los banqueros y a premiarlo si hacen lo que les viene en gana sin que existan normas, leyes, sin que en ausencia de éstas el gobierno intervenga para salvaguardar el bien de las mayorías. Ahora resulta que en las promociones bancarias no solo plantan sus ridículas tasas de interés para ahorradores e inversionistas, sino que publicitan que se encuentra protegido el dinero a través del IPAB, de ese ente que sigue sangrando la economía nacional para enriquecer las utilidades de lo que antes se llamaban Instituciones de Crédito.
Para defender la medianía, lo ridículo de estos intereses se habla de los que se pagan en el exterior y también de la tasa cero que rige en Estados Unidos a partir de la gran crisis. Solo que enmudecen cuando se les menciona que en esas tierras y en general en las matrices de los bancos que operan en nuestro país ni remotamente se cobran los intereses que aquí se aplican a todo tipo de créditos y a las tarjetas. En tanto se paga hasta un 22 y 27 por ciento anual en ciertas líneas de empréstito, se reciben por inversiones a largo plazo hasta un 8 por ciento anual y solo se puede llegar al 12 por ciento si se garantizan y realizan renovaciones de también determinado plazo. No hay ningún apoyo a los sectores productivos y lo que antes eran créditos de habilitación y avío se desaparecieron ante el incremento del interés. A lo anterior hay que agregar el golpe de la Suprema Corte con el anatocismo. Lo menos que podría esperarse es que el gobierno central exigiera la operación de éstos con las bases con las que opera en su casa matriz.
No existe ningún renglón que señale que hay falsedad en los tiempos en los que en México se disfrutaba de otro tipo de gobierno o de la existencia de éste. Señalado reiteradamente por lo ocurrido en 1968, Díaz Ordaz tiene en su favor el haber sido el último presidente que condujo al país a puertos seguros económicamente. Luis Echeverría inició un caos que Miguel de la Madrid aprovechó para congelar salarios y realizar privatizaciones, acciones que marcaron el principio de la debacle hoy existente en todos los órdenes porque también hay que recordar que su titular en la Defensa Nacional fue durante muchos años señalado por sus ligas con el narcotráfico y que se habló y mucho de las investigaciones y resultados de éstas en poder del gobierno de los Estados Unidos que incluso involucraban a su hijo en esta actividad.
Como gran parte de estas privatizaciones tuvieron el visto bueno y la operación surgida del escritorio de don Carlos Salinas de Gortari, a él ya no le fue difícil privatizar teléfonos de México, la empresa que aseguraron estaba totalmente quebrada y que fue el pilar para que en un par de décadas consolidara la fortuna del hombre más rico del mundo, de Carlos Slim, quien anterior a esta operación era un riquillo del montón, eso sí, muy chambeador. También hay que tener presente que don Carlos movió los hilos para la venta de la banca y también el argumento fue adelantarse a sacudidas y quiebras y son esas instituciones las que en nuestro país han encontrado la tabla de salvación ante las crisis mundiales. Ni qué decir del Tratado de Libre Comercio y los renglones a los que éste nos sujetó. La privatización en el campo y de nuevo, las relaciones con los mafiosos, con los narcos, involucrándose durante un largo periodo a su hermano y al actual senador yucateco Emilio Gamboa justo cuando éste último estaba a cargo de Comunicaciones y Transportes y por ende de las carreteras nacionales.
El Tratado de Libre Comercio entró con todo su rigor en los tiempos de Ernesto Zedillo, quien no se quedó atrás y privatizó las carreteras. Durante su mandato lo mismo se construían que se concesionaban, se rescataban y por migajas, aún y cuando el monto de las inversiones eran altísimas, volvía a regresarlas a grupos privados. Entregó los ferrocarriles sin ningún renglón que señalara la obligación de quienes los adquirieron de mantenerlos funcionando y cerró así el medio de transporte que en todo el mundo es de privilegio por la transportación barata de mercancías, de artículos de todo tipo, de comestibles, inclusive. No contento mordió las pensiones de los trabajadores tanto de los burócratas como de los de la iniciativa privada. No dejó títere con cabeza en ese renglón. Fue el gran enemigo de ésta clase. En contrario benefició a todos los banqueros convirtiendo en deuda pública los créditos que irresponsablemente otorgaron sin garantía y que después de muchos años seguimos pagando. En cuanto al narco, se alejó de la responsabilidad en el combate y se utilizó a los cárteles como el de los Amezcua para frenar cualquier investigación en su contra o que revelara actuaciones de su familia. El General Rebollo es un ejemplo.
