20 mil desaparecidos

Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder

Perder o perderse; extraviar o extraviarse. En estricto contexto filosófico, la fe perdida -secular o religiosa- equivale a perderse. Extraviar un objeto o una persona nunca puede equivaler a desaparecer, porque allí está, en el síndrome de la esperanza, la posibilidad de encontrar.

Lo anterior, porque resulta agresivo y ofensivo que los legisladores confundan a sus representados, pero sobre todo a quienes fueron despojados de sus seres queridos porque los levantaron, los desaparecieron, los borraron para dejar en la incertidumbre a quienes, en sus hogares, los esperan, pero nunca, jamás sabrán qué les ocurrió. Absurdo el nombre. Ley del Registro de Personas Extraviadas o Desaparecidas.

Las cifras no son confiables, como ocurre con el esfuerzo por establecer el número de muertos que ha de cargarse a la cuenta de este gobierno. Hablan, quienes se mueven en las organizaciones que buscan a los desaparecidos, de 20 mil personas cuyo rastro se convirtió en fotografía, añoranza y estadística, o en ese testimonio desgarrador recogido por Sanjuana Martínez: “Quiero perderme, como mi papá”, en ese afán infantil de encontrar, a como dé lugar, al ser amado cuyo recuerdo empieza a borrarse.

“Los desaparecidos en México sobrepasan cualquier conocimiento previo que tengamos del fenómeno de las desapariciones forzadas en el mundo, en nuestro caso se rompe el molde que conocemos en Argentina, Colombia, Italia (por la respuesta del gobierno)”, afirmó en entrevista con Excélsior Juan López Villanueva, enlace de la organización civil Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en México (Fundem).

Todavía en abril, la Secretaría de Gobernación publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley del Registro Nacional de Personas Extraviadas y Desaparecidas, con la que los legisladores dan respuesta a las demandas de distintas organizaciones creadas para buscar a los que ya no están.

En su artículo primero se especifica: “La presente ley tiene por objeto establecer y regular la operación, funcionamiento y administración del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas. Sus disposiciones son de orden público y de observancia general en todo el territorio nacional”.

Las diferentes organizaciones civiles creadas para buscar a sus desaparecidos, parecen coincidir en que son cerca de 20 mil las personas que dejaron su lugar; lo que piden es fundamental: 1. Búsqueda inmediata de todas las personas desaparecidas, 2. Conformación de una base de datos nacional, 3.Atención estructural de la PGR a todos los casos de desapariciones, 4. Creación de una Fiscalía Especial para Personas Desaparecidas, 5.Creación e implementación de protocolos de investigación para personas desaparecidas, 6. Implementación de un Programa Federal de Atención Integral a las familias de personas desaparecidas; 7. Aceptar las recomendaciones del Grupo de Trabajo para desapariciones forzadas e involuntarias de la ONU.

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