Jorge Diaz
Por lo visto, pocos de los que no descansaron en semana santa, fueron los candidatos a la presidencia de la república. Se les vio en lo suyo y es que no hay tiempo que perder, nadie se puede confiar. Sin embargo, llama la atención la falta de tino cuando se quiere correr al mismo ritmo que los otros, sin estar preparado para ello. Los estrategas panistas no previeron la intensidad con la que sus contrincantes propondrían el inicio de las campañas.
Nunca se dieron cuenta del derroche de recursos, energía y talento que imprimiría un Peña Nieto que sobre todo, representa a un enorme aparato que quiere regresar a como de lugar a ocupar los espacios de poder que durante años ostentaron.
Lo más increíble, es que no anticiparon el empuje de un viejo conocido: Andrés Manuel López Obrador. Auténtico corredor de fondo, incansable, forjado mientras caminaba en las banquetas y los caminos de tierra por años. Un animal político del que deberían tener hasta su radiografía.
Ya en lo individual o en lo grupal, priistas y perredistas están sacando la experiencia y haciendo ver muy mal al equipo blanquiazul. La candidata panista sólo responde a estímulos: si se le acusa de estar enferma, inmediatamente pide cámaras para que la tomen haciendo ejercicio y tratar de tumbar la versión. Si se le manifiestan en el World Trade Center, cancela el evento. Si la confrontan en un puesto de quesadillas, sale huyendo. Hasta el momento en que fue escrita esta columna, se sabe que debido a pugnas internas en el PAN local, canceló su gira por Veracruz ¿qué paso? ¿quién pone orden? ¿por qué no anticipan?
Nadie le ha explicado que es importante hacerle frente a las adversidades, puesto que quiere ser presidenta; nadie le dice que su campaña no debe estar supeditada al paso que le marcan sus adversarios o las redes sociales y que su recorrido por el país no debe estar sujeto a los intereses de unos cuantos dentro de su partido. Todo son brincos y tumbos, cuánta inexperiencia en su equipo.
Aunado a lo anterior, sobran quienes le recriminan los errores de las administraciones de Fox y Calderón, era de esperarse y no preparó respuesta, sólo sonríe y evade. Paga los platos rotos y además está abandonada a su suerte.
Dónde está la tan cacareada promesa de talento político de Gil Zuarth, dónde la malicia y colmillo en lo que a campañas sucias se refiere de Antonio Solá Reche, dónde la experiencia electoral de Calderón. El de Vázquez Mota, parece un equipo novato.
Todavía recuerdo un fragmento de aquella conversación filtrada a los medios donde la candidata preguntaba a uno de sus colaboradores: “Mi Agus vamos a ganar y luego qué vamos a hacer”, pues todo parece indicar que mi Agus aun no encuentra respuesta.
Por lo visto, pocos de los que no descansaron en semana santa, fueron los candidatos a la presidencia de la república. Se les vio en lo suyo y es que no hay tiempo que perder, nadie se puede confiar. Sin embargo, llama la atención la falta de tino cuando se quiere correr al mismo ritmo que los otros, sin estar preparado para ello. Los estrategas panistas no previeron la intensidad con la que sus contrincantes propondrían el inicio de las campañas.
Nunca se dieron cuenta del derroche de recursos, energía y talento que imprimiría un Peña Nieto que sobre todo, representa a un enorme aparato que quiere regresar a como de lugar a ocupar los espacios de poder que durante años ostentaron.
Lo más increíble, es que no anticiparon el empuje de un viejo conocido: Andrés Manuel López Obrador. Auténtico corredor de fondo, incansable, forjado mientras caminaba en las banquetas y los caminos de tierra por años. Un animal político del que deberían tener hasta su radiografía.
Ya en lo individual o en lo grupal, priistas y perredistas están sacando la experiencia y haciendo ver muy mal al equipo blanquiazul. La candidata panista sólo responde a estímulos: si se le acusa de estar enferma, inmediatamente pide cámaras para que la tomen haciendo ejercicio y tratar de tumbar la versión. Si se le manifiestan en el World Trade Center, cancela el evento. Si la confrontan en un puesto de quesadillas, sale huyendo. Hasta el momento en que fue escrita esta columna, se sabe que debido a pugnas internas en el PAN local, canceló su gira por Veracruz ¿qué paso? ¿quién pone orden? ¿por qué no anticipan?
Nadie le ha explicado que es importante hacerle frente a las adversidades, puesto que quiere ser presidenta; nadie le dice que su campaña no debe estar supeditada al paso que le marcan sus adversarios o las redes sociales y que su recorrido por el país no debe estar sujeto a los intereses de unos cuantos dentro de su partido. Todo son brincos y tumbos, cuánta inexperiencia en su equipo.
Aunado a lo anterior, sobran quienes le recriminan los errores de las administraciones de Fox y Calderón, era de esperarse y no preparó respuesta, sólo sonríe y evade. Paga los platos rotos y además está abandonada a su suerte.
Dónde está la tan cacareada promesa de talento político de Gil Zuarth, dónde la malicia y colmillo en lo que a campañas sucias se refiere de Antonio Solá Reche, dónde la experiencia electoral de Calderón. El de Vázquez Mota, parece un equipo novato.
Todavía recuerdo un fragmento de aquella conversación filtrada a los medios donde la candidata preguntaba a uno de sus colaboradores: “Mi Agus vamos a ganar y luego qué vamos a hacer”, pues todo parece indicar que mi Agus aun no encuentra respuesta.
Comentarios