Como parece que este país no se cansa de dar y dar y los gobernantes de saquear y saquear, Vicente Fox dio la voz de arranque para convertir en realidad la privatización petrolera. En su mandato se entregó el mayor y más descarado número de contratos privados relacionados con Pemex en todas las áreas. A través de la autorización a su secretario de Hacienda para tener su negocio particular oficializó el contrabando documentándolo en ISOSA, la empresa de ejemplo en fraudes nacionales. Independientemente de otros escándalos que incluyen su vida personal también arrancó la etapa de privatización de la energía eléctrica. Durante su mandato se le abrieron las puertas de Puente Grande a Joaquín “el chapo” Guzmán y se le convirtió en el mafioso del panismo, en el que opera bajo su total protección. Es, dicen, el gran punto de unión por el cual Felipe Calderón no puede actuar en contra del ex presidente y hace todo lo que puede por evitar que el hijo de Martha Sahagún pise las cárceles norteamericanas.
Ya sobre Felipe Calderón es mucho lo que se ha hecho en los renglones antes abordados aunque no conforme se llevaron a cabo las reformas al IMSS, al ISSSTE, bajo el argumento de dotarlos de mayores recursos para seguir brindando asistencia médica pero de primer nivel y evitar la escases de medicamentos, independientemente de construir clínicas y hospitales superiores; se dijo que habría más y mejores equipos. Nada de esto ha sucedido y sí se redondeo otro gran fraude llamado seguro popular, se entregó la construcción de viviendas y la operación de ésta área en manos del Infonavit a los grandes fraccionadores y sobre el narco, las mafias, ahí están los más de 70 mil muertos, los más de 20 mil desaparecidos, la escases de acciones que revelen el decomiso de droga o de dinero. En esos bandos hay, efectivamente, muertos. Todos ellos enemigos del gran “chapo”, competidores. Por si fuera poco y a partir de Luis Echeverría la imagen internacional de nuestro país se fue deteriorando hasta el punto en el que ahora se encuentra y en el que nadie puede explicarse como pudo un país con tanta riqueza llegar a la ruina.
Lo único que lo explica es que no hay gobierno y la inexistencia de este no es por incapacidad o falta de carácter sino por estrategia, por la conveniencia de unos cuantos. Mantener al país hundido en la ignorancia, en la corrupción, en la pobreza, logra que sus habitantes permanezcan en la desesperanza, sacando el día a día en un afán de sobrevivencia y se aferren a cualquier palabra que les signifique que hay futuro o por lo menos que les dé alientos y algún punto en el cual sostenerse para pensar que todavía pueden regresar las épocas de bonanza. Se requiere de acciones y no solo de exigírselas a quienes ocupan el mando sino de las que surjan de la misma dañada sociedad. De ahí que no deja de ser altamente satisfacciones que los jóvenes universitarios se expresen, se revelen y nos hagan ver a los adultos el punto de nuestra propia cobardía.
La ausencia de gobierno se siente, ya se empieza a ver muy claramente en los últimos meses del calderonismo, situación ésta que ha prevalecido y que hemos llamado mal gobierno cuando lo cierto es que se abdicó de la implantación de la conducción y del orden y de la aplicación de la Ley. Los últimos acontecimientos dan fe de que esta anarquía es debidamente aprovechada por quienes están al mando. Resulta inexplicable que ya se hubiese sentado en el cemento, en esa litera que existe en las prisiones preventivas o en los arraigos a tres militares y todavía no se tenga al “chapo” o a “el mayo Zambada” en iguales condiciones y que aquellos quienes supuestamente y de acuerdo a las versiones oficiales estaban ligados con los mílites ya estén muertos. Pero no solo se observa esta situación en lo referente a las mafias ligadas a narco, crímenes, secuestros, trata, explotación, robo de vehículos, indocumentados, sino también a las llamadas de cuello blanco, en donde también se disfruta de esta anarquía y de la impunidad reinante. Ni qué decir en el renglón político.
