José Cárdenas
Napoleón viene con todo… desde el exilio en su Santa Elena canadiense.
Está decidido a cobrarse, una por una, las afrentas del gobierno federal.
Cuatro años en su refugio de Vancouver resultaron más que suficientes para alimentar odio y rencor contra aquellos que lo obligaron a salir huyendo.
Ahora, su reloj marca la hora de la venganza.
El amparo otorgado a Napoleón Gómez Urrutia por la Suprema Corte obliga a la Secretaría del Trabajo a reconocerlo como líder de los ejércitos mineros… y lo más importante, libera los “gordos” recursos del gremio para los efectos que el susodicho decida.
Napoleón dice que no viene por la revancha… pero la verdad es otra. Sus abogados ya preparan un grueso arsenal jurídico para lanzar un ataque devastador contra las tropas enemigas del gobierno panista.
El primero en la lista negra es Javier Lozano. El poblano ex secretario del Trabajo deberá convertirse en candidato de medio tiempo al Senado… para parar “las aguas del olvido”. Tendrá que responder a la grave acusación de construir un conflicto gremial para derrocar al mandamás minero… por el intento fallido de convertirlo en manda-menos.
Al enterarse, Javier Lozano atinó a responder: “me vale… y me muero de la risa… y aquí lo espero comiendo huevo”. De paso lamentó el fallo de la Corte al otorgar a un prófugo de la justicia tan soberano instrumento de chantaje. “Napoleón es un ladrón que se robó 55 millones de dólares”— remacha Lozano Alarcón.
Y aún hay más…
Según el resucitado “charro minero”, Vicente Fox y Felipe Calderón también están en capilla. A ellos nada más los acusará de homicidio, por comisión y omisión; revivirá las denuncias por no cumplir con las medidas de seguridad en instalaciones mineras y por haber reprimido y auspiciado el despido ilegal de sus compañeros en Cananea, Taxco, Sombrerete y La Caridad… más lo que se acumule.
En ese mismo tono van las imputaciones jurídicas contra Grupo Minero México de Germán y Genaro Larrea Mota-Velasco.
Y si a Napoleón le sobra algo de energía, tiempo y recursos, también intentará extinguir, por “LADA”, el fuego de la disidencia sindical encabezada por Carlos Pavón… su traidor favorito.
Sí, porque el regreso de Napoleón Gómez Urrutia seguirá en suspenso. Sus leales aseguran que ya prepara maletas… pero el hecho es que no pondrá un pie en México hasta no asegurarse de que el pleito por el desfalco a los mineros quede bien “planchado”.
Como sea, Napoleón ha ganado su Austerlitz. Mientras, a Javier Lozano & Co. le pronostican otro sonoro Waterloo… región cuatro.
MONJE LOCO: Otra vez Veracruz. Otra vez más muertos… y otra vez periodistas. Con Gabriel Huge y Guillermo Luna, ya van siete colegas asesinados en menos de un año. —¿Todo bien, gobernador Duarte?
Napoleón viene con todo… desde el exilio en su Santa Elena canadiense.
Está decidido a cobrarse, una por una, las afrentas del gobierno federal.
Cuatro años en su refugio de Vancouver resultaron más que suficientes para alimentar odio y rencor contra aquellos que lo obligaron a salir huyendo.
Ahora, su reloj marca la hora de la venganza.
El amparo otorgado a Napoleón Gómez Urrutia por la Suprema Corte obliga a la Secretaría del Trabajo a reconocerlo como líder de los ejércitos mineros… y lo más importante, libera los “gordos” recursos del gremio para los efectos que el susodicho decida.
Napoleón dice que no viene por la revancha… pero la verdad es otra. Sus abogados ya preparan un grueso arsenal jurídico para lanzar un ataque devastador contra las tropas enemigas del gobierno panista.
El primero en la lista negra es Javier Lozano. El poblano ex secretario del Trabajo deberá convertirse en candidato de medio tiempo al Senado… para parar “las aguas del olvido”. Tendrá que responder a la grave acusación de construir un conflicto gremial para derrocar al mandamás minero… por el intento fallido de convertirlo en manda-menos.
Al enterarse, Javier Lozano atinó a responder: “me vale… y me muero de la risa… y aquí lo espero comiendo huevo”. De paso lamentó el fallo de la Corte al otorgar a un prófugo de la justicia tan soberano instrumento de chantaje. “Napoleón es un ladrón que se robó 55 millones de dólares”— remacha Lozano Alarcón.
Y aún hay más…
Según el resucitado “charro minero”, Vicente Fox y Felipe Calderón también están en capilla. A ellos nada más los acusará de homicidio, por comisión y omisión; revivirá las denuncias por no cumplir con las medidas de seguridad en instalaciones mineras y por haber reprimido y auspiciado el despido ilegal de sus compañeros en Cananea, Taxco, Sombrerete y La Caridad… más lo que se acumule.
En ese mismo tono van las imputaciones jurídicas contra Grupo Minero México de Germán y Genaro Larrea Mota-Velasco.
Y si a Napoleón le sobra algo de energía, tiempo y recursos, también intentará extinguir, por “LADA”, el fuego de la disidencia sindical encabezada por Carlos Pavón… su traidor favorito.
Sí, porque el regreso de Napoleón Gómez Urrutia seguirá en suspenso. Sus leales aseguran que ya prepara maletas… pero el hecho es que no pondrá un pie en México hasta no asegurarse de que el pleito por el desfalco a los mineros quede bien “planchado”.
Como sea, Napoleón ha ganado su Austerlitz. Mientras, a Javier Lozano & Co. le pronostican otro sonoro Waterloo… región cuatro.
MONJE LOCO: Otra vez Veracruz. Otra vez más muertos… y otra vez periodistas. Con Gabriel Huge y Guillermo Luna, ya van siete colegas asesinados en menos de un año. —¿Todo bien, gobernador Duarte?
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