Apro
El arzobispo de Morelia, monseñor Alberto Suárez Inda, ensalzó la figura del expresidente Carlos Salinas de Gortari.
Sostuvo que Salinas fue un mandatario “valiente” por darle reconocimiento jurídico a la Iglesia católica y por reanudar las relaciones diplomáticas con la Santa Sede.
“Fue una actitud valiente la del presidente Salinas, quien quiso modernizar a México poniéndonos a la par de los países del mundo en ese sentido”, dijo el prelado.
Y agregó que antes de que se dieran esos cambios, en 1992, México vivía de manera “trasnochada”, puesto que no se consideraba como ciudadanos a los ministros de culto.
“Fue una época trasnochada, pues se consideraba que la Iglesia no existía, que era prácticamente un fantasma, y que los ministros de culto no éramos ciudadanos con derechos. Sin embargo, ya desde entonces los políticos buscaban diálogos con los líderes religiosos, un poco a escondidas para no exponerse al juicio o a la crítica de los radicales”.
Suárez Inda agregó que la reciente modificación al artículo 24 constitucional es un paso más rumbo al reconocimiento de una plena libertad religiosa, tendencia que se inició durante el régimen salinista.
Con la reforma al 24 constitucional ya se permite la celebración de actos de culto afuera de los templos, ya sin necesidad de pedir permiso previo a la Secretaría de Gobernación. Esta reforma fue aprobada por la Cámara de Diputados y el Senado de la república. Solo falta que la aprueban los congresos estatales para que entre en vigor.
Por ello, Suárez Inda exhortó a estos congresos a que le den su visto bueno, a fin de que se avance en materia de libertad religiosa.
Aclaró que, con las reformas constitucionales, la jerarquía católica no pretende obtener privilegios, sino simplemente que se les reconozcan sus derechos a los fieles católicos, que representan alrededor del 86% de la población mexicana.
“No estamos pidiendo privilegios especiales, sino simplemente que en todos los ambientes de la sociedad realmente podamos, sin hipocresías ni dualismos falsos, manifestar lo que somos y lo que creemos”.
Por último, Suárez Inda elogió la exhibición en el país de la película Cristiada, en la cual se reivindica a los mártires de la lucha cristera y a su movimiento armado que enfrentó a la Iglesia con el gobierno del general Plutarco Elías Calles, en los años veinte del siglo pasado.
Y aclaró por último:
“Hoy la Iglesia ya no quiere tomar las armas. Sus actuales armas son el trabajo civilizado y la proclamación de la fe de una manera respetuosa”.
El arzobispo de Morelia, monseñor Alberto Suárez Inda, ensalzó la figura del expresidente Carlos Salinas de Gortari.
Sostuvo que Salinas fue un mandatario “valiente” por darle reconocimiento jurídico a la Iglesia católica y por reanudar las relaciones diplomáticas con la Santa Sede.
“Fue una actitud valiente la del presidente Salinas, quien quiso modernizar a México poniéndonos a la par de los países del mundo en ese sentido”, dijo el prelado.
Y agregó que antes de que se dieran esos cambios, en 1992, México vivía de manera “trasnochada”, puesto que no se consideraba como ciudadanos a los ministros de culto.
“Fue una época trasnochada, pues se consideraba que la Iglesia no existía, que era prácticamente un fantasma, y que los ministros de culto no éramos ciudadanos con derechos. Sin embargo, ya desde entonces los políticos buscaban diálogos con los líderes religiosos, un poco a escondidas para no exponerse al juicio o a la crítica de los radicales”.
Suárez Inda agregó que la reciente modificación al artículo 24 constitucional es un paso más rumbo al reconocimiento de una plena libertad religiosa, tendencia que se inició durante el régimen salinista.
Con la reforma al 24 constitucional ya se permite la celebración de actos de culto afuera de los templos, ya sin necesidad de pedir permiso previo a la Secretaría de Gobernación. Esta reforma fue aprobada por la Cámara de Diputados y el Senado de la república. Solo falta que la aprueban los congresos estatales para que entre en vigor.
Por ello, Suárez Inda exhortó a estos congresos a que le den su visto bueno, a fin de que se avance en materia de libertad religiosa.
Aclaró que, con las reformas constitucionales, la jerarquía católica no pretende obtener privilegios, sino simplemente que se les reconozcan sus derechos a los fieles católicos, que representan alrededor del 86% de la población mexicana.
“No estamos pidiendo privilegios especiales, sino simplemente que en todos los ambientes de la sociedad realmente podamos, sin hipocresías ni dualismos falsos, manifestar lo que somos y lo que creemos”.
Por último, Suárez Inda elogió la exhibición en el país de la película Cristiada, en la cual se reivindica a los mártires de la lucha cristera y a su movimiento armado que enfrentó a la Iglesia con el gobierno del general Plutarco Elías Calles, en los años veinte del siglo pasado.
Y aclaró por último:
“Hoy la Iglesia ya no quiere tomar las armas. Sus actuales armas son el trabajo civilizado y la proclamación de la fe de una manera respetuosa”.
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