La semana que termina fue de reuniones que se consideran importantes, una de ellas la bancaria y en ella le entregaron un reconocimiento a Felipe Calderón quien escuchó más de un minuto de aplausos enmarcados con su rostro que demostraba una gran satisfacción y orgullo. Estuvo a punto de las lágrimas. Y como no lo van a reconocer los banqueros y a premiarlo si hacen lo que les viene en gana sin que existan normas, leyes, sin que en ausencia de éstas el gobierno intervenga para salvaguardar el bien de las mayorías. Ahora resulta que en las promociones bancarias no solo plantan sus ridículas tasas de interés para ahorradores e inversionistas, sino que publicitan que se encuentra protegido el dinero a través del IPAB, de ese ente que sigue sangrando la economía nacional para enriquecer las utilidades de lo que antes se llamaban Instituciones de Crédito.
Para defender la medianía, lo ridículo de estos intereses se habla de los que se pagan en el exterior y también de la tasa cero que rige en Estados Unidos a partir de la gran crisis. Solo que enmudecen cuando se les menciona que en esas tierras y en general en las matrices de los bancos que operan en nuestro país ni remotamente se cobran los intereses que aquí se aplican a todo tipo de créditos y a las tarjetas. En tanto se paga hasta un 22 y 27 por ciento anual en ciertas líneas de empréstito, se reciben por inversiones a largo plazo hasta un 8 por ciento anual y solo se puede llegar al 12 por ciento si se garantizan y realizan renovaciones de también determinado plazo. No hay ningún apoyo a los sectores productivos y lo que antes eran créditos de habilitación y avío se desaparecieron ante el incremento del interés. A lo anterior hay que agregar el golpe de la Suprema Corte con el anatocismo. Lo menos que podría esperarse es que el gobierno central exigiera la operación de éstos con las bases con las que opera en su casa matriz.
No existe ningún renglón que señale que hay falsedad en los tiempos en los que en México se disfrutaba de otro tipo de gobierno o de la existencia de éste. Señalado reiteradamente por lo ocurrido en 1968, Díaz Ordaz tiene en su favor el haber sido el último presidente que condujo al país a puertos seguros económicamente. Luis Echeverría inició un caos que Miguel de la Madrid aprovechó para congelar salarios y realizar privatizaciones, acciones que marcaron el principio de la debacle hoy existente en todos los órdenes porque también hay que recordar que su titular en la Defensa Nacional fue durante muchos años señalado por sus ligas con el narcotráfico y que se habló y mucho de las investigaciones y resultados de éstas en poder del gobierno de los Estados Unidos que incluso involucraban a su hijo en esta actividad.
Como gran parte de estas privatizaciones tuvieron el visto bueno y la operación surgida del escritorio de don Carlos Salinas de Gortari, a él ya no le fue difícil privatizar teléfonos de México, la empresa que aseguraron estaba totalmente quebrada y que fue el pilar para que en un par de décadas consolidara la fortuna del hombre más rico del mundo, de Carlos Slim, quien anterior a esta operación era un riquillo del montón, eso sí, muy chambeador. También hay que tener presente que don Carlos movió los hilos para la venta de la banca y también el argumento fue adelantarse a sacudidas y quiebras y son esas instituciones las que en nuestro país han encontrado la tabla de salvación ante las crisis mundiales. Ni qué decir del Tratado de Libre Comercio y los renglones a los que éste nos sujetó. La privatización en el campo y de nuevo, las relaciones con los mafiosos, con los narcos, involucrándose durante un largo periodo a su hermano y al actual senador yucateco Emilio Gamboa justo cuando éste último estaba a cargo de Comunicaciones y Transportes y por ende de las carreteras nacionales.
