Sólo intentó ser honrado

Francisco Rodriguez / Índice Político

Si en algo ha avanzado sólida y consistentemente nuestra Nación durante las fallidas administraciones de Fox y Calderón ha sido en materia de corrupción. De acuerdo al Índice de Percepción de Transparencia Internacional, para 2001 México ocupaba el lugar 51 y en el 2011 ya había caído estrepitosamente al sitio número 100. Esto es, que pese a su discurso moralino e inculpador del pasado, los panistas resultaron ser ¡harto corruptotes!, si es que la expresión cabe.

Ejemplos sobran en cuanta dependencia del sector público cualquiera se asome. Y además ahí están visibles los Fox y los Sahagún, los Nava, los Mouriño, los Yunes y muchos otros –decenas, centenares y no me equivocaría si hablase de millares– que, aún desde antes de que Calderón ocupara Los Pinos, ya habían aprovechado para su beneficio sus incursiones en el manejo de los dineros de los contribuyentes al erario nacional.

Por eso se entiende que hace unos cuantos días al propio Calderón le haya traicionado el subconsciente. “He tratado de ser un presidente (sic) que no roba y que hace obra”, dijo en un evento de autopromoción disfrazado de inauguración de un hospital… que aún no tiene camas, ni equipos, cual es su usanza.

Trató, pero no pudo. Falló estrepitosamente Calderón –también en esto–, pues trató de ser honrado… a lo mejor no le gustó serlo y, por tal, ¡fracasó en el intento!

Así lo confiesa él mismo. Sólo trató de no robar. Y también en esto fue derrotado. Por él mismo, seguramente.

Estamos, dice Gabriel Reyes Orona, presidente de la ONG Transparencia Mexicana, “en el país de no pasa nada: todos los días se incorporan nuevos servidores públicos a las filas de gran sistema corruptor que desde el trámite y otorgamiento de placas de servicio público, hasta la manipulación del ahorro de los mexicanos en provecho de unos cuantos, ha hecho de este país un centro reconocido a nivel mundial de la opacidad, de la violencia, de las peores prácticas gubernamentales, un lugar lejano de quienes lo aplauden como un gobierno que combate al narco a punta de hacerlo crecer.”

Y ¿por qué no habría de ser así? Fox y Calderón, aunque no lo quieran admitir, aunque hayan “tratado” o nada más aparentado, en realidad son herederos de “la robolución”. Aquella que Calles institucionalizó y alcanzó su esplendor con Alemán, en el siglo pasado. La que hizo a sus participantes descender de los “caballitos” y los pasó a la “rueda de la fortuna”, donde los asistentes sabían que de repente se puede estar arriba y en otros momentos deben estar abajo.

Priístas, panistas, perredistas, todos, saben que lo importante es ser leales y disciplinados para no bajarse de ese juego, puesto que ya llegará el momento, si supieron ser pacientes, en que la rueda de la fortuna los volverá a colocar en lo alto. Ese hacerse de la vista gorda frente a hechos concretos como son: el enriquecimiento inexplicable, el manejo discrecional del presupuesto, el uso de las facultades extra o metaconstitucionales para la creación de partidas que no deben ser analizadas y controladas por los otros Poderes de la Unión, incluidas algunas que involucran endeudamientos externos o internos, devaluaciones por la irresponsabilidad de poner a funcionar la imprenta que fabrica billetes a todas horas, etc.

Camadas de corruptos, pues. Una tras otra. Ayer tricolores. Hoy blanquiazules. ¿Mañana?

Y cínicos, además: “He tratado de ser un presidente (resic) que no roba…” resulta ser una frase emblemática. Algo así como yo no quería, pero me obligaron. Quería hacer, no me lo permitieron, y me llenaron de billetes las bolsas.

El cinismo es un rasgo característico de estos panistas, no solo en materia de corrupción. Calderón y sus focas aplaudidoras tienen un discurso en “defensa de los pobres” pero su fallida gestión ha empobrecido dramáticamente al país. Exigen respeto pero tienen licencia para insultar y agredir. Hablan de “democracia” pero desconocen la voluntad popular imponiendo autoridades a dedo e insistiendo reformas legislativas que el pueblo ya rechazo. Hablan de seguridad y paz, pero invierten miles de millones en armas y tienen una política de permanente confrontación.

Dicen estar preocupados por los alarmantes niveles de inseguridad pero son los principales promotores de la violencia. Mantienen una retórica en favor de la justicia pero tienen presos a millares de “presuntos culpables” y el Poder Judicial –groseramente subordinado– es utilizado como arma contra la disidencia. Se ufanan de la libertad de expresión pero… por el momento, en Los Pinos, sólo se reciben elogios.

“He tratado de no robar…”, dijo el personaje.

El subtexto dice: “Robé al erario, como cualquiera lo hace”

Es una burla más de Calderón a nuestra inteligencia, ¿no cree usted?

Índice Flamígero: Lo escuché de voz de un alto funcionario de la Auditoría Superior de la Federación: “El Poder Ejecutivo tiene un billón de pesos –la tercera parte del presupuesto a ejercer este 2012– depositado en la banca en instrumentos de inversión…”. ¿No saben administrarlo ante tantas necesidades en el país? ¿Se lo van a robar? ¿”Nada más” los intereses que está generando ese millón de millones de pesos? ¿Lo sabremos en el transcurso de los 243 días que aún le restan a este sexenio? Le seguiré informando…

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