El Tratado de Libre Comercio entró con todo su rigor en los tiempos de Ernesto Zedillo, quien no se quedó atrás y privatizó las carreteras. Durante su mandato lo mismo se construían que se concesionaban, se rescataban y por migajas, aún y cuando el monto de las inversiones eran altísimas, volvía a regresarlas a grupos privados. Entregó los ferrocarriles sin ningún renglón que señalara la obligación de quienes los adquirieron de mantenerlos funcionando y cerró así el medio de transporte que en todo el mundo es de privilegio por la transportación barata de mercancías, de artículos de todo tipo, de comestibles, inclusive. No contento mordió las pensiones de los trabajadores tanto de los burócratas como de los de la iniciativa privada. No dejó títere con cabeza en ese renglón. Fue el gran enemigo de ésta clase. En contrario benefició a todos los banqueros convirtiendo en deuda pública los créditos que irresponsablemente otorgaron sin garantía y que después de muchos años seguimos pagando. En cuanto al narco, se alejó de la responsabilidad en el combate y se utilizó a los cárteles como el de los Amezcua para frenar cualquier investigación en su contra o que revelara actuaciones de su familia. El General Rebollo es un ejemplo.
Como parece que este país no se cansa de dar y dar y los gobernantes de saquear y saquear, Vicente Fox dio la voz de arranque para convertir en realidad la privatización petrolera. En su mandato se entregó el mayor y más descarado número de contratos privados relacionados con Pemex en todas las áreas. A través de la autorización a su secretario de Hacienda para tener su negocio particular oficializó el contrabando documentándolo en ISOSA, la empresa de ejemplo en fraudes nacionales. Independientemente de otros escándalos que incluyen su vida personal también arrancó la etapa de privatización de la energía eléctrica. Durante su mandato se le abrieron las puertas de Puente Grande a Joaquín “el chapo” Guzmán y se le convirtió en el mafioso del panismo, en el que opera bajo su total protección. Es, dicen, el gran punto de unión por el cual Felipe Calderón no puede actuar en contra del ex presidente y hace todo lo que puede por evitar que el hijo de Martha Sahagún pise las cárceles norteamericanas.
Ya sobre Felipe Calderón es mucho lo que se ha hecho en los renglones antes abordados aunque no conforme se llevaron a cabo las reformas al IMSS, al ISSSTE, bajo el argumento de dotarlos de mayores recursos para seguir brindando asistencia médica pero de primer nivel y evitar la escases de medicamentos, independientemente de construir clínicas y hospitales superiores; se dijo que habría más y mejores equipos. Nada de esto ha sucedido y sí se redondeo otro gran fraude llamado seguro popular, se entregó la construcción de viviendas y la operación de ésta área en manos del Infonavit a los grandes fraccionadores y sobre el narco, las mafias, ahí están los más de 70 mil muertos, los más de 20 mil desaparecidos, la escases de acciones que revelen el decomiso de droga o de dinero. En esos bandos hay, efectivamente, muertos. Todos ellos enemigos del gran “chapo”, competidores. Por si fuera poco y a partir de Luis Echeverría la imagen internacional de nuestro país se fue deteriorando hasta el punto en el que ahora se encuentra y en el que nadie puede explicarse como pudo un país con tanta riqueza llegar a la ruina.
Lo único que lo explica es que no hay gobierno y la inexistencia de este no es por incapacidad o falta de carácter sino por estrategia, por la conveniencia de unos cuantos. Mantener al país hundido en la ignorancia, en la corrupción, en la pobreza, logra que sus habitantes permanezcan en la desesperanza, sacando el día a día en un afán de sobrevivencia y se aferren a cualquier palabra que les signifique que hay futuro o por lo menos que les dé alientos y algún punto en el cual sostenerse para pensar que todavía pueden regresar las épocas de bonanza. Se requiere de acciones y no solo de exigírselas a quienes ocupan el mando sino de las que surjan de la misma dañada sociedad. De ahí que no deja de ser altamente satisfacciones que los jóvenes universitarios se expresen, se revelen y nos hagan ver a los adultos el punto de nuestra propia cobardía